Una sorpresa que obliga a revisar las proyecciones de crecimiento para el año, pero también a ponderar sus efectos sobre el proceso de rebaja de las tasas de interés por parte del Banco Central. Así tomaron los economistas el dato de actividad económica de enero, el cual nuevamente estuvo por sobre sus proyecciones.

Este miércoles el Banco Central informó que el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) registró un crecimiento en enero de 0,4% en 12 meses, versus la caída de 1% anotada en diciembre, con lo que rompió una racha de cuatro meses consecutivos de retrocesos.

El dato estuvo por sobre la caída generalizada que esperaba el mercado para el primer mes del año y cuyas expectativas iban hasta -0,9%.

La serie desestacionalizada aumentó 0,5% respecto del mes precedente. Además, el dato no minero tuvo una disminución de 0,2% en doce meses, mientras que, en términos desestacionalizados, creció 0,4% respecto del mes anterior.

Minería

Por sector, se detalló que la producción de bienes creció 1,6%, resultado explicado por el desempeño de la minería que aumentó 4%, mientras que los servicios también crecieron un 1,6%, debido principalmente a los servicios personales y, en menor medida, a los empresariales.

Por su parte, la actividad comercial tuvo una disminución de 3,2%, lo que se explica por el comercio minorista, donde destacaron las menores ventas en supermercados, grandes tiendas y establecimientos especializados de alimentos y bebidas, según el informe del instituto emisor.

Los cambios y revisiones

El dato generó una serie de análisis entre los economistas, quienes ven que tras este resultado es necesario recalibrar sus estimaciones. Si bien la percepción de un mejor escenario macroeconómico para 2023 ya se venía gestando hace un par de semanas, el mejor Imacec de enero podría estar marcando un punto de inflexión en esa puesta al día y en la visión de un ajuste más leve, aunque aún con una caída del PIB.

Si bien hay quienes no quisieron especificar sus proyecciones, porque todavía están en proceso de revisión, las correcciones parten ya para los Imacec de febrero y marzo. Se espera que la publicación de las cuentas nacionales el próximo 20 de marzo agregue información para la corrección de los pronósticos.

En su última proyección para este año, dada a conocer a mediados de febrero, el Ministerio de Hacienda corrigió levemente a la baja su pronóstico para el desempeño del PIB en 2023, a una contracción de 0,7% desde el anterior de -0,5%. Dicha estimación es menos negativa que la del Banco Central, el que en su último Informe de Política Monetaria (Ipom) de diciembre planteó un rango de descenso de entre 0,75% y 1,75% para la economía este año.

Tras el Imacec de enero, varios economistas consultados están estimando mejoras que van desde un par de puntos básicos hasta un punto porcentual para sus proyecciones de PIB del año, con lo cual, en general, estás se moverían del rango -2% a -1%, a uno entre -1,5% y 0%.

La excepción es Tomás Flores, economista de Libertad y Desarrollo, quien sostiene que parte importante de la sorpresa se produjo por el crecimiento de la minería, pero “no sabemos cuán recurrente es ese fenómeno, porque tiene una parte de esa expansión, que si bien es más estable, como el litio, la parte de cobre varía, por lo que no sabemos si en febrero el fenómeno se volverá a repetir”.

Por ello, dice el economista, para febrero espera un indicador de -1,5% a -1,7%, pero para el primer trimestre revisará los datos con las cuentas nacionales y el mismo Imacec de febrero. Para el año, mantiene su escenario de una contracción de 1,5% en el PIB.

Claudio Soto, economista jefe de Santander, señala que “llevamos dos meses con Imacec que han sorprendido al alza, con lo cual empiezan a aparecer indicios de que la economía no se estaría contrayendo a la velocidad que se esperaba en algún momento”.

Así, indica que si bien “para 2023 estimábamos una caída de 1%, con este dato revisaríamos al alza nuestra estimación, seguramente será un par de décimas más alto, pero seguimos viendo una contracción de la economía en el año”.

