La irrupción de los secundarios que presionan por condiciones para el retorno a las aulas
A través de centros de estudiantes y colectivos independientes, los alumnos de establecimientos emblemáticos comienzan a exigir planes de retorno a clases, aunque advierten que esto no implica dejar de lado las demandas que tienen desde antes de la llegada de la pandemia.
La breve toma del Instituto Nacional que el lunes realizó un reducido grupo de estudiantes, denominado Secundarios en Rebeldía (SER), si bien fue a la fuerza, es una muestra del protagonismo que pretenden adquirir los mismos alumnos en el debate en torno al regreso a clases.
Colgaron un lienzo que decía “Liceos se abren para luchar” e hicieron referencia al aniversario número 86 de la Revolución Cubana con el asalto al Cuartel Moncada (Santiago de Cuba). Con ello, criticaron la decisión de no retornar a las aulas y rechazaron las clases virtuales, convirtiéndose en el primer nudo a resolver por la entrante administración de la alcaldesa PC Irací Hassler.
Una queja que comparte Esteban Rodríguez, vicepresidente del Centro de Alumnos del Instituto Nacional (IN). “Es necesario tener clases presenciales, se han cortado algunos procesos y se hace necesario el retorno tomando los resguardos. Los más grandes qué no daríamos por volver, pero tampoco lo queremos al lote”, dice. Según el dirigente estudiantil, su liceo es uno de los 19 que la nueva edil aseguró que no estaban en condiciones para retomar la presencialidad ahora, en el arranque del segundo semestre.
Así, Rodríguez cuenta que los pupitres están atornillados al suelo, lo que no permitiría un distanciamiento efectivo, a menos que se divida por turnos a los alumnos, cosa que antes de la pandemia ya ocurría en jornadas de mañana y tarde para separar a chicos de grandes. Además, el estudiante reseña que el colegio no cuenta con internet para darles clases a quienes estén en modalidad híbrida. “Durante 2019 alegamos mucho y por suerte se remodelaron algunos baños, se taparon algunas goteras, pero el liceo sigue lloviéndose. Hay pupitres podridos, infraestructura en mal estado y eso se tiene que solucionar. Y por temas de pandemia, el primer problema es el internet”, añade.
El fondo de la queja es la misma que motivó a SER a tomarse por cerca de dos horas del lunes el IN. “Nos sorprendió, no teníamos idea que se iba a hacer y no la organizamos, fue liderada por un colectivo independiente”, asegura Rodríguez.
Ese colectivo dice ser una organización política estudiantil que articula colectivos de base en cada liceo y plantean “cambiar todo lo que deba ser cambiado del sistema injusto en que vivimos”. En específico, sobre la toma del lunes, explicaron que “manifiesta nuestro descontento ante el año y medio perdido por la incapacidad del Mineduc para hacerse cargo de nuestra enseñanza”, agregando que se hace “necesario y urgente volver a clases (...) para impulsar la lucha intransigente contra las indignas condiciones de educación, que se mantendrán y profundizarán con la presencialidad”.
En el petitorio incluyeron desde financiamiento para infraestructura, cambio curricular, protocolos sobre violencia de género, persecución política y exterminio de plagas (tenían ratones), hasta contar con profesores de reemplazo, transparencia en el uso de fondos de subvención, terminar con la discriminación por presentación personal (aros, etc.) y uniforme flexible.
Al respecto, desde la Dirección de Educación (DEM) de Santiago señalan que la toma “fue más bien una protesta de un grupo de estudiantes, alrededor de 15” y que “solo dos eran institutanos”. Y agregan: “Estos estudiantes reclamaban porque las condiciones para volver a clases no existen y había un ‘pasarse la pelota’ entre diferentes actores”.
“En estos días hemos podido detectar el grado de abandono de la gestión anterior en cuanto a los establecimientos educacionales; nosotros entendemos y compartimos la necesidad de volver a clases presenciales, al menos de forma parcial; por eso mismo estamos haciendo numerosas gestiones para que eso se pueda cumplir, ojalá en todos los casos, y dando seguridad a las comunidades educativas”, añaden desde la DEM.
