Cerca de media hora antes de que ingresara a la Cámara de Diputados la reforma constitucional que garantiza que los fondos de pensiones son inexpropiables, alrededor de las 13.30 horas, el ministro de la Segpres, Giorgio Jackson, envió a los representantes de las bancadas de Chile Vamos una copia del texto.

La iniciativa presidencial era una de las principales demandas de la derecha a cambio de no apoyar el proyecto de un grupo de parlamentarios que permitía un nuevo retiro universal del 10% de pensiones, la quinta de estas iniciativas que se debate en el Parlamento.

Pese a cumplir la demanda en la UDI y el Partido Republicano no todo fue fácil para el gobierno pues tuvo que lidiar hasta casi el filo del debate con que casi la mayoría de los parlamentarios de RN, algunos de Evópoli e incluso varios gremialistas resolvieran apoyar de todas maneras la moción de retiro de fondos impulsada por Pamela Jiles (PH). Así lo fueron anunciando al cierre de esta edición. Sólo el Partido Republicano comprometió en bloque su rechazo a la iniciativa.

Además La Moneda vio cómo la derecha en bloque también anunciaba durante la tarde que rechazaría el proyecto alternativo que presentó el gobierno y que permitía un retiro acotado de los fondos.

El escenario opositor -que en la práctica entrega un salvavidas a La Moneda- fue el resultado de una larga negociación por la reforma constitucional que blinda los fondos previsionales y que se fue dando desde el fin de semana con conversaciones entre el gobierno representado por Jackson y algunos referentes de las bancadas, como los UDI Jorge Alessandri y Guillermo Ramírez, y el RN, Andrés Longton.

Durante esta mañana se produjeron nuevos telefonazos entre el Ejecutivo y parlamentarios de la derecha. Jackson les pidió a los legisladores que apoyaran el proyecto acotado del Ejecutivo, y les garantizó que los ahorros de los trabajadores seguirían siendo de ellos.

El anuncio caló en la UDI, donde antes del inicio de la sesión el diputado Juan Antonio Coloma anunció que en su partido “mayoritariamente” iban a rechazar ambas iniciativas, tanto la del gobierno como la del grupo de parlamentarios.

Si bien algunos diputados gremialistas se descolgaron y anunciaron que iban a votar a favor del quinto retiro -como Álvaro Carter, Fernando Bórquez y Daniel Lilayu- el subjefe de bancada, Guillermo Ramírez, decía al cierre de esta edición que “el gobierno está cumpliendo con lo que le pedimos. Si bien la reforma constitucional tiene algunos errores y necesita que sea enmendada en el Congreso, creemos que es un buen punto de partida y le vamos a dar al gobierno los votos comprometidos para rechazar el quinto retiro”. En la Cámara la UDI cuenta con 23 votos y fuentes de la bancada aseguraron que comprometieron a La Moneda 10 votos de rechazo con lo que se aseguraba que el quinto proyecto de retiro de fondos no avanzara.

En el Partido Republicano -que tradicionalmente vota alineado- el jefe de bancada, Cristóbal Urruticoechea, anunció en la tarde que “vamos a rechazar ambos proyectos. El costo para las personas, sobretodo para quienes perciben menores ingresos, y para el país es muy alto”. Esa tienda cuenta con 15 votos.

En RN -aunque también habían solicitado el gesto de La Moneda para la inexpropiabilidad de los fondos- la situación fue todo lo contrario, pues los parlamentarios en su mayoría anunciaban que se volcarían a favor del quinto retiro. Dentro de los conteos que tenían en las bancadas se hablaba de que de los 25 diputados entre 18 y 20 estarían a favor. De los que iban a rechazar la iniciativa se mencionaba a Longton, Andrés Celis, José Miguel Castro, Catalina del Real, Ximena Ossandón y Diego Schalper.

En Evópoli durante la tarde se mencionaba que los cuatro estaban en contra del proyecto acotado del gobierno, y que en la moción parlamentaria estaban divididos.

Ayer se comentaba en el Congreso que gracias a la derecha el gobierno obtendría el triunfo de evitar que pasara el quinto retiro universal, ya que se necesitaban 93 votos para ser aprobado, y Chile Vamos con el Partido Republicano cuentan con 68 escaños.

Dentro de los análisis que se hicieron en la UDI fue que para su electorado era complicado que el partido apareciera aprobando un retiro de pensiones, en circunstancias que antes no han aprobado este tipo de proyectos.

De todas maneras, en el partido no quedaron 100% conformes con la reforma constitucional, ya que se esperaba que fuera incluida en el Capítulo XV -que cambia la Constitución- a lo que el gobierno no cedió. En el gremialismo quieren que el gobierno interceda ante la Convención Constituyente para que se garantice en la nueva Carta Magna que los fondos son inexpropiables.

También están las presiones porque se promueva la reforma de pensiones que fue impulsada por el gobierno de Sebastián Piñera y que no ha avanzado en el Congreso.

En RN dentro de los cálculos para aprobar el quinto retiro universal estaba hacerle pagar un costo político al gobierno, al ser un proyecto que tradicionalmente ha sido popular entre la ciudadanía y que fue impulsado por la entonces oposición dando duros golpes al gobierno de Piñera. Algunos parlamentarios no ocultaban una lógica revanchista, ya que anteriormente los retiros de fondos le generaron costos al gobierno anterior y a los candidatos presidenciales del sector.

Al cierre de esta edición, entre los parlamentarios de derecha se mencionaba que casi todos estaban en contra del proyecto acotado del gobierno. De todas maneras, como el retiro universal se votaba primero y el acotado después, en la derecha había algunos que sostenían que podrían eventualmente apoyar el proyecto del gobierno si es que se caía el de los parlamentarios. Ahí se mencionaban a algunas voces en reflexión, como como la diputada RN Francesca Muñoz, Andrés Celis y Ximena Ossandón, entre otros.