En la misma línea, Carolina Grünwald, economista jefa de Banchile, comenta que “formalmente no cambiamos el escenario todavía, pero claramente esta es una señal indudable de resiliencia en la actividad”. Por ello, apunta que en Banchile tenían una proyección para 2023 de -2%, pero “probablemente estará sujeto a revisión al alza”.

En tanto, Felipe Jaque, economista jefe Grupo Security, explica que “con un dato no se cambia el escenario”, pero en los últimos seis meses la actividad ha estado mas bien plana, “no se ha estado contrayendo. Se configuró un escenario con un 2022 que cerró mucho mejor, y ese momentum se ha mantenido y lleva a poner un sesgo al alza a las proyecciones de 2023″.

Por lo mismo, apunta que antes del dato de este miércoles su estimación del PIB para el año era de -1%, pero tras su publicación se ha corregido a 0%.

Por su parte, Hermann González, coordinador Macroeconómico de Clapes UC, dice que el dato del miércoles “viene a ratificar el mejor panorama que se empezó a ver a fines del año pasado, porque no es sólo el dato del miércoles, el Imacec de diciembre también fue una sorpresa y en el último trimestre vio un leve repunte”.

Por eso, argumenta que se empieza a reducir “significativamente la probabilidad de escenario de caídas del PIB de mayor magnitud, de 2% o más”.

Para este 2023 estimaban una contracción de la economía de 1,5%, pero “es muy probable que la revisemos al alza, a un cifra cercana al 1% de caída”, puntualiza, aunque recalca que la cifra no será positiva hacia el término del ejercicio. “Hay que tener cuidado con sobrereaccionar a datos puntuales, porque queda un año lleno de incertidumbre, cuesta ver catalizadores importantes para la inversión”.

Según Alejandro Fernández, socio de la consultora Gemines, la cifra de enero “reduce las probabilidades” de una recesión fuerte, pero indica que “nada impide que los próximos datos sean peores. Se están acabando los ahorros extraordinarios de los retiros, la masa salarial se está deteriorando y el escenario externo podría empeorar”.

No obstante, para todo 2023, su estimación de caída del PIB se redujo desde -0,7% a -0,2%.

En tanto, Sebastián Piña, analista económico de BTG Pactual Chile, plantea que el dato de Imacec “nos ha hecho corregir sucesivamente nuestras expectativas de crecimiento para este año, desde -1,5% hace algunos meses, a -0,5% al día de hoy (miércoles)”.

Banco Central y tasas

“Esta combinación de actividad por sobre lo esperado, con inflación más persistente, tiene una única respuesta de política monetaria: tasas altas por más tiempo”, enfatiza González. Y esa postura no es aislada, todos los economistas consultados explican que la fortaleza de la actividad repercutirá en la decisión del Banco Central sobre cuándo comenzará el proceso de reducción de la Tasa de Política Monetaria (TPM), hoy en 11,25%.

Consejo del Banco Central

Claudio Soto dice que “seguramente el Central querrá tener más antecedentes de la fase de ajuste de la economía antes de embarcarse en un proceso de baja de tasas, lo cual podría significar rezagar en el tiempo el inicio de la reducción”, mientras que Grünwald argumenta que “con esto ( el Imacec) el mercado trasladará su expectativas completamente hacia junio para el recorte de tasas. La inflación sigue siendo demasiado alta y hay que controlarla antes de empezar a bajar las tasas”.

No obstante, Fernández difiere y dice que “sigo pensando que en mayo viene la primera rebaja de tasas”.

Según Jaque, el punto que abre la preocupación tras el dato de enero es que la inflación está por sobre la meta, y “las expectativas de inflación de corto y mediano plazo suben, junto con las expectativas de tasas de interés. El encuadre es que son buenas noticias (para la economía), pero repercute sobre las expectativas de inflación y sobre las tasas de interés”.

Para González, “la inflación todavía sigue muy alta, se ha ido postergando el movimiento en el cual el BC baje las tasas, pero eso va a significar que el crédito permanecerá caro por más tiempo”.