Tres generales y una teniente coronel declararon en calidad de testigos ante la Fiscalía de Alta Complejidad Centro Norte, Ximena Chong, entre el 23 de febrero y el 16 de marzo pasado. Esto, en el marco de la investigación por el delito de homicidio frustrado en contra del sargento de Carabineros Sebastián Zamora (23), a quien la investigadora formalizó por impulsar desde el Puente Pío Nono y hacia el lecho del río Mapocho a un adolescente identificado como A.A.J.A. (16), el 2 de octubre de 2020, en medio de manifestaciones en el sector de Plaza Baquedano.
La víctima terminó con graves fracturas y el uniformado hoy está con arresto domiciliario, luego de cinco meses en prisión preventiva, tras ser imputado por el Ministerio Público. Además, fue dado de baja por Carabineros debido a que omitió que tenía una cámara personal el día del cuestionado procedimiento.
Pero Chong no solo investiga el presunto homicidio frustrado. En paralelo, está buscando antecedentes sobre una supuesta obstrucción a la investigación de parte de los mandos en el caso Pío Nono, arista que estaría dando resultados luego de la colaboración del sargento Zamora en la causa.
Un informe de la Brigada de Derechos Humanos de la PDI detalla que varios uniformados, incluido Zamora, llamaron a la fiscalía luego de la caída del joven. Los mensajes apuntaban a que se había caído porque estaba escapando tras hacer desmanes en la vía pública y que por eso lo habían detenido. Información que para Chong resultó ser falsa y sólo buscaba “encubrir como una supuesta detención las circunstancias que rodean al acto homicida”, tal y como sostuvo en la formalización del excarabinero.
En ese contexto, el 10 de marzo pasado, la jefa de Alta Complejidad Centro Norte, junto a un equipo de la PDI, fue al edificio institucional de Carabineros a revisar actas de ingresos de los generales, tomó declaraciones y clonó discos duros. Luego de la diligencia, Jorge Martínez, abogado del general de Carabineros Enrique Monrás, dijo a través de un escrito al tribunal que Chong “pretende, a través de estas acciones ilegales (...), imputar algún supuesto delito a un oficial general de Carabineros”.
En medio de esta tensión entre la investigadora y Carabineros, los generales fueron citados a declarar por la fiscalía.
“El niño debía pasar detenido por desórdenes”
El 23 de febrero entregó su testimonio como testigo la generala de Carabineros Berta Robles Fernández. El día de la caída, ella estaba como la jefa de Servicio de la Zona Metropolitana. “Estaba en Comando y Control viendo las cámaras, cuando (...) observamos mucha gente que se asomaba al puente y empezó a bajar al lecho del río. Pedimos que nos focalizaran todas las cámaras y retrocedieran y ahí nos dimos cuenta de que una persona cayó al río”, dijo Robles.
En su declaración apuntó que de inmediato pidió a uno de los operadores que llamara a una ambulancia y a los bomberos, “y di la orden de que personal de Control de Orden Público (COP) dejara de intervenir con gases y agua para no entorpecer las maniobras de rescate”.
Indicó que al momento de registrarse la caída del adolescente, ella era la oficial de mayor grado en la sala y que dio cuenta a su superior a través de una llamada telefónica de lo que había pasado. Dijo no recordar si fue al general Bassaletti o al general Rodríguez.
Detalló que luego revisaron varias veces las cámaras: “Se ve el instante en que un carabinero de COP se acerca a una persona y que esta persona se impulsa y cae, mejor dicho, que una persona se eleva y cae, esto mientras tanto carabineros y manifestantes corrían (...). Yo identifico este proceso como una arremetida y tiene por finalidad despejar el lugar en que se estaba realizando el desorden y detener a las personas que fuera posible”.
La generala Robles sostuvo que luego de analizar varias veces los videos, pidió a la comandante Paola Muñoz que se hiciera cargo del procedimiento y “dispuse que el niño debía pasar a detenido por desórdenes públicos, ya que constaba su participación en las manifestaciones y que debía materializarse su detención en la Clínica Santa María. La orden la di telefónicamente y por WhatsApp”.