En tanto, desde el Internado Nacional Barros Arana (INBA), el presidente del centro de estudiantes, Ignacio Duarte, reseña que en torno al regreso presencial “hay compañeros que tienen incertidumbre” y que como centro de estudiantes “no podemos tener una postura oficial sin hacer una consulta”, la que, dice, realizarán en los próximos días e incluirá a los apoderados. Eso sí, advierte que ya están trabajando en un plan de retorno junto a la dirección del liceo.
Y ahonda: “Cuando Raúl Figueroa dice que vuelvan las clases, hay que pedirle que asegure escudos y mascarillas. La idea es un retorno seguro, volver cuando se den las condiciones, segmentadamente y desde las bases del liceo, porque no podemos imponer”. Dice también que “no puede darse ese adultocentrismo, porque el servicio es para los estudiantes”.
Cuenta en ese sentido que en enero de 2021 se bajó un plan de retorno desde la DEM que aún dirigía la administración de Felipe Alessandri y que actualmente se le están haciendo las correcciones “para que se cumpla al menos el mínimo que exige el gobierno para retornar y así tener espacios de reparación, nivelación y marcha blanca”.
Asegura además que junto a la dirección del establecimiento se está coordinando un proceso de vacunación colectiva en el INBA para acelerar este proceso y tener a los alumnos inoculados.
Reuniones con el nuevo jefe educativo
Rodrigo Roco, el nuevo encargado de Educación de Santiago, asumió el pasado 20 de junio sus labores. Dentro de otras citas, el viernes ya se reunió con el centro de alumnos del INBA y el jueves lo hará con el del Instituto Nacional.
“Vamos a apostar por construir una cultura de diálogo con los liceos y escuelas, lo que implica reuniones periódicas, compromisos y trabajo conjunto para todas las mejoras que haya que hacer desde el punto de vista físico, pero también desde el educativo, con una mirada sobre todo flexible”, dicen desde la DEM.
Rodríguez, el vicepresidente de los estudiantes del IN, dice que la reunión del jueves, además de conversar sobre el retorno, “primero servirá para presentarnos y además mostrar el petitorio de 2019, del que Alessandri siempre nos dijo que no había plata y siempre se habló de terrorismo y delincuencia”.
Desde el INBA, Duarte expone que en la reunión que sostuvieron con Roco se hizo ver, eso sí, que “las condiciones aún no están dadas” por el daño en la infraestructura y la falta de implementos.
Las tomas
La vuelta a clases podría traer de regreso también otro fenómeno que estuvo muy marcado hasta antes de la pandemia: las tomas de establecimientos, algo que, aunque breve, ya ocurrió este lunes en el IN.
“Más que ver cómo enfrentamos las tomas, lo que queremos es abrir diálogos permanentes para tener espacios de canalización de las demandas, para fortalecer y dignificar la educación pública. Esa es nuestra responsabilidad”, dicen desde la DEM de Santiago.
Los líderes secundarios de dos establecimientos tan emblemáticos como el IN y el INBA también abordan la materia.
“Se acumuló tanta rabia que algunos decidieron tomar vías superviolentas”, dice Rodríguez, vicepresidente del primero de ellos. Dice, eso sí, que a la nueva administración se le tiene “mucha fe”: “Buscamos tener un mejor diálogo con ella (Irací Hassler) para evitar extremos. Como centro de estudiante no nos han propuesto hacer una toma y siempre pasaremos por un proceso democrático de aprobación. De momento, el ambiente ha sido muy de dialogar entre nosotros y con la directiva del liceo”.
Y aunque advierte respecto de la nueva alcaldesa que “no por ser ella dejaremos de exigir”, también dice entender que “nadie es encapuchado por deporte. Consideramos que tomar una molotov y taparse la cara es peligroso y es una exposición bien grave. Por eso buscamos generar condiciones para que deje de ocurrir y mantener a la comunidad en diálogo. Buscamos que estos grupos más violentos y que fueron minorías siempre se puedan sentir escuchados también”.
En tanto, el líder de los alumnos del INBA asegura que esperan “más instancias de diálogo, porque con la DEM anterior teníamos una relación muy mala”. Plantea también que Roco, a quien le entregaron un documento con las medidas de reparación que exigen (reconocimiento y retracto público de abusos por parte de administración anterior, restitución, rehabilitación y prevención), “se muestra con un carácter mucho más mediador con comunidades”.
Eso sí, advierte que, aunque esperan más diálogo, si este no prospera tienen “las formas de lucha para abarcar estas demandas del estudiantado”.
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