La inflación está hoy en la primera línea del análisis económico. Y era que no si es una de las variables que más impacta en los presupuestos de las familias. El IPC de agosto registró una variación de 0,4% lo que llevó a que el registró anual se empinara en 4,8%.

Estas mayores presiones fue lo que hizo que el Banco Central actuara y elevara la tasa de interés en 75 punto base en la reunión de agosto llevándola a 1,5%. “La inflación anual culminará este año en 5,7%, permaneciendo por sobre 5% durante la primera mitad del 2022. El IPC subyacente alcanzará su máximo hacia mediados del 2022”, señaló el presidente del ente rector, Mario Marcel al participar en Seminario organizado por SOFOFA “Camino a la recuperación económica en tiempos de incertidumbre”.

En ese contexto acotó que “para lograr un aterrizaje suave de una economía acelerada, el Consejo del BC subió la TPM hasta 1,5% en agosto y anticipó que continuaría retirando el impulso monetario para llevar la TPM al entorno de su valor neutral hacia mediados del primer semestre del 2022”.

El punto es que algunos economistas han criticado la ponderación que el ente rector le dio a las presiones externas e internas. En agosto, el IPC transable registró una variación de 5,9%, su mayor nivel desde octubre de 2014, mientras que la no transable un avance de 3,5%, su nivel más alto desde de 2017.

Ante esta discusión, Marcel sostuvo que “la inflación importada no suele ser un factor clave de los precios locales. Históricamente, la inflación extranjera no se transmite fuertemente a los precios locales”. En ese sentido, dijo que la “inflación local está significativamente por encima de lo que sugerirían los precios externos y el tipo de cambio y que los precios en Chile han aumentado más que en otras economías”.

Y complementó su idea señalando que “el movimiento común de precios entre países, en lugar de la inflación importada, revela la influencia de shocks similares: a medida que las economías se reabren, surgen cuellos de botella en la oferta”.

Rosanna Costa, consejera del instituto emisor, en tanto, presentó el Informe de Política Monetaria en un evento organizado en conjunto por la Cooperativa de Ahorro y Crédito de Arica y Parinacota, Parinacoop, y el BC.

En su exposición resaltó la importancia que tiene para el banco velar por una estabilidad de precios. “El Banco Central está tomando medidas para evitar alzas desmedidas de la inflación y así cuidar el bolsillo de las personas”.

En ese contexto, dijo que “las dinámicas de corto plazo han llevado a la inflación de agosto a 4,8% anual, impulsada principalmente por los precios de bienes altamente demandados. Por su parte, la inflación IPC sin volátiles se situó en 3,8%. “Ha subido inflación de los servicios subyacentes, en especial al excluir los ítems administrados e indexados. En los precios más volátiles destaca la nueva alza de los combustibles”, acota.

Comentó que las expectativas de inflación a corto plazo han aumentado. “A dos años plazo la EEE está en 3% anual, mientras que la EOF subió, con un alto porcentaje de los encuestados proyectando valores sobre 3%”.

Resaltó que “es importante que el crecimiento del consumo no llegue a un punto en que haga subir la inflación, porque eso perjudicaría especialmente a las personas de menores ingresos”.

Esto considerando que “los masivos retiros de ahorros previsionales y las transferencias fiscales han aumentado significativamente la liquidez de los hogares, acumulando a julio un saldo en cuentas corrientes de personas y cuentas de ahorro a la vista de alrededor de US$23 mil millones respecto de un año atrás”.

Por último, aseveró que “una economía más estable y una inflación controlada ayudarán a resolver los problemas que deja la crisis, como el empleo de las mujeres o la recuperación de los ahorros del país”.