“¿Quién le informa a usted que el joven habría sido observado causando desórdenes?”, le preguntaron los investigadores. “Yo vi las cámaras donde él se observa con un palo golpeando un vehículo policial en el sector de Plaza Baquedano. Yo pido que me muestren las imágenes (...). La orden de que pasara detenido la di unas dos horas después del hecho, cuando realmente me consta que estaba participando en este desorden. Sé que se trata del mismo niño por las vestimentas, el pantalón azul con rayas, el polerón con capucha y las zapatillas”, respondió la oficial.
Después, agregó que tomó la decisión de detenerlo, porque “el niño no estaba manifestándose pacíficamente, sino que estaba causando desórdenes públicos. Según mi criterio, él antes que víctima fue victimario. Aclaro que fue víctima de una caída”.
Además, señaló que ella no le ordenó al carabinero Zamora que llamara a la fiscalía para dar cuenta de la detención del joven. Pero sí reconoció que ella fue quien ordenó que el parte del detenido fuera revisado antes por el abogado de la prefectura: “Esto no se hace en todos los casos, tendríamos que tener mucha gente disponible, pero sí en los procedimientos relevantes”.
El mismo día que la generala Robles declaró ante Chong, lo hizo también la teniente coronel Paola Muñoz Egaña, quien fue la persona que llegó a la comisaría donde estaba Zamora tras la caída del joven. “Llegando a la unidad, me entrevisto con ellos, les digo quién soy y que venía a verificar el procedimiento. El teniente Fernández me dice ‘pasó este procedimiento, pero no sabemos cómo fue (...). Luego interviene Zamora y le preguntó qué pasó, a lo que me responde ‘sí, mi comandante, lo que pasa es que estábamos en la arremetida y no sé en qué momento pasó esto que el chico se resbaló'”, sostuvo.
Egaña señaló que en ese momento recibió un mensaje de la generala Robles, quien le dijo que el joven que se había caído al río estaba en las manifestaciones y que lo habían visto en las filmaciones de las cámaras. “Cuando se verifica que estaba participando en las manifestaciones se procede a establecer que pasaría a detenido”, dijo la teniente.
Los altos mandos
El 16 de marzo fue el turno de los generales Enrique Monrás y Enrique Bassaletti. El primero declaró ante Chong que fue la generala Robles quien lo llamó por teléfono para informarle sobre la caída al río Mapocho. Recordó que en ese momento estaba en el cuarto piso del Edificio Norambuena de Carabineros y subió unos pisos para llegar a la sala de Comando y Control, donde estaba la generala Robles.
“En un momento me llama el coronel Valdés de Daicar y me dice que había un teniente que habló con Zamora y que en su apreciación lo que dice Zamora es verdad (...). Lo conversamos con la generala Berta Robles, le instruyó iniciar un sumario administrativo”, apuntó.
“¿Entrega usted alguna otra instrucción?”, le preguntaron los investigadores al alto oficial. “Que vean el tema, que ya el carabinero estaba diciendo que había tratado de detenerlo, para que lo vean con los abogados y llamen a la fiscalía para que vean si lo pasan a detenido o no. Le digo ‘vean bien eso’”.
Monrás, en tanto, señaló que habló con Zamora al día siguiente y que le preguntó si iba a necesitar asesoría legal. Además, dijo que recién se enteró de que Zamora traía una cámara puesta el día de la caída cuando así lo informó públicamente su abogada.
Al final de su declaración, detalló que era la generala Robles quien estaba a cargo del procedimiento y que en una conversación posterior supo que ella había dado la orden de detener al joven que había caído al río.
En tanto, el general Bassaletti declaró que se enteró “por redes sociales o por la prensa” que un menor de edad se había caído al Mapocho en medio de una intervención policial.