La fórmula de Magallanes: las claves que explicarían la retirada del virus en la zona más austral del país
La región llegó a tener las tasas de contagio más altas del país, duplicando el promedio de la capital en su peor momento. Luego pasó a liderar la vacunación y los casos cayeron rápidamente. Según un análisis de Espacio Público, es posible identificar factores distintivos en el manejo de la pandemia, partiendo por una mirada regional a la emergencia y la adaptación de las medidas a la realidad local, los que han permitido mantener a raya los rebrotes.
A lo largo de la pandemia, Magallanes ha tenido variados hitos: fue de las primeras regiones en alcanzar el primer peak de contagios en 2020 y tuvo uno de los más largos rebrotes ese mismo invierno -entre julio y octubre-, alcanzando la cifra de contagios por habitante más alta de todo el país, doblando incluso los peores niveles que registró la Región Metropolitana en su peor momento.
Tras una última -y violenta- ola entre abril y junio recién pasado, los magallánicos se convirtieron en líderes de vacunación dentro del país y han logrado mantener a raya el virus, reducido a una mínima expresión, a la par con la apertura de sus ciudades.
En estos momentos la región presenta uno de los menores índices de Covid-19 por habitante -este mes han variado de uno a nueve casos por día- y el mes pasado tuvieron jornadas en las que no se reportaron contagios.
Espacio Público analizó la experiencia del manejo de la pandemia de la zona más austral del país o el “caso Magallanes” y, tras reunirse con diversas autoridades para conocer detalles de la estrategia, consolidaron ocho claves que estarían tras el éxito logrado hasta ahora en la contención del virus, que pasan por flexibilizar y adecuar los planes globales a la realidad local.
La primera de estas es, precisamente, la vacunación. Magallanes ha vacunado al 95,68% con una dosis y el 93,3% ya tiene las dos dosis. Y, actualmente, “el 73% de la población tiene su esquema de vacunación completo (todas las dosis más 14 días), mientras que a nivel nacional esta cifra alcanza el 63%”, sostiene el centro de estudios, que destaca, además, las particularidades territoriales de la zona a la hora de lograr estos indicadores: “En un terreno tan extenso y con baja densidad poblacional como lo es Magallanes, vacunar a un pequeño grupo de personas podía significar un viaje de 400 km solo de ida, el equivalente a un viaje entre Santiago y Chillán”.
Para lograrlo, la autoridad sanitaria local realizó campañas de vacunación en comunidades apartadas y adaptó el calendario de inmunizaciones a la realidad local, llevando las vacunas a las personas.
“Nosotros tomamos la vacunación como un gran objetivo colectivo, de toda la ciudad. Nos autoimpusimos llegar al 90% y no al 80%. Sobre eso hubo varias bajadas regionales, por ejemplo, a las personas más jóvenes que acompañaban a los adultos mayores se les vacunó de inmediato. También partimos antes con los taxistas, conductores de colectivos y microbuses, que eran un vector muy importante, coordinado todo con Salud”, explica Claudio Radonich, alcalde de Punta Arenas.
Marcelo Navarrete, doctor en inmunología de la Universidad de Magallanes, destaca que en la adhesión a la vacunación masiva incidieron las campañas de comunicación de riesgo y efectividad de las vacunas realizadas a nivel local y con pertinencia regional. “También se hicieron diversos foros y puntos de contacto para que la gente pudiese evacuar sus dudas. Y lo otro fueron los múltiples puntos de vacunación, de fácil acceso y poco congestionados”.
Otro elemento es la trazabilidad. Magallanes también destaca por sus indicadores. El 92% de los exámenes positivos demoran un día en ser reportados, mientras que el promedio nacional es de 79%. Además, la proporción de personas sintomáticas cuyo resultado del PCR se informa en tres días está en 75%, muy por encima del 56% del promedio nacional.
