Una ronda de conversaciones con diputados que han manifestado dudas de apoyar a la diputada comunista Karol Cariola realizó este martes la ministra secretaria general de la Presidencia, Ana Lya Uriarte.
La secretaria de Estado sostuvo reuniones particulares con los independientes Carlos Bianchi y René Alinco, quienes han puesto reparos al nombre de la legisladora del PC, que según el acuerdo administrativo suscrito en marzo pasado, por un grupo mayoritaria de bancadas, le correspondería asumir la presidencia de la Cámara una vez que el actual titular de la corporación, Raúl Soto (PPD), presente su renuncia.
“Algo conversamos”, comentó Alinco al ser consultado si la renovación de la mesa fue parte del diálogo. Si bien sostuvo que mantiene su objeción por la parlamentaria comunista, porque -a su juicio- se opuso a tramitar los retiros previsionales, valoró la actitud de la ministra.
La semana pasada, Uriarte también conversó el tema con el independiente Andrés Jouannet (ex DC elegido en cupo radical), quien es otro de los que mantienen dudas.
El lobby de la ministra se sumaba a las gestiones que comenzaron a realizar los jefes de bancadas oficialistas que también, en señales públicas y privadas, se han encargado de transmitir que romper el acuerdo administrativo traería consecuencias para los descolgados.
En total son 12 legisladores en la incertidumbre, que fueron incluidos en el pacto de gobernabilidad de la Cámara, cuya posición final será decisiva en el resultado de la elección de las nuevas autoridades parlamentarias que se efectuará el 7 de noviembre. Entre ellos, además de Bianchi, Alinco y Jouannet, también figuran en una situación de suspenso el DC Miguel Ángel Calisto, la independiente Pamela Jiles y los siete integrantes originales de la bancada del Partido de la Gente (Yovana Ahumada, Víctor Pino, Roberto Arroyo, Gaspar Rivas, Rubén Oyarzo, Karen Medina y el independiente Francisco Pulgar). Si bien la bancada del PDG añadió a descolgados de derecha (Enrique Lee y Gloria Naveillán), sus votos no eran considerados en la contabilidad del acuerdo.
Según los conteos preliminares que se manejan en las bancadas oficialistas, hasta el momento, la candidatura de Cariola para liderar la Cámara en un nuevo período tiene 75 votos firmes, cifra que podría llegar a 76 si se suma a Calisto, ya que su objeción depende de una discrepancia interna en la bancada DC.
Sin embargo, esos números aún no son suficientes para asegurar un triunfo de Cariola, quien requiere al menos una mayoría absoluta de 78 respaldos.
Perder la presidencia de la Cámara significaría un severo revés para el oficialismo y el gobierno, ya que el plan de las bancadas de derecha (la UDI, RN, Evópoli y el Partido Republicano) no solo es desbancar a Cariola. La estrategia de la oposición busca, además, reconfigurar la integración de las comisiones, instancias cruciales para definir la agenda legislativa. No obstante, el oficialismo ya advirtió que no tolerará una maniobra de ese tipo, pues, según la interpretación que tienen las fuerzas gubernamentales, sería antirreglamentaria.
A la ministra Uriarte también se le vio conversando en el pasillo con el radical Tomás Lagomarsino, quien si bien se había comprometido con su bancada a votar por Cariola, en declaraciones a Radio Pauta dio a entender que tenía inconvenientes con el nombre de ella.
No obstante, Lagomarsino figura en una condición distinta, pues al igual que los independientes Héctor Ulloa y Jaime Araya, ha dicho que respetará el acuerdo, independiente de su opinión política sobre Cariola.
Hasta el momento, los principales reparos se fundan en el rol que asumió ella en la pasada campaña del plebiscito, donde la diputada comunista fue coordinadora del comando del Apruebo. Aunque también hay otros, como Alinco y Jiles, que tienen una opinión crítica de Cariola, ya que como presidenta de la Comisión de Constitución no ha puesto en tabla el proyecto de un nuevo retiro. El problema es que, según la opinión técnica de la mesa de la Cámara, la discusión de la iniciativa no podría reponerse hasta abril, ya que la última reforma de un giro previsional fue rechazada en la sala.
Aún así, como gesto para descomprimir ese tema, la diputada comunista planteó un acuerdo para poner en debate la reforma que permite los autopréstamos con fondos previsionales.
Fisuras en la derecha
La estrategia de la derecha para desbancar a Cariola, por otro lado, también comenzó a mostrar las primeras fisuras tras las advertencias públicas que hizo el jefe de los diputados comunistas, Boris Barrera, quien remarcó que en caso de que pierdan la presidencia de la corporación no tolerarán que reconfiguren las comisiones.
Defender ese punto es clave, pues en cada instancia legislativa los descolgados podrían ser removidos por parte de sus jefes de bancadas o destituidos si se encuentran a cargo de alguna comisión. Tampoco se darían los votos para elegirlos cuando sea su turno de ser electos presidentes de estas instancias.
Esa advertencia, según transmitían algunos legisladores, caló en el grupo del Partido de la Gente, que está dividido entre apoyar a Cariola y buscar un nuevo pacto administrativo con la derecha. Incluso, en el oficialismo ya dan por descontado que el PDG no respaldará a la legisladora comunista.
Sin embargo, el diputado Pulgar (independiente asociado a esa bancada) dijo que “he visto varias publicaciones respecto de que mis colegas de bancada y la directiva del PDG estarían en conversaciones de que se podría caer la mesa. Esa es una negociación que desconozco. Yo sigo respetando un acuerdo, y mientras no tenga más antecedentes y argumentos de peso, independiente de mis desencuentros con el conglomerado de la diputada Cariola, yo creo que los acuerdos son para respetarlos”.
La posición de Pulgar no es aislada. En la misma postura están sus pares Rubén Oyarzo y Karen Medina, quienes podrían perder la posibilidad de presidir comisiones legislativas el próximo año.
En RN también admiten que no tienen cómo comprometer el voto de la diputada Erika Olivera, quien renunció a la bancada.
Consultada por este medio, Olivera dice que nadie ha conversado del tema con ella y que aún no decide cómo votará.