Hace exactos cinco años (el último miércoles de mayo de 2015) el mundo entero se conmocionaba por el mayor escándalo en la historia del fútbol: la policía de Suiza ingresaba al Hotel Baur Au Lac en Zurich y comenzaba a arrestar a 14 peces gordos de la FIFA. Con ello explotaba el FIFA-Gate y las acusaciones comenzaban a bajar como lluvia a dirigentes menores.
La redada se hizo dos días antes de las elecciones presidenciales del fútbol mundial (se forzó a que Blatter renunciara a una reelección) y estaba coordinada con el FBI y la corte federal de Brooklyn. Con ella se desarmó una red de compra de votos y sobornos sobre derechos de televisión, sponsoreo y todo lo que se pudiera vender en distintas asociaciones continentales y por países. El lavado de dinero también estaba presente y periodistas como el estadounidense Ken Bensinger han logrado entregar muchos detalles.
Dirigentes de todo el mundo estaban involucrados: Argentina, Estados Unidos, Brasil, y Chile se vio involucrado con Sergio Jadue, aún prófugo de la justicia nacional y escondido en Miami como testigo encubierto de la investigación. El calerano, de hecho, ha logrado aplazar nueve veces su sentencia y vive con restricciones tras el pago de una multa de un millón de dólares.
El del ex timonel de la ANFP no ha sido, eso sí, el único veredicto que se ha postergado. Similar suerte han corrido todos quienes se han declarado culpables y, por tanto, arrepentidos. Ocurre que, por ejemplo, José María Marín y Miguel Ángel Napout apelaron y si es que llegan a ganar esas apelaciones, se requerirá de todos los otros enjuiciados para que den sus testimonios y así poder acusarlos nuevamente.
Hasta ahora, 42 personas fueron acusadas, de las cuales 24 ya fueron declaradas culpables y dos fueron condenadas tras un juicio en 2017. Apenas el mes pasado otras tres personas fueron acusadas de pagar sobornos por los derechos televisivos en Latinoamérica.
En total, 92 acusaciones por delitos y pagos por más de 200 millones de dólares. De la totalidad de acusados, 18 son sudamericanos. De ellos, tres fallecieron sin condena (Nicolás Leoz, Romer Osuna y José Hawilla), uno está preso, dos esperan condena y el resto está en libertad con restricciones.
¿El resto? Aquí un breve detalle:
Eugenio Figueiredo (Uruguay): salió en libertad condicional en 2017, tuvo que pagar un millón de dólares y la FIFA lo suspendió de por vida.
Juan Ángel Napout (Paraguay): condenado a nueve años de prisión y entre fianzas, multas y devoluciones, debe casi 25 millones de dólares
Rafael Esquivel (Venezuela): fue arrestado ese día en Suiza, fue suspendido de por vida y extraditado a Estados Unidos, donde tras pagar una fianza de US$ 7 millones quedó en libertad domiciliaria
José María Marín (Brasil): fue condenado a cuatro años de cárcel y el mes pasado lo liberaron por “razones humanitarias” a sus 87 años
José Luis Meiszner (Argentina): se entregó tras una orden de captura internacional pero su extradición a EE.UU. fue negada, por lo que cumple arresto domiciliario
Eduardo Deluca (Argentina): suspendido de por vida en la FIFA y todos sus bienes fueron embargados
Alejandro Burzaco (Argentina): tras fugarse a Italia por su participación como ex CEO de Torneos, la empresa que compró los derechos televisivos, se entregó y su juicio está pendiente.
José Marguiles (Brasil): pagó una multa de 9,2 millones de dólares y fue condenado a dos años de libertad condicional
Hugo y Mario Jinkins (Argentina): fueron acusados de participar a través de la empresa de marketing deportivo Full Play en hechos de fraude, sobornos y lavado de dinero y se encuentra con arresto domiciliario y con una solicitud de extradición por parte de EE.UU..
Luis Chiriboga (Ecuador): fue sentenciado a diez años de prisión por lavado de activos y tras tres años recuperó la libertad para un régimen semiabierto.
Luis Bedoya (Colombia): fue sancionado de por vida en la FIFA tras declararse culpable, tiene libertad condicional y su audiencia se ha aplazado varias veces
Marco Polo del Nero (Brasil): suspendido de por vida en la FIFA, pero vive en Riode Janeiro, que solo extradita a sus ciudadanos en caso de narcotráfico.
Ricardo Teixeira (Brasil): fue acusado de recibir sobornos, pero está libre por la misma razón que Del Nero.
Manuel Burga (Perú): fue extraditado a Estados Unidos, pero allí fue absuelto. Intentó volver al fútbol pero la FIFA lo inhabilitó de por vida.