“En Magallanes las autoridades implementaron una modalidad de trazabilidad distinta al resto del país. La Seremi de Salud contrató un equipo con fondos que no dependen del nivel de casos. Esto permite que si los contagios bajan, los fondos dedicados a esta tarea no disminuyan y no se deba reducir personal. Tener un equipo constante significa una gran ventaja. En el caso contrario, primero se invierten recursos (humanos, económicos, etc.) en capacitar a personal, que luego se pierden al despedirlos”, destaca el análisis de Espacio Público.
Al respecto, Eduardo Castillo Vera, seremi (S) de Salud de Magallanes, afirma que se creó una red de trabajo desde la atención primaria con los centros de trazabilidad, apoyado en un seguimiento muy fino, que incluye visitas domiciliarias y a los lugares de trabajo de los casos positivos para identificar posibles contactos estrechos no declarados.
“El equipo de trazabilidad tiene una experticia que le permite detectar cuándo se está ocultado información y que también visita a las personas para verificar las cuarentenas”, dice Castillo.
La autoridad, además, destaca los procedimientos de búsqueda activa, basados en visores de información que indican dónde se ubican los casos de Covid-19 positivo y hacia dónde se mueven las personas cercanas o dónde más se concentran, logrando anticiparse, incluso, a un brote.
En esta labor también debutó el “Bac hormiga”, un equipo que se desplaza rápidamente a recintos pequeños -un taller mecánico o un almacén- donde se requiere que la gente sea testeada, para acelerar la pesquisa y evitar brotes, a la par con la estrategia BAC a escolares, que se aplica cerca de los colegios.
Espacio Público también destacó la barrera sanitaria en Magallanes y que implica que toda persona que ingrese debe presentar un PCR negativo realizado en las 72 horas previas o un examen de antígeno hecho en los últimos dos días.
“Es cierto que el aislamiento geográfico de Magallanes ayuda al control de las fronteras y entre provincias, y que no todas las regiones podrían implementar fiscalizaciones como las de esta región. No obstante, sí existen otras provincias, ciudades o regiones en el país que podrían avanzar en este camino”, afirma la entidad.
La revisión de la experiencia de parte del centro de estudio llegó a una conclusión que engloba la ejecución de las distintas medidas: encontrar soluciones locales para problemas locales, apoyadas en un diálogo y coordinación encabezado por la autoridad sanitaria.
“Si bien la pandemia es una sola, algunos de los desafíos que enfrentan las regiones son muy diferentes. Nuestro país tiene una variedad de climas, geografías y realidades urbanas y rurales. Las autoridades buscaron soluciones que se ajustaran a su realidad, expresadas en la campaña de vacunación, en su estrategia de Testeo, Trazabilidad y Aislamiento (TTA) y su control de fronteras, entre otros”.
El riesgo en el horizonte para Magallanes está en la irrupción de la variante delta, casi el doble de contagiosa que el virus original. “Sabemos que la variante delta es mucho más contagiosa, aproximadamente el doble que el virus original”, dice Eduardo Undurraga, académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica de Chile y director de Espacio Público, quien añade que la evidencia científica ha mostrado que las vacunas utilizadas en Europa mantienen alta efectividad para proteger contra la enfermedad severa, aunque menor para prevenir contagios sintomáticos. “Aún no tenemos certeza de cómo se comportará la vacuna Sinovac. Como la variante es más contagiosa, podemos ver nuevas olas empujadas por personas no vacunadas. Es urgente mantener la vacunación de la población y no bajar la guardia con medidas complementarias de prevención, como buena ventilación, uso de mascarillas y restricción de reuniones masivas”. agrega Undurraga.
En Magallanes están preocupados, pero tienen la expectativa de que la alta adhesión a la campaña de vacunación evite el agravamiento de los casos. “Magallanes tiene un 93% de vacunación con segundas dosis. No hay otro lugar en el mundo con una situación como esta y no sabemos cómo va a ser el comportamiento de la variante delta. Lo que sabemos es que en poblaciones no vacunadas se comporta de forma más agresiva, por lo tanto, esperamos que en esta población, mayoritariamente vacunada, tenga un efecto de inicio más lento y que podamos ir conteniendo”, afirma el seremi de Salud de Magallanes.
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