Más personas vacunadas que contagiadas: Las “esperanzadoras” cifras de EE.UU. tras el mes más mortífero por el Covid-19

El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, visita un recinto de vacunación contra el Covid-19 en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, en Bethesda, Maryland. Foto: Reuters

Después de sumar más de 95.000 decesos en enero, empiezan a asomar ciertas señales de avances: están disminuyendo los casos y las hospitalizaciones y la campaña de vacunación se está acelerando.


Estados Unidos, el país más azotado por el Covid-19, inició febrero con “cifras esperanzadoras”. Después de vivir en enero el mes más mortífero desde que estalló la pandemia, con 95 mil decesos de un total de 454 mil, empiezan a asomar ciertas señales de avances: están disminuyendo los casos y las hospitalizaciones y la campaña de vacunación se está acelerando.

Por primera vez desde el inicio de la pandemia en el país, hay más vacunados que contagiados. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) confirmó que a la fecha 32,2 millones de ciudadanos han recibido “una o ambas dosis de una vacuna contra el virus”, mientras que los contagios totales alcanzan 26,9 millones de casos positivos.

Después de que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) autorizó el uso de la vacuna desarrollada por Pfizer, el pasado 11 de diciembre, dos días después comenzaron a llegar las primeras dosis al sistema sanitario de EE.UU., que fueron repartidas en las ciudades para dar el puntapié inicial en la campaña masiva de inoculación el 14 de ese mes.

Según Bloomberg, aunque EE.UU. tuvo una serie de tropiezos en el lanzamiento, tiene uno de los mayores ritmos de administración de vacunas en el mundo, con alrededor de 1,34 millones de inoculaciones diarias. A esto se suma que en las seis semanas posteriores a las primeras inmunizaciones, cerca del 7,8% de los estadounidenses ya había recibido una o más dosis, mientras que un 1,8% estaba “completamente vacunado”.

Al igual que la mayoría de los países, Estados Unidos alertó después de las fiestas de Navidad y Año Nuevo sobre una preocupante alza de contagios, que ha comenzado a descender en las últimas semanas junto con el número de hospitalizaciones y visitas a salas de emergencia, si bien los índices permanecen como los más altos del mundo.

En la actualidad, la media en una semana de casos nuevos en EE.UU. bajó a 144 mil. En tanto en el primer día de febrero, casi 95 mil personas permanecían ingresadas en algún establecimiento de salud a lo largo del país a causa del virus. Se trata de la primera vez en dos meses que se produce una caída por debajo de los 100 mil hospitalizados. Además, hay casi 20 mil pacientes internados en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), de ellos 6.291 requieren de un ventilador mecánico.

En los 50 estados del país hay una tendencia a la baja de los índices epidemiológicos. Uno de los mayores logros lo dio el estado de Nueva York, el más azotado por el coronavirus durante el primer semestre de 2020. El gobernador Andrew Cuomo celebró que por primera vez desde el inicio de la pandemia detectaron menos de 10 mil nuevos casos en 24 horas, con 8.508 contagios.

Sin embargo, los expertos han apuntado que el descenso no tiene que ver exclusivamente con el proceso de inoculación en curso, sino también con un “probable cambio de comportamiento de los ciudadanos” ante la amenaza de la enfermedad.

El cambio de estrategia en la lucha contra pandemia registrado tras la salida del republicano Donald Trump y la asunción del Presidente Joe Biden, el 20 de enero, estaría generado los primeros resultados positivos. Durante estas semanas, Biden llegó al Despacho Oval ordenando la reincorporación del país a la Organización Mundial de la Salud (OMS), exigiendo un test PCR negativo con 72 horas de vigencia para todos los viajeros provenientes del extranjero y una cuarentena obligatoria, todo antes de la esperada “nueva ola del invierno”.

