El día anterior a que las AFP comenzaran a pagar el primer retiro del 10% (6 de agosto de 2020), las CuentaRUT y cuentas de ahorro de BancoEstado acumulaban US$11.208 millones. Pero a mediados de septiembre de este año ya registran más del doble, pues los fondos han subido 109% a US$23.459 millones.
De esta manera, el monto adicional que hay en estas cuentas al comparar el 6 de agosto de 2020 y el 16 de septiembre de este año, es de US$12.251 millones, lo que equivale prácticamente a todo el tercer retiro que sacaron los afiliados de las AFP, pues al 17 de septiembre se habían girado un total de US$13.283 millones en el tercer proceso en recursos que no solo fueron destinados a la estatal, según cifras de la Superintendencia de Pensiones.
Al desagregar las cifras, el saldo en CuentaRUT de BancoEstado ha aumentado 157% al comparar antes del primer retiro y el 16 de septiembre de 2021, llegando a US$10.085 millones. Hay que considerar además que la CuentaRUT tiene un límite de $3 millones por persona. En tanto, el saldo en cuentas de ahorro de la estatal ha subido 84% en igual periodo, hasta los US$13.374 millones.
Lo cierto es que este no es un evento aislado de BancoEstado, y el efecto se observa en toda la banca. El M1 -indicador del Banco Central que monitorea el efectivo, depósitos vista y las cuenta corrientes- ha aumentado 53% en comparación a la situación previa a los retiros, hasta los $80,3 billones (millones de millones) a agosto de este año.
El mismo Banco Central lo advirtió en su último IPoM, donde señaló que “la liquidez de hogares y empresas ha aumentado significativamente, fruto de los retiros de ahorros previsionales, medidas de apoyo crediticio y transferencias del fisco, a lo que se agrega el impacto de menores restricciones a la movilidad y el fuerte crecimiento de la economía. Gran parte de los mayores recursos disponibles ha sido destinada a activos más líquidos, lo que ha sostenido el crecimiento del M1 en torno a sus máximos de las últimas décadas, lo mismo que el de los diferentes componentes de este agregado monetario (cuentas corrientes, circulante y depósitos y ahorros a la vista)”.
Es más, el comportamiento que se observa en el dinero que tienen los clientes de BancoEstado en sus cuentas ha cambiado luego del tercer retiro. Esto, porque tras el peak que alcanzaron los fondos en CuentaRUT y cuentas de ahorro en el primer y segundo retiro, en ambos casos bajaron al menos 10% en menos de cuatro meses desde que se efectuó cada giro.
Pero luego del tercer proceso, el dinero parece no haberse gastado, ya que los fondos se han mantenido en el mismo peak, pues en los siguientes cuatro meses no han variado prácticamente nada (-0,5%), es decir, las cuentas continúan con un nivel de saldo similar al que tenían una vez que recibieron los fondos del tercer retiro.
Marco Correa, economista jefe de Bice Inversiones, comenta que “una de las explicaciones es el IFE, hay otra fuente de ingresos extraordinaria y a lo mejor se está ocupando esa para consumir y no necesariamente esa liquidez extra o esos ahorros que tiene la gente a propósito de los retiros”.
Correa cree que “otra de las explicaciones puede ser que, parte de esos recursos que se fueron usando, y esas disminuciones que se ven en las cuentas (luego del primer y segundo retiro), se fueron a pagar deudas que tenían las personas desde antes, eso es lo que hemos visto, que ha disminuido bastante la morosidad o deudas que estaban pendientes y que se fueron pagando, eso obviamente se paga una vez y no se necesita volver a sacar recursos”.
El ejecutivo de Bice Inversiones dice que “también está vinculado al consumo, lo que hemos visto es que ha aumentado bastante el consumo, sobre todo de bienes durables, que son bienes que se compran una vez y después ya no es necesario volver a comprarlos, como objetos tecnológicos, o vestuario que es semi durable, automóviles, son bienes que se consumen una vez”.
Sin embargo, dada toda la liquidez que aún tienen las personas, Correa señala que “lo que estamos esperando ahora que puede pasar hacia adelante, es que los servicios que no se han recuperado del todo, como el comercio, que está recién recuperándose a niveles normales, y están en fase de reapertura, servicios de transporte, hotelería, turismo, o lo más vinculado al ocio, ahora recién vamos a ver el impacto de una mayor liquidez en esos servicios, así que por ahí también podría venir una mayor liquidación de esos ahorros y más impulso en los precios, que es donde se espera que hacia adelante pueda haber más inflación”.
El ejecutivo agrega que “también está el tema de la propensión marginal a consumir, eso es lo que define de alguna manera qué tantos de esos ahorros se van a ir consumiendo, ahora con el alza de tasas del BC, lo que se busca es que los incentivos a consumir sean más bajos y sea más alto el incentivo al ahorro”.
Por su parte, el economista jefe de Bci, Sergio Lehmann, recuerda que este fenómeno “se da en todos los bancos, con cuentas corrientes y cuentas vista extraordinariamente abultadas. Efectivamente, en lo último no dan señales de bajas significativas”.
En ese sentido, dice que probablemente “el IFE Universal está siendo utilizado para financiar en una mayor proporción el consumo. Respecto de un eventual cuarto retiro, cuando ya vemos una economía sobrecalentada, la introducción de más recursos, aún cuando en lo inmediato una menor proporción se consumió, será sin duda inflacionario. Introducirá además persistencia en la mayor inflación, entendiendo que enormes recursos disponibles se irán además gastando gradualmente en el tiempo”.