Casi 500 días después de que aterrizó la pandemia en Chile, una discoteca volvió a funcionar en el país. Fue el fin de semana, entre las regiones de Magallanes y de O’Higgins, donde los dueños de los recintos desempolvaron los tornamesas y las luces para volver a recibir gente gracias al nuevo plan Paso a Paso, el permiso de movilidad que les permite mayores aforos y el retraso del toque de queda hasta la medianoche. Una suma de factores que, dicen, les favorece.
Y así como esos locatarios, otros cientos también festejan la medida, más aun considerando que en el informe sanitario de este lunes el Ministerio de Salud anunció el avance a Fase 4 de comunas tan emblemáticas como asiduas a la bohemia, como lo son Viña del Mar y Valparaíso, entre otras. Con ellas, ya son 135 los municipios (39,31% del país) que se encuentran en Apertura Inicial de la estrategia de gobierno, con 14 de ellas bordeando los cien mil habitantes.
Antofagasta, Calama, Chillán, Coquimbo, La Serena, Los Ángeles, Puerto Montt, Punta Arenas, Quillota, Quilpué, Rancagua y San Fernando, por nombrar a otras de las más grandes, también podrían recibir en sus discotecas a 100 personas sin pase de movilidad y 250 en espacios cerrados, o 250 sin pase de movilidad y 1.000 en espacios abiertos. Incluso retrocediendo de fase las cifras de aforo se mantienen amplias (entre 25 y 200), dependiendo de los espacios y contar o no con el pase.
“Estamos con harta esperanza de que en el corto plazo y en el resto del país se puedan ir abriendo los cabarets, discotecas, salas de espectáculos y todos los centros nocturnos que llevan más de un año y medio cerrados”, señala Fernando Bórquez, presidente de Asociación Nacional de Empresarios Nocturnos de Turismo y Espectáculos (Anetur).
Eso sí, agrega que les preocupa que no sea una exigencia total el Pase de Movilidad: “Queríamos eso para dar mayor seguridad a nuestros trabajadores y a nuestros clientes que asistan a los locales, porque hay que recuperar un poco la confianza y que la gente sienta que ir a una discoteque o un cabaret va a ser una actividad segura”.
Y aunque Bórquez asegura que los asociados de Anetur están comprometidos con los protocolos, este lunes el ministro de Salud, Enrique Paris, hizo una advertencia por las imágenes de la primera discoteca abierta en Punta Arenas el pasado fin de semana. “Vi en la televisión algunas fiestas en el sur de Chile, sin mascarillas, sin distanciamiento, sin ningún cuidado y eso no lo podemos permitir”, dijo, antes de agregar que en esos locales “que son relativamente cerrados hay que ventilar, es fundamental y basta con abrir una ventana y una puerta que estén en diagonal y así evitar la diseminación del virus”.
Claudio Radonich (RN), alcalde de Punta Arenas, asegura al respecto que conversó con el dueño de ese local “y efectivamente ocurrieron estas situaciones que se esperan mejorar para los próximos días”. Señala que además le solicitó tener más guardias que fiscalicen el cumplimiento de los protocolos.
En ese sentido y al igual que el presidente de la Anetur, el edil puntarenense hace un llamado al gobierno para que en Fase 4 “se obligue a usar el carnet de movilidad como un elemento diferenciador, efectivamente, para las personas que están con su doble vacuna, y que tengan menos restricciones”.
Jaime Jelincic, presidente de la Asociación de Operadores Gastronómicos de la ciudad, aporta sobre la materia que “la gente va a tener que adecuarse a aceptar estos protocolos, a tener que bailar con mascarilla, hay ahí todavía un tema de aprendizaje, de resguardo, que uno tiene que tener para que estas actividades puedan seguir desarrollándose”.
Y es que situaciones como la vivida en Punta Arenas hacen que otras autoridades comunales también pongan ojo a las mayores libertades que el plan le entrega al rubro.
“La apertura de estos recintos es muy peligrosa, por eso es importante la responsabilidad por parte de quienes son dueños de pubs, discoteques u otros recintos que cuenten con todos los protocolos sanitarios y de seguridad”, expone Juan Ramón Godoy (PS), alcalde de Rancagua, otra de las comunas que abrió discotecas el fin de semana. Y añade: “Ya hemos visto pequeños brotes y hoy tenemos la variante delta que puede ser muy perjudicial y que puede permitir un nuevo rebrote que nos lleve nuevamente a la cuarentena”.
Desde Coquimbo, el nuevo alcalde, Alí Manouchehri (ind.), dice estar al tanto de que existe más libertad de desplazamiento en su comuna en rubros como el de restaurantes o discotecas. Asegura, eso sí, que en este último caso “la fiscalización en materia de medidas por Covid-19 le corresponde a la Seremi de Salud” y que ellos como municipio solo tienen facultades “para la revisión de las patentes comerciales”.