Las senadoras Susan Collins y Lisa Murkowski en diálogo con el Presidente Joe Biden durante una discusión con los senadores republicanos sobre la legislación de ayuda federal por el Covid-19, en la Casa Blanca. Foto: Reuters

El viernes pasado, el CDC emitió una orden general que exige el uso de mascarillas en casi “todas las formas de transporte público en todo el país” que comenzó a regir esta semana para todos los viajes en “aviones, trenes, buses, taxis, metros, transbordadores y barcos”. Durante el mandato de Trump, cada estado tenía la potestad de emitir restricciones, lo que generó diferencias en el manejo de la crisis.

En un paso más allá, la Casa Blanca de Biden prometió que el acceso a las vacunas contra el Covid-19 está garantizado tanto para ciudadanos estadounidenses, como para todos los inmigrantes indocumentados. En ese escenario, para que las personas no tengan temor y se acerquen a recibir la vacuna, todos los centros de inoculación serán catalogados de “zonas libres” de la aplicación de la ley de inmigración, tal como ocurre en los hospitales, escuelas y lugares de culto. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) no podrá realizar arrestos en estas zonas.

Un letrero que dice "Se requieren mascarillas en esta área" se observa en un aeropuerto de Estados Unidos. Foto: AFP

“Independientemente de su estatus migratorio, el Departamento de Seguridad Nacional apoya por completo el acceso igualitario a las vacunas contra el Covid-19 y los centros de distribución de la vacuna para inmigrantes indocumentados”.

Comunicado del DHS

Según la agencia The Associated Press, en las próximas horas el gobierno estadounidense enviará vacunas contra el Covid-19 a las farmacias del país. Inicialmente, el CDC despachará cantidades limitadas a estos establecimientos, que aumentarán gradualmente a medida que la producción de los fármacos crezca.

De acuerdo con la cadena NBC, el coordinador de respuesta de la Casa Blanca a la pandemia, Jeff Zients, confirmó que cerca de un millón de dosis serán enviadas a 6.500 farmacias desde la próxima semana, lo que se podría elevar a 40 mil centros de compra.

Una funcionaria usa mascarilla y guantes en la farmacia CVS, en una tienda Target, en Washington. Foto: AP

Además, Zients anunció que esta semana se distribuirán 10,5 millones de dosis, lo que significa un 5% más que la semana pasada y un aumento del 22% en las dosis semanales desde que Biden asumió en el cargo.

Esto proporcionará más sitios para que las personas se vacunen en sus comunidades. Y es un componente importante para administrar vacunas de manera equitativa.

Jeff Zients, coordinador de la respuesta a la pandemia en EE.UU.

Aún con las “buenas noticias”, los especialistas en enfermedades infecciosas advirtieron que EE.UU. está en una “carrera contra el tiempo” debido a que en al menos 32 estados ya se han detectado casos de la variante británica, también conocida como B.1.1.7, que es más contagiosa que la cepa originada en Wuhan, China.

Según CNN, la semana pasada funcionarios de la salud de Minnesota anunciaron el primer caso con la variante P.1 en un viajero proveniente de Brasil. Otros dos estados -sin identificar- confirmaron contagios de la variante sudafricana, una mutación para la cual las vacunas desarrolladas serían menos efectivas.

Pese a este escenario, el estado de Nueva York debió suspender el proceso de vacunación ante una tormenta de nieve, que obligó a decretar estado de emergencia ante el pronóstico de más de 50 centímetros de nieve, llevando a cancelar vuelos y cerrar establecimientos educacionales.

El principal encargado de enfermedades infecciosas de EE.UU., Anthony Fauci, enfatizó que “entre el 70% y el 85% de los 330 millones de estadounidenses deben estar expuestos al patógeno a través del virus o a la vacuna” para alcanzar la inmunidad colectiva, que podría frenar el avance de la pandemia. Mientras el país intenta lograr la meta, los expertos apuntan a la necesidad de cumplir las medidas sanitarias para evitar nuevos confinamientos.

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