Fue un fin de semana movido para los representantes de las iglesias. El viernes pasado, el Ministerio de Salud decidió que junto con cerrar los gimnasios y casinos iban a suprimir los eventos de cultos religiosos, tras decretarse la Fase 2 de Transición del plan Paso a Paso para controlar los contagios por coronavirus. Nadie iba a tener un trato especial.
Sin embargo, luego de una serie de gestiones por parte de obispos católicos y evangélicos con el Ejecutivo y tras la emisión de comunicados de rechazo a la medida del gobierno por parte de la Conferencia Episcopal de Chile (CECH) y de la Diócesis de Santiago, el domingo pasado La Moneda dio un paso atrás e informó -a través de un comunicado- que se podrán realizar cultos religiosos con un tope de 20 personas en lugares abiertos y un máximo de 10 en espacios cerrados.
¿Cómo lograron revertir la instrucción del gobierno? Apenas se conoció la medida adoptada el viernes, los miembros de la Conferencia Episcopal se contactaron para decidir un camino a seguir y se nominó a varios emisarios para hablar con los ministros de Estado. A través de un grupo de WhatsApp de la provincia del Maipo, el vocero de gobierno, Jaime Bellolio, recibió un mensaje del obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, reiterando la posición de la CECH en la materia.
Además, el mismo obispo González contactó directamente al ministro de Salud, Enrique Paris, a quien le dijo que no era posible incluir en un mismo grupo a todas las entidades que congregan personas. González ya había llamado a Paris por el mismo tema hace varias semanas, señalando la necesidad de establecer un marco en el cual pudieran funcionar las iglesias tomando resguardos sanitarios. “Si voy a un cine, le pongo un aforo y exigencias sanitarias. Y la gente confía, por qué entonces en los templos no se va a aplicar el mismo criterio”, dice el obispo González a La Tercera.
Esas no fueron las únicas gestiones. El obispo auxiliar de Santiago, Cristián Roncagliolo, también se comunicó con la Segpres durante el fin de semana para abordar la misma materia.
Y el obispo de Mesa Ampliada de Entidades Evangélicas de Chile, Emiliano Soto, habló por teléfono el sábado y domingo con el director de la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos (Onar), Jeremías Medina. “Le planteé la preocupación inicial de que se dictaminara el cierre de los cultos incluidos en la diversidad de medidas de cierre y no permitir eventos. Nosotros entendemos que la libertad de cultos y libertad religiosa resguardan el derecho a reunión y está en los derechos humanos a nivel tanto de la Constitución en Chile como en Latinoamérica. Me dijo que iba a buscar alguna solución a este tema”, detalló Soto.
Este lunes, en el balance diario, Paris explicó que tuvo “una reunión con los diferentes representantes de religiones durante la semana pasada y durante el fin de semana, viendo que había que corregirlo, lo corregimos. No tiene nada que ver con apertura de restaurantes y gimnasios”.
Según asistentes al encuentro con el titular de Salud, en la instancia participaron obispos, pastores, luteranos y otras iglesias y fijaron un protocolo en que se sugiere que estas actividades las hagan al aire libre.
Solicitud a La Moneda
Mañana a las 9 horas el ministro de la Segpres, Juan José Ossa, se reunirá por Zoom con los representantes de las iglesias en el marco de la cita mensual de la Oficina de Asuntos Religiosos. En el encuentro participarán el presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva, y el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González, como representante de la Iglesia Católica. Ahí plantearán al Ejecutivo la solicitud formal de equiparar el funcionamiento de los templos con los lugares que prestan servicios como supermercados, tiendas u oficinas públicas.
En tanto, los evangélicos esperan poder concretar una reunión con el Ejecutivo este miércoles. En la instancia, Soto planteará que “se debería crear un consejo interreligioso que incluya a la diversidad de credos para colaborar en busca de soluciones en estos temas”.