Lula vuelve a estar en carrera por la presidencia y Brasil se polariza de cara a 2022

Un juez anuló las sentencias de prisión dictadas en primera instancia contra el exmandatario, lo que le devuelve la posibilidad de ser candidato. Sin embargo, esta decisión tendrá que ser antes ratificada por el Tribunal Supremo.


“En 2022, solo tendré 77 años, un joven. Si en ese momento los partidos de izquierda entienden que puedo representarlos, no tengo ningún problema en hacerlo”. En una entrevista publicada el sábado por el diario El País, el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva respondía así ante la consulta de si se presentaría a las elecciones presidenciales de ganar la batalla judicial contra su inhabilitación política.

Y este lunes ese escenario pareció quedar más próximo, luego de que el juez Edson Fachin, de la Corte Suprema de Brasil, anulara todas las sentencias de prisión dictadas en primera instancia contra Lula, una decisión que devuelve al exmandatario la posibilidad de ser candidato en los comicios presidenciales de 2022. Sin embargo, esta decisión tendrá que ser antes ratificada por el Tribunal Supremo.

La decisión de Fachin se refiere a tres procesos en los que Lula fue juzgado por un tribunal de primera instancia de Curitiba, por casos vinculados a la operación anticorrupción Lava Jato, que descubrió un esquema de sobornos pagados por grandes constructoras a políticos para obtener contratos en la petrolera estatal Petrobras, a cargo del entonces juez Sérgio Moro, que, según explicó la propia Corte Suprema, no contaba con competencias jurídicas para llevar los casos.

“La decisión del ministro Edson Fachin significa que se anulan todos los actos relacionados con las demandas que involucran al expresidente Lula, incluidas las acciones penales y las investigaciones que lo convirtieron en imputado. Sin condenas, tiene derecho a presentarse nuevamente a las elecciones”, explica a La Tercera Edson Sardinha, editor ejecutivo del portal político Congresso em Foco.

Fachin respondió a un pedido de habeas corpus presentado por la defensa de Lula en noviembre y decidió que el exmandatario (2003-2010), de 75 años, sea juzgado nuevamente por la justicia federal de Brasilia, alegando que los casos concernidos no se limitaban a Petrobras.

El expresidente fue condenado en 2018 por corrupción y lavado como beneficiario de un tríplex en Guarujá (litoral de Sao Paulo), lo que le impidió presentarse a las elecciones presidenciales de ese año debido a sus antecedentes penales. Estuvo detenido desde abril de ese año hasta noviembre de 2019 en una celda especial en la sede de la Policía Federal de Curitiba.

La sentencia fue validada en tercera instancia y totalizaba ocho años, 20 meses y 20 días de cárcel, aunque una decisión de la Corte Suprema le permitió agotar todos los recursos judiciales en libertad. En 2020 fue condenado a 17 años en segunda instancia, acusado de recibir sobornos de constructoras, relacionados con un sitio en Atibaia (Sao Paulo) a cambio de influir en la obtención de contratos en Petrobras.

Lula siempre negó las acusaciones y se considera blanco de una operación política en su contra orquestada por Moro, el juez que lideró la Lava Jato, y que en 2019 asumió el Ministerio de Justicia del Presidente Jair Bolsonaro. Moro permaneció en el cargo hasta abril de 2020, cuando se distanció del mandatario.

La decisión de Fachin, según France Presse, asesta un golpe de gracia a Lava Jato, que, después de varias derrotas judiciales, fue desactivada en Brasil en febrero. “Al usar métodos corruptos para atacar la corrupción, la operación contribuyó a poner en peligro el Estado de derecho y la democracia en Brasil, al pavimentar el discurso antipolítica de Jair Bolsonaro que lo llevó al poder”, comentó a La Tercera Gaspard Estrada, director ejecutivo del Observatorio Político de América Latina y el Caribe (OPALC) de Sciences Po, en París.

El exjuez, que fue símbolo de la lucha de Bolsonaro contra la corrupción y ministro de Justicia, está siendo investigado por actuar en connivencia con fiscales y por extrapolar sus facultades para condenar al expresidente y otros funcionarios por la Lava Jato. En este punto, los efectos de la decisión de Fachin de anular todas las decisiones tomadas por Moro en relación con Lula siguen siendo objeto de especulación. Tendremos que esperar los próximos pasos para conocer las implicaciones de esta decisión para Moro, si lo favorecerá de alguna manera o no”, advierte Sardinha.

A juicio del experto, “Lula siempre será candidato a la Presidencia, incluso si no disputa la elección”. Las cosas cambian muy rápido en Brasil. Por ahora, no hay garantía de que Lula sea elegible en 2022, ya que siempre hay espacio para giros y vueltas en el Poder Judicial brasileño. El expresidente se opone a Bolsonaro. Quien ama a uno, odia al otro. La anulación de su condena debería hacerlo aún más activo en el juego político, polarizando aún más el escenario político en Brasil”, apunta.

En ese sentido, un sondeo publicado el domingo por el diario O Estado de Sao Paulo mostró que el 50% de los encuestados consideró que votaría o podría hacerlo por Lula si se presentara de nuevo al poder. Los que absolutamente no elegirían al fundador del Partido de los Trabajadores (PT) representan un 44% del total. Por su parte, Bolsonaro tiene 12 puntos porcentuales menos en el voto en potencia (38%) y 12 más en el rechazo a su mandato (56%).

Con todo, la eventual candidatura de Lula “no unifica a la izquierda y al centro-izquierda”, señala Sardinha. Ciro Gomes, quien fue candidato a la presidencia en 2018 y casi pasó a la segunda vuelta contra Bolsonaro, calificó como un “circo” en el que no participará si Lula es candidato.

A juicio del editor ejecutivo de Congresso em Foco, “Bolsonaro debe utilizar la anulación de las condenas de Lula como combustible para incitar aún más a sus seguidores, que lo califican de mito, y ocultar los fracasos de su gobierno, especialmente en el combate a la pandemia, e intensificar la polarización con Lula, en un intento de fomentar el odio hacia el expresidente y la izquierda”.

Sergio-Moro
El exjuez de la operación Lava Jato y exministro de Justicia, Sérgio Moro.

De hecho, Bolsonaro dijo que Fachin “siempre tuvo una vinculación fuerte con el PT”. “Todos fuimos sorprendidos (por esa decisión), pero al fin de cuentas el bandidaje de ese gobierno (de izquierda) está claro para toda la sociedad”, declaró a CNN Brasil. Previamente, comentó a un canal digital oficialista que “no hay gente nueva para 2022, no hay nadie”, agregando que si el PT estuviera gobernando el país estaría en cuarentena total por la pandemia.

Bolsonaro indicó que en breve se afiliará a un partido para poder presentarse a la reelección, ya que en 2019 se desafilió del Partido Social Liberal y luego fracasó por falta de firmas en su intento por fundar ante la justicia electoral su fuerza, Alianza por Brasil.

La noticia de la anulación de las condenas a Lula repercutió con fuerza en Brasil. La Bolsa de Sao Paulo cerró con una caída del 3,93% después del anuncio, en tanto que el real llegó a cotizar a 5,77 por dólar, su valor más bajo desde el 15 de marzo de 2020.

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