La nueva cara de Castro, a dos meses del voraz incendio: 49 casas en construcción y otras 100 en espera

Castro Incendio
Así luce ahora una de las zonas siniestradas en Castro. Foto: Italo Tirachini

El 9 de diciembre, las llamas consumieron más de 200 viviendas en las emblemáticas poblaciones Camilo Henríquez y Yungay. Se trata del siniestro más grande que la capital de Chiloé haya registrado en los últimos 60 años.


El superintendente de Bomberos de Castro, Mirko Cárdenas, recuerda que hasta antes de aquel jueves 9 de diciembre ya había recibido 25 llamados de alerta por incendios forestales en la zona, lo que dejaba entrever lo complejo que se venía el verano. Por eso, cuando vecinos de la emblemática población Camilo Henríquez llamaron para advertir del fuego en la ladera del río Gamboa, con la amenaza latente de expandirse hasta las casas, sabía que el tiempo de acción era acotado.

“A las 14.30 horas, aproximadamente, comenzaron los llamados para alertarnos de este foco de incendio. Eran unos matorrales que se estaban quemando, y como el viento soplaba fuerte, el fuego estaba avanzando con fuerza, así que acudimos de inmediato”, recuerda Cárdenas, quien lleva 28 años en el Cuerpo de Bomberos castreño.

Seis días atrás, otro incendio había consumido seis históricos palafitos en la comuna, dejando otros cuatro gravemente dañados, por lo que evitar un nuevo siniestro era menester. “Pero ese día hubo 22 grados (Celsius de temperatura), y sumado al fuerte viento que hubo, de aproximadamente 50 kilómetros por hora, hizo algo así como un efecto soplete contra las casas, que se comenzaron a consumir rápidamente”, asegura el bombero.

Así, a las pocas horas de la alarma, la emergencia se tornó total, acaparando el interés nacional, dada la voracidad con que las llamas hacían arder decenas de casas.

Ante el peligro que corría toda la población, muchos vecinos llegaron de su trabajo al lugar para intentar proteger sus hogares o, al menos, salvar sus pertenencias. Uno de ellos fue Jaime Cárdenas, un capataz de la construcción, quien acudió junto a su cuadrilla de trabajadores a prestar ayuda. “Como todos vivíamos ahí, le pedimos al jefe que nos dejara ir a ver nuestras casas y a apoyar a los vecinos”, cuenta.

Su conocimiento en la coordinación de trabajo en obras fue tan importante, que a las horas se transformó en el líder de los trabajos ciudadanos. “A las ocho de la noche nos sacaron, porque el fuego ya era muy peligroso. Cuando volvimos, a la 1 de la mañana, pudimos ver el daño que dejó el incendio”, asegura. Oficialmente, fueron 144 hogares siniestrados; extraoficialmente, la cifra asciende a más de 200.

Imagen aérea de la zona afectada por un incendio forestal que destruyo más de 140 casas en la población Camilo Henríquez y Villa los Presidentes, durante megaincendio en la ciudad de Castro, Chiloé. FOTO: FELIPE CONSTANZO / AGENCIAUNO

El incendio fue controlado tras 26 horas de trabajo continuo. Cárdenas, sus hombres y la ayuda de cientos de voluntarios -”fueron 800 personas las que ayudaron diariamente, no exagero ”- demoró apenas dos días en dejar toda la zona limpia.

Los nuevos hogares

Al día siguiente del incendio, vecinos, autoridades locales y nacionales organizaron una mesa de trabajo para enfrentar la contingencia. Enrique Soto, concejal independiente de Castro, es uno de los ediles que ha trabajado con los damnificados.

Fue él quien estuvo desde la primera mesa de trabajo entregando la visión de los vecinos a las autoridades nacionales, y hasta hoy, todos los viernes participa de la mesa de trabajo con que se planifica la reconstrucción de las casas quemadas.

“Al principio, nos querían dar viviendas de emergencia, pero Jorge Sharp (el alcalde de Valparaíso) nos llamó para recomendarnos que no las aceptáramos, porque los vecinos iban a quedarse años sin recibir su vivienda definitiva”, cuenta el concejal. Así, comenzaron a gestionarse las ayudas desde el Serviu de Los Lagos, la Gobernación Regional, el Minvu, Interior y privados, para comenzar a levantar los nuevos hogares.

Se hizo hasta una colecta, llamada Castrotón, que logró reunir al rededor de $ 6.000 millones gracias al apoyo de ciudadanos y empresas privadas. El dinero será destinado para apoyar a los vecinos damnificados mientras esperan por su nuevo hogar.

El proceso ha sido arduo, aunque no ha sido ajeno a algunos problemas. “Todos los municipios de la isla colaboraron con sus trabajadores sociales para realizar la ficha Fibe (Ficha Básica de Emergencia), lo cual ayudó mucho. El problema que hubo es que varios vecinos que viven como allegados no consiguieron acreditar su título de dominio, por lo que ahora estamos peleando para entregarles apoyo a ellos también”, cuenta Soto.

El fuego fue tan intenso, que incluso debilitó las tierras donde algunos vecinos vivían. Son 18 vecinos que viven en una zona de laderas, en el sector de Cipriano Osorio, población Camilo Henríquez, quienes ahora luchan por no ser reubicados en otro sector. “Les ofrecieron $ 34 millones para expropiarlos, el problema es que con ese dinero no van a comprar un terreno de las mismas características que el que tienen”, asegura el edil.

Por ahora, las familias afectadas viven como allegadas o arrendando alguna propiedad. Muchas debieron marcharse de la comuna, algunas saliendo de la Isla Grande. Sin embargo, las autoridades ya están trabajando en soluciones.

El Plan de Reconstrucción para las zonas afectadas de Castro avanza gracias a un importante trabajo colaborativo con el Gobierno Regional, el Municipio de Castro, la fundación Desafío Levantemos Chile y la industria local, representada por el Consejo del Salmón y SalmonChile”, destaca el ministro de Vivienda y Urbanismo, Felipe Ward.

Su cartera trabaja para dar una solución rápida y definitiva, a las 144 familias afectadas, “tanto propietarias, arrendatarias y aquellas que vivían en situación de allegamiento o irregular”, asegura el ministro.

“Hace poco menos de dos semanas iniciamos el proceso de construcción de las primeras 49 viviendas en terrenos con títulos de dominio de la población Camilo Henríquez, cumpliendo con el calendario establecido con los propios vecinos. Con esto, queremos que las familias tengan la certeza de que este esfuerzo de reconstrucción que lidera el Minvu va a ir cumpliendo sus etapas gracias a esta alianza público-privada que busca ayudar a devolverles la normalidad en sus vidas”, remata Ward.

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