“Ante la seriedad de los hechos, hemos aceptado la renuncia que el Sr. Rojas ha presentado esta tarde a la vicepresidencia adjunta de la Convención”, dice el punto crucial de la declaración que comenzó a circular pasadas las 17 horas de ayer y con que la mesa ampliada de la Constituyente afrontó el primer impacto -mas no el último- de la “hecatombe” provocada por la confesión del delegado de que había mentido y no padecía cáncer.
El calibre de lo ocurrido augura que hoy lunes, cuando la misma testera sesione, es posible que se abra la discusión de si Rojas ha de también abandonar la asamblea, puerta que por lo demás él mismo abrió en la entrevista -publicada el sábado en la tarde- en que le reconoció a La Tercera que su dolencia no existe. “Siento que me tengo que retirar de la Convención”, dijo ahí. El caso podría abrir, además, otras aristas.
Menos de 24 horas después de decir en ese artículo que “efectivamente, mi enfermedad de base no es cáncer” -él difundió además un video-, y con un sinfín de críticas a la conducta del constituyente, la testera de la asamblea hubo de apurar decisiones. Según trascendió, la decisión de Rojas habría cuajado, si es que no antes, a última hora de la mañana o en las primeras de la tarde, luego de que integrantes de la mesa conversaran con él.
Pero antes de que esto se supiera hubo una porción de suspenso, cuando cerca de las 13 horas le preguntaron por la situación del constituyente ex Lista del Pueblo a la presidenta Elisa Loncón, durante un encuentro ciudadano junto a otros convencionales en el Morro de Talcahuano. Ella encaró el punto de prensa diciendo que “ese no es el tema que me tiene aquí. Yo les dije, por favor, necesitamos dar una postura como mesa, como Convención, cuando esté todo formalizado”. Ante otra consulta insistió en que “yo estoy acá para dar cuenta de las cosas positivas de la Convención”.
Y luego aceptó entrar someramente en el punto. Dijo varias cosas. Uno, que “vamos a dar una postura como mesa una vez que tengamos la información de manera formal, la calificaremos, veremos los pasos a seguir”. Dos, que “les pido respeto por la situación del convencional, hay una situación de enfermedad de por medio, una situación humana de por medio, es lo primero que yo puedo decir como persona y como presidenta de la Convención”. Tres, que “lamento mucho que esté sufriendo por una enfermedad y eso conmueve. También es una persona que ha hecho su trabajo y tiene reconocimiento dentro de la misma Convención”.
Por último, Loncón contestó a los medios que “le vamos a dar una respuesta formal, una respuesta a la altura de la Convención, cuando... tal vez mañana, mañana es lunes, trabajaremos en eso”. Y que “estamos respondiendo a la altura de los acontecimientos y nosotros somos humanos, no somos dioses para no fallar”.
Pero los hechos estaban corriendo más rápido. Luego de contactarse con Rojas, hacia las 16 horas, los integrantes de la mesa ya estaban coordinando (o tenían casi consensuado) el texto de la declaración que anunciaba su renuncia a la vicepresidencia. “Lamentamos profundamente lo ocurrido con el convencional Rodrigo Rojas Vade y empatizamos con el dolor que esta situación ocasiona”, dijeron.
“Mantenemos nuestro compromiso irrestricto con la transparencia y la probidad en el ejercicio de nuestros cargos, por lo que iniciaremos los procedimientos internos correspondientes. Asimismo, pondremos a disposición de los organismos respectivos todos los antecedentes de los cuales dispongamos”, agrega el texto, cerrando con “el trabajo de la Convención seguirá el curso institucional previsto para los próximos días, en que se inicia la deliberación de las normas reglamentarias por parte del pleno”.
El cupo de Rojas Vade en una de las vicepresidencias, explicaron desde la comisión de Reglamento, debiese ser llenado por Tania Madariaga, que postuló en dupla con él para ese cargo.
Reacciones
Pero con las críticas y otro tipo de reacciones apilándose, la cuestión de su posible renuncia a la Constituyente está encima de la mesa.
“A mí me tiene medio mal eso, y hablando con otros compañeros del Frente Amplio, constitucionalistas, constituyentes, también nos tiene zamarreados. Ya habrá tiempo para ver cómo se reacciona, si él puede renunciar, parecería que no, si él se puede ir, vamos a ver cómo, no es lo importante hoy día. A mí, por lo menos, me dejó bastante golpeado”, expresó el convencional Daniel Stingo (Apruebo Dignidad).
“En cualquier equipo, si alguien ya no cumple con las condiciones para continuar, se reemplaza, se evalúa su situación y el equipo sigue adelante. La Constituyente y el futuro de nuestro país son lo realmente importante, no los 155. Eso todos lo tenemos claro”, terció Jorge Baradit.
Mientras el convencional independiente Bernardo de la Maza recalcó que “el gran embuste nos salpica a todos: a la Convención, a los constituyentes, a la política y al país. Lo único aceptable ahora es que se concrete su renuncia inmediata”.