“Pese a ello, de existir la posibilidad de que este tipo de locales de entretención entren en funcionamiento en Coquimbo, hemos hecho el llamado a sus empresarios a mantener las medidas sanitarias, y a quienes asistan que respeten la distancia física, mantengan el uso de mascarillas y el lavado de manos. No nos podemos confiar, porque la pandemia no ha finalizado”, añade.
En tanto, apenas conocido el avance de Valparaíso a Fase 4, el alcalde Jorge Sharp (ind.) expuso que esto “es una clara señal de que las cosas se están haciendo bien en la ciudad. La gente ha ido tomando conciencia del autocuidado y la municipalidad ha cumplido con su rol” y que este ciclo “va a permitir la reactivación económica y la vuelta clases”. Por ahora, desde el municipio se informa que no se han reunido con el comercio nocturno para coordinar su apertura, pero que sí han entregado orientaciones sobre los beneficios que ha entregado el gobierno en materia de patentes.
Apenas enterados del avance, por ejemplo, la emblemática discoteca Pagano de la comuna anunció a través de su Instagram que reabrirá este fin de semana, “con aforo de 100 personas y todos con pase de movilidad”.
Por su parte, en Viña del Mar la alcaldesa Macarena Ripamonti (RD) también celebró la medida y no respondió si es que ya se ha reunido con el gremio nocturno para abordar en conjunto la apertura. No obstante, Juan Pablo Echeverría (32), dueño de Alcazaba Bar, ubicado cerca del casino, dijo sobre el avance que está “contento, porque aumenta el aforo. Igual me da miedo, porque siento que es muy pronto”. Antes el espacio recibía hasta 300 personas y ahora, por el metraje, solo serán 80. Sobre si aplicará otras medidas sanitarias, señala que debe esperar la visita del Minsal, pero, asegura, “la idea es seguir todo al pie de la letra”.
Los expertos miran con cuidado
A pesar de las cifras y del buen momento epidemiológico que vive Chile, los expertos prefieren ser cautelosos. Porque aunque algunos entienden que el cuidado de la salud mental también es necesario, también dicen que no hay que bajar la guardia ante el virus, más aún considerando que los casos confirmados de variante delta en el país llegaron a 59 y cuatro de ellos corresponden a circulación comunitaria.
“La reapertura de discotecas o cualquier situación que implica un alto riesgo de contagio Covid será recomendable siempre y cuando se cumplan tres condiciones: que no haya casos nuevos en el sector, región o comuna, que el nivel de propagación de los casos existentes esté controlado y sobre todo que el estricto control de las fronteras sea adecuado”, señala Cinthya Urquidi, académica del Departamento de Epidemiología y Estudios en Salud de la Universidad de los Andes.
Así, añade que en la medida que estas condiciones se cumplan “es recomendable retomar actividades con precauciones”, como que los locales aseguren que se cumplan los requisitos para reabrir de manera segura. “Si no se puede asegurar, no es recomendable reabrir o retomar actividades de alto riesgo”, señala.
Al mismo tiempo, Paula Margozzini, epidemióloga de la Universidad Católica y miembro del equipo iCovid de Chile, reseña que las discotecas son lugares con gran interacción entre personas en espacios cerrados y que “cuando estos lugares no regulan adecuadamente aforos, las alturas de techos son bajas y la ventilación inadecuada, pueden ser espacios donde haya un ‘supertransmisor’”. Esto es cuando una persona contagia a muchas en una misma ocasión.
En ese sentido, advierte que hay una heterogeneidad muy grande en los tipos de discotecas en los distintos barrios y localidades: “Algunas son muy informales, poco reguladas y a la mayoría le sería imposible cumplir con las exigencias mínimas y la posibilidad de fiscalizarlas es baja”, y aunque también dice que es probable que los centros de eventos grandes con muy buena infraestructura y ventilación puedan funcionar, advierte que “la discoteca de barrio tendría que funcionar idealmente en espacios al aire libre”.
Finalmente el académico en Salud Pública de la Usach, Claudio Castillo, explica que el riesgo no tiene que ver tanto con la discoteca como tal, “sino con lo que ocurre al interior de ellas”. Y ahonda: “Lo que tiene más efecto, entre otras cosas, es el consumo de alcohol, lo que hace que se nublen las buenas intenciones de las personas, la disminución de la percepción de riesgo y que no necesariamente se respeten las medidas”.
“Es más probable que en una discoteca las personas griten por el sonido de la música que se abracen y que interactúen con otras personas de manera estrecha sin respetar distancias”, agrega. Esto, asegura, hace “mucho más complejo luego hacer la trazabilidad de las personas, porque vienen de entornos distintos”.
En ese sentido, ejemplifica según reportes españoles, ingleses, estadounidenses y noruegos que plantean que en promedio en reuniones familiares se genera una media de seis personas contagiadas cuando hay uno infectado, que en los restaurantes y bares la media es de 14, y que en discotecas sube a 26.