Ramiro Navajas, jefe de la Defensa de Valparaíso: “No esperen a que los fiscalicen, no podemos estar en cada calle, es imposible”
El contraalmirante de la Armada destaca que se han realizado 20 millones de controles, que han derivado en poco más de 40 mil sumarios sanitarios y 30 mil detenciones. Relata que han desplegado una nueva estrategia, caracterizada por "controles dinámicos" guiados por mapas de calor de contagios, para guiar las revisiones y mejorar la eficacia de los procedimientos. Con todo, destaca que no son estas revisiones, sino la conciencia de las personas y la empatía, lo que permitirá a la región salir del fuerte rebrote de coronavirus que está enfrentando.
El contraalmirante Ramiro Navajas (56) encabeza la Primera Zona Naval de la Armada. Y, en el contexto del estado de excepción, es el jefe de la Defensa Nacional en Valparaíso, a cargo del personal de las Fuerzas Armadas, Carabineros y PDI. Con ese contingente, la autoridad destaca que en el último año han superado los 20 millones de controles en la zona, que registra un agresivo brote de coronavirus. Un balance, asegura, no exento de dificultades, por algunos casos en que personas han intentado evadir las fiscalizaciones y que han llevado, incluso, a disparar a los neumáticos de vehículos para detener su huida. El último de estos hechos ocurrió el lunes, cuando un marino redujo con un fusil a un hombre en Valparaíso, desatando críticas por el procedimiento.
La autoridad revela que el mes pasado se actualizó la estrategia de seguridad en la zona. Se están aplicando controles dinámicos, a partir de mapas de calor y con fiscalizaciones aleatorias, tendientes a mejorar la eficacia. Con todo, destaca que el compromiso de las personas, más que la fiscalización, es clave para frenar los contagios.
Ha generado críticas el procedimiento del funcionario de la Armada que detuvo con un fusil a un hombre en Valparaíso. ¿Por qué se utilizó el arma?
Nuestro personal se encontraba apoyando las fiscalizadoras de la Seremi de Salud, en controles que estaban realizando a los pasajeros de la locomoción colectiva, en Valparaíso, y un joven quiso eludir dicho control. El individuo emprendió la huida y, junto con ello, insultó al personal naval, por lo que fue perseguido por flagrancia e infracción al Artículo 318 (poner en riesgo la salud pública). Cuando el servidor logró darle alcance, lo redujo de acuerdo al mínimo uso de la fuerza, de una forma tal de poder llamar a Carabineros sin causarle daño físico. Cabe hacer presente que el individuo, además, faltó al Artículo 284 del Código de Justicia Militar (insultar al militar), por lo cual la institución presentará los antecedentes a los tribunales competentes.
Usted asumió hace un mes como jefe de Defensa. ¿Son las evasiones las mayores dificultades de su gestión hasta ahora?
Una de las dificultades que hemos tenido -mínimas, puntuales- son las evasiones. Ha habido evasiones en ciertas aduanas sanitarias o puntos de control, con intentos de atropello en Concón, Casablanca, en varias partes. Ahí, haciendo uso de la legítima defensa, y de una reacción muy ágil y precisa, el personal de infantería de marina ha hecho uso de su armamento para poder inhabilitar el auto, disparando a los neumáticos parar detener a las personas, porque claramente ahí hay una flagrante intención de causar un daño. Pero estos son casos muy puntuales para los millones de controles que se han hecho. Pero sí han existido. Y eso agota, porque ellos tienen que estar muy atentos a la reacción que están teniendo los automovilistas cuando los controlan.
En general, ¿cómo reaccionan las personas frente a los controles?
La actitud de la gran mayoría de las personas en los controles es positiva, cooperadora. En algunas comunas se ha generado un nexo muy positivo entre la comunidad y los miembros de las FF.AA. Se ha construido una confianza, una comunicación fluida. Nosotros desplegamos controles dinámicos. Como fui director de Programas, Investigación y Desarrollo de la Armada, hicimos un análisis para determinar cómo se es más eficiente, con las mismas personas que están fiscalizando, y poder detectar más infractores. Hicimos una herramienta computacional que toma los mapas de calor disponibles y uno puede ver la cantidad de contagiados por comuna, sector y su movilidad. Eso nos ha ayudado a posicionar a nuestras patrullas de forma aleatoria: aparecen dos o tres horas en un lugar, luego desaparecen y aparecen en un lugar que nadie espera. También tratamos de mostrarnos, de ser visibles. Estamos combinando los puntos más visibles con aquellos más inesperados para las personas.
¿Cómo evalúan la efectividad de la estrategia?
Puedo decir que es más efectiva en base a los números, a la cantidad de detección de infracciones que hemos tenido, en comparación a la estrategia de los puntos fijos que teníamos el año pasado. También hemos incorporado las patrullas interagencias, donde va alguien de la Armada, de la Seremi de Salud, un carabinero y un PDI. Ellos están haciendo barrido por distintas calles y control pedestre, que es muy importante. En general la mayoría de los automovilistas circula con un permiso válido, pero las personas salen sin el permiso. Hemos incrementado estos controles pedestres y han dado buenos resultados. También se detectan otro tipo de cosas: personas con orden de detención pendiente o que están ilegales en el país.
