Luego de prácticamente dos años de clases telemáticas y de retrasos en los contenidos, el mundo universitario se apresta para un 2022 en el que intentará retomar la normalidad, con un protocolo que recomienda la eliminación de aforos en caso de tener cursos con el 80% de alumnos vacunados. Al menos esa es la disposición que muestran los diversos planteles aquí consultados.

Eso sí, tras dos años de virtualidad, aspiran a aprovechar la experiencia adquirida, así como también las inversiones realizadas en tecnología, como las salas híbridas.

Tal es el caso de la U. de Chile, donde si bien Leonor Armanet, directora de pregrado, explica que ya en octubre de 2021 se tomó la decisión de retomar la presencialidad, ese funcionamiento será complementado “con los aprendizajes y ventajas que nos ha entregado el desarrollo de medios tecnológicos y metodologías innovadoras en estos dos últimos años”.

Así, agrega, se complementará la presencialidad con espacios “donde las tecnologías digitales contribuyan a ampliar y enriquecer las oportunidades educativas”. Por ejemplo, la Casa de Bello ha planificado un programa de inducción para su generación 2022 buscando acompañar el periodo de transición a la educación superior y que contempla actividades virtuales sincrónicas para la totalidad del estudiantado, así como actividades de inducción -presenciales y en línea- específicas para estudiantes de cada programa o carrera. Otro ejemplo son los cursos de formación general, los que mantendrán el formato online o híbrido, tanto por su buena evaluación como por estar participando del Programa de Movilidad Estudiantil Nacional entre las universidades estatales, “permitiendo que estudiantes de dichas instituciones a lo largo del país los cursen”, explica Armanet.

Una situación similar vivirán en la Umce, donde también retomarán las clases presenciales, aunque con algunas excepciones. “Los formadores debemos tomar lo aprendido, el trabajo con las tecnologías y el uso de medios que nos permiten interactuar en tiempo real con otros en cualquier lugar del mundo”, justifica Paola Quintanilla, vicerrectora académica, quien explica que los cursos complementarán su trabajo con el uso de plataformas, cápsulas y relaciones con profesores de otras universidades.

Además, en el caso de los programas de posgrado y de formación continua, trabajarán con modelos b-learning y, al igual que la U. de Chile, sus cursos, que son parte del convenio de movilidad Cuech, se mantendrán en formato remoto. De igual forma, en la UC de Valparaíso explican que si bien el retorno está planificando 100% presencial, “toda la inversión y avance en tecnologías implementadas durante la pandemia -para lo cual se capacitó a profesores y alumnos en su uso- no surgieron como una respuesta al escenario que ocurrió, sino como un complemento al proceso formativo y dando continuidad a una estrategia que viene desarrollándose desde al menos cinco años”, señala Juan Pablo Herrera, director de Procesos Docentes.

Mientras, desde la U. de Concepción, Carolyn Fernández, directora de docencia, cuenta que en su caso regresan a la presencialidad en la totalidad de las actividades y que esto tiene carácter de obligatorio. Sin embargo, aun cuando todas las carreras retoman, es posible el desarrollo de algunas actividades en formato virtual o híbrido, “aprovechando las potencialidades del aprendizaje obtenido en estos dos últimos años, de manera de fortalecer las estrategias y metodologías adquiridas”, señala.

Lo mismo ocurre con la U. de O’Higgins, donde el retorno presencial implica todas las carreras de los dos campus. Además, explica Marcello Visconti, vicerrector académico, en algunos cursos y actividades virtuales que resultaron tener muy buenos resultados se mantendrán en combinación con las actividades presenciales, “especialmente aquellas que involucran aprendizaje en contextos simulados mediados por tecnologías”.

Hay también otras situaciones que podrían implicar mantener la virtualidad. Tal es el caso de la U. Central. Ahí, su rector Santiago González recalca que vuelven con full presencialidad, pero que tendrán algunas consideraciones. “Hay algunos profesores de mayor edad o que tienen enfermedades de base que están eximidos de asistir. Con ellos vamos a seguir haciendo clases híbridas o a distancia; diría que el 95% va a volver de forma presencial”. Asimismo, detalla que no contarán con restricciones en torno al Pase de Movilidad y que igualmente habrá espacio para la virtualidad para estudiantes que estén en situaciones similares a las de los académicos anteriormente descritos.