Desde la derecha algunas y algunos constituyentes no se inhibieron. Marcela Cubillos las emprendió contra Loncón tuiteando que: “¿No le parece “formal” las declaraciones del propio Rojas Vade? Pdta @ElisaLoncon si quiere cuidar la Convención de “noticias falsas y mentiras”, como siempre dice, pídale, al menos, que deje ya la vicepresidencia”.
El Evópoli Hernán Larraín posteó que “es tan grave el daño a la fe pública y a la legitimidad de la Convención, que Rodrigo Rojas debe asumir su responsabilidad. Su situación actual como constituyente genera una crisis de confianza para todo el proceso. La credibilidad de la nueva Constitución lo exige”.
Desde fuera de la asamblea, la senadora DC Carolina Goic acusó que “por respeto a la memoria de tant@s que ya no están con nosotros y apoyaron con toda su fuerza la #LeyNacionalDelCancer y por el daño profundo a la fe pública que ha causado, creo que la Convención debe evaluar continuidad de esta persona”.
Cómo podría operar su renuncia (si es que lo hace)
La eventual salida de Rojas Vade de la Constituyente, trascendió, ya habría motivado conversaciones entre sus pares ayer en la tarde. Algunos entienden que prolongar este cuadro podría concentrar la atención y opacar la labor de la Constituyente justo cuando entra a las etapas decisivas de la elaboración de su reglamento y normativa interna, fase previa a entrar al debate del texto de fondo. Pero es algo que solo estaría en manos del cuestionado delegado.
Su salida solo podría producirse si él mismo renuncia, y siempre que concurran determinadas circunstancias, hicieron ver algunos delegados y abogados constitucionalistas. Una posibilidad para que eso ocurra sería aplicar por primera vez una causal de cesación contenida en la Constitución. Recordemos que el Capítulo XV de esta normó que a los convencionales se les aplica el estatuto de los parlamentarios. Las causales así dispuestas están en el Artículo 60.
En el caso de Rojas Vade correspondería al inciso noveno y último de dicha norma: “Los diputados y senadores podrán renunciar a sus cargos cuando les afecte una enfermedad grave que les impida desempeñarlos y así lo califique el Tribunal Constitucional”. Esto jamás ha sido aplicado en el caso de los congresistas -hicieron ver en el mismo TC-, porque hasta ahora las renuncias de legisladores solo se han producido por una causal distinta, la de asumir un ministerio de Estado.
En teoría, comentaron fuera de micrófono abogados entendidos en la materia, si Rojas Vade toma esta decisión, tendría que presentar ante el TC una acción solicitando que se califique su renuncia. Pero la duda es cuál mal grave padece que lo incapacite para seguir como constituyente, si debería acreditarlo y cómo, y de qué manera el tribunal podría aceptarlo. El punto llama la atención dado el impacto de que haya mentido y la consecuente desconfianza que esto ha provocado.
Entendidos en el TC aventuran que este debería, si se da el caso, tener a la vista al menos una prueba fidedigna que establezca la gravedad de su dolencia.
De concretarse este paso, que nunca se ha dado, voces entendidas hacen ver que, además, es posible que se abra otro debate en que se cruzan tesis distintas: si acaso el Tribunal Constitucional, entidad a su vez cuestionada, tiene o no competencia sobre lo que acontece en la Convención.
La normativa regula el reemplazo de un constituyente que deje una vacante, por esta o cualquier razón. Si es militante de un partido o un independiente que fue electo en el cupo de uno, aquel elegirá -igual que los diputados- con quién llenar la vacante. Si lo fue como independiente sin alianza con partidos, como ocurrió con Rojas Vade y las y los delegados electos bajo la Lista del Pueblo, no es reemplazable.
Esto implicaría que la Convención bajaría de 155 a 154 delegados. En tal caso, el quórum para los 2/3 seguiría siendo de 103.
Rojas Vade también podría enfrentar otras consecuencias, dado que en la declaración obligatoria de intereses que entregó tras asumir puso que tiene una deuda de $ 27 millones con el banco Scotiabank. La razón que dio en el documento público era “deuda bancaria corresponde a financiamiento de tratamiento quimioterapéutico contra el cáncer”. En la entrevista publicada por este diario dice textualmente:
-Si tu enfermedad no es cáncer, ¿por qué elegiste decir que tenías esa?
-Porque es la que más se parece en cuanto a gastos, a cómo se comporta.
Según especialistas, ello podría derivar en que enfrente acciones judiciales por falsear dicho documento.
La otra duda es si otros constituyentes llevarán o no su caso a la Comisión de Ética de la asamblea. Al menos en el caso de los 20 de los 37 delegados de Vamos por Chile que militan o son más cercanos a la UDI, no parece muy factible, porque ahí -ha trascendido- no desean validar dicha instancia.