¿Cuál es el rol del personal militar en las fiscalizaciones por la pandemia?
La fiscalización es un proceso. En el control y detección de personas que están infringiendo la norma sanitaria, las FF.AA., Carabineros y la PDI juegan un papel importante, apoyando al personal de Salud, generándole las condiciones para que pueda hacer su trabajo de fiscalización, porque en realidad ellos son los fiscalizadores. Nosotros le generamos ese entorno seguro. No obstante, y entendiendo que no hay una gran cantidad de fiscalizadores, nosotros también apoyamos en acelerar los procesos de control y detección, por ejemplo, en la Ruta 68 o la (cuesta) La Dormida, donde se han instalado aduanas y cordones sanitarios. De esta primera parte, que es control y detección, en la Región de Valparaíso hemos realizado 20 millones de controles desde que partió la pandemia. Somos la región que más controles ha efectuado en el país. Y se han hecho poco más de 40 mil sumarios sanitarios y 30 mil detenciones.
¿Y en la disminución de la movilidad?
Al hacer cumplir la norma sanitaria impuesta -las cuarentenas, toques de queda, cordones sanitarios, etc.- y cuando la gente cumple estas normas, obviamente se reduce la movilidad. Y al mismo tiempo la circulación viral. El tema es que a veces esa movilidad no se disminuye mucho, por los permisos que están autorizados. Me explico. En la Avenida España -que conecta Valparaíso con Viña del Mar- el año pasado estábamos permanentemente controlando, y la amplia mayoría de las personas que transitaban portaba algún tipo de permiso legalmente establecido. Yo no me voy a referir a si fuimos eficientes o no en reducir la movilidad, porque, insisto, nosotros controlamos a las personas, apoyando a Salud, y ahí se detecta quién está incumpliendo la norma. Ahora, si hay muchos permisos para poder hacer distintos tipos de actividades, eso ya no es problema nuestro.
¿Usted cree que hay muchos permisos?
No, no estoy afirmando que hay muchos permisos. Estoy diciendo que, en casos puntuales, por ejemplo, en la Avenida España, las personas portaban un permiso legalmente establecido. Me explico. Si voy un día al supermercado y encuentro que hay mucha gente, sin duda la gran mayoría de esa gente está con permiso.
¿Si se aumentan las fiscalizaciones se reduce la movilidad?
Yo diría que no. No se reduce la movilidad. Los números así lo indican. Tenemos 20 millones de controles efectuados. Lo que más reduce la movilidad es la conciencia de las personas, que salgan cuando realmente lo necesiten. Que nos cooperen. Ese es el llamado.
Y esa cantidad de fiscalizaciones no ha logrado bajar los contagios...
No. Si yo comparo las fiscalizaciones efectuadas en Valparaíso con otras regiones, yo debería concluir que Valparaíso debiera estar con los mejores números a nivel nacional. Y no lo está. Pero también hay cuestiones técnicas, desde el punto de vista epidemiológico, que yo desconozco, y de demografía. Valparaíso tiene muchos cerros, donde la gente vive muy junta. De difícil acceso. No es posible hacer una relación entre fiscalización y cantidad de contagios. No obstante, la fiscalización sí es importante, cuando las personas no tienen conciencia y quieren romper las normas, el hecho de que sepan que se está fiscalizando y que hay una sanción pone un freno. Por eso, hago un llamado a que las personas sean más maduras, y tengan más conciencia, más solidaridad y empatía, que no crean que esto es una teleserie, película o conspiración. Es real. Las personas conectadas a ventiladores mecánicos son reales. No esperen a que los fiscalicen. No podemos estar en cada calle, es imposible. Tratamos de hacer lo mejor posible nuestro trabajo, pero si las personas actuaran con mayor conciencia, autocontrol y autocuidado, creo que tendríamos mejores cifras.
¿Usted considera que es útil el toque de queda?
La reducción de la movilidad es un aporte importante al control de la pandemia.
El mes pasado usted dijo: “Este buque está haciendo agua”. ¿Lo sigue haciendo?
Yo hice una analogía. Como país, que sería el buque, todos somos dotación. Por lo tanto, todos tenemos que trabajar en equipo. Yo represento a la pandemia como que fue una avería, y por eso nos estamos inundando. O sea, es serio, nos estamos inundando. Y desde que tuvimos esta avería, tuvimos un período de más inundación, o sea, alta velocidad de inundación, y período de menos inundación, que fue cuando controlamos. Pero ahora la inundación esta rápida, y por eso el llamado es que todos se sumen a controlar esta avería. Pero cuando tenemos personas que están contagiadas o que son contacto estrecho y andan por la calle, o haciendo fiestas masivas, esas personas no solo no están contribuyendo a controlar la avería, sino que nos están produciendo averías en otros lugares.
¿Cómo está el personal a un año de pandemia?
Sí, hay cansancio en el personal, pero también hay un compromiso gigante. Se sienten felices de ser parte de esto. Tengo gente que hace turnos de 18 horas al día. Estamos dando todo lo nuestro para ser un aporte.
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