En la U. Finis Terrae, en tanto, dicen haber tomado las medidas para un retorno completo a la presencialidad y aseguran estar preparados para revertir esta medida por motivos de la pandemia. Pero, al igual que otras casas de estudio, la virtualidad se mantendrá en algunos casos, como refuerzo más que como norma. “Durante la pandemia pudimos constatar que hay asignaturas que se pueden realizar de manera virtual con bastante éxito, por lo cual mantendremos algunas clases en ese formato”, expresa Roberto Vega, vicerrector académico, quien ejemplifica con lo positivo del formato “para estudiantes que están haciendo sus internados, ya que así les evitamos extensos desplazamientos”.

Así también lo hará la U. de los Andes en algunos casos. Pilar Ureta, secretaria general, detalla que si bien apuntan a la presencialidad, tal como lo hicieron cada vez que se pudo entre 2020 y 2021, aprovecharán el sistema HyFlex que implementaron durante la pandemia. Este seguirá vigente para encuentros con profesores que estén en el extranjero, foros con personalidades y con el tiempo la idea es que esas salas conecten a los alumnos que quieran estudiar desde fuera de Chile. “Es una herramienta muy útil que nos ayuda a lograr mayor conectividad con estudiantes y académicos de regiones u otros países”, señala la autoridad estudiantil.

Su vecina U. del Desarrollo irá por un camino similar, toda vez que iniciará su año académico con las clases 100% presenciales y solo en determinados espacios académicos se usarán las metodologías e-learning, b-learning y el mismo Hyflex. Esto, por ejemplo, ocurrirá para alguna charla que por ser intersede se realice de manera virtual. “No hay restricciones para la presencialidad, y solo se exigirá certificado de vacuna para la entrada a los gimnasios, bibliotecas y casinos. En cuanto a la obligatoriedad de asistir a clases, dependerá de las reglas de cada curso”, explica Florencia Jofré, vicerrectora de pregrado.

Pero también hay casos en que la virtualidad estará más presente aún, como la U. de Antofagasta, donde se instruyó a las carreras que tuvieran el 25% de ramos online. “El horario de clases presenciales tendrá una ventana de media hora entre cada bloque, el cual servirá para realizar las sanitizaciones respectivas en todos los campus universitarios”, complementa Carlos Cabezas, vicerrector académico.

Por su parte, la U. de Playa Ancha tendrá dos modalidades: presencial y virtual. El que quiera asistir, sí o sí debe tener su Pase de Movilidad, situación determinada por el Comité de Retorno Seguro. El que no pueda concurrir por distintos motivos tendrá sus clases a través de sistemas virtuales. Para ello, detallan desde la institución, se compró equipamiento por poco menos de $ 200 millones para crear ‘salas virtuales’.

Otras instituciones, como las universidades de Aysén, de La Serena y de Talca, también tendrán algunas actividades híbridas, pero para casos puntuales. “Contamos con el equipamiento y el aprendizaje que nos dejaron dos años de educación remota y por cierto que, en la medida en que haya un cambio en las condiciones sanitarias que amerite su reactivación, evaluaremos su puesta en marcha”, dicen desde esta última.

En tanto, la U. de Los Lagos cuenta que esta semana están en inducción con sesiones virtuales para alumnos nuevos, mientras que este viernes será la primera jornada presencial para los estudiantes que tengan su esquema de vacunación completo y desde el 14 comienzan las clases. “Hemos solicitado que todos quienes ingresan a la universidad hayan comenzado su proceso de vacunación y el grupo reducido que no (98% del estudiantado está vacunado) podemos considerarlos como casos que serán tratados por cada carrera”, asegura Alberto Mancilla, director de docencia. De igual manera, la U. Federico Santa María será full presencialidad, incluso retomando la Jornada de Inserción Mechona.

Sandra Bucarey, prorrectora de la U. Austral, expone que su institución puede adoptar medidas en caso de retrocesos en el plan Paso a Paso, “como por ejemplo reducir la presencialidad en aquellas actividades que no son netamente académicas”.

La Adolfo Ibáñez, en tanto, tendrá clases 100% presenciales, sin aforos, con asistencia obligatoria en aquellas actividades que así lo definan y sin transmisión online de clases, mientras que en la U. de Valparaíso la virtualidad no existirá.

“Nos parece que no existen razones de peso para no volver a la presencialidad”, señala Juan Eduardo Vargas, subsecretario de Educación Superior, quien agrega que esta situación debe ser “la norma” para 2022. De todas formas, añade, “evidentemente podrá haber ciertos casos muy puntuales en los que la virtualidad pueda justificarse, siempre como algo excepcional”.