Hace ya dos semanas, Claudio Bravo comunicó oficialmente su retiro del fútbol. Después de 21 años de carrera, desde aquel debut con la camiseta de Colo Colo en 2003, el arquero más laureado del fútbol chileno decidió cerrar su historia como futbolista activo. Es evidente que la Selección marca un periodo fundamental en el recorrido del oriundo de Viluco. “Me ha tocado llevar la bandera de nuestro país por todo el mundo, la he llevado con mucho orgullo. Para mí, como jugador y exjugador, ha sido lo más maravilloso dentro de mi carrera, con dos Mundiales, dos Copas Américas, con dos títulos para Chile”, manifestó el exportero, cuando comunicó su adiós.
Esta determinación acabó con la incertidumbre respecto del futuro del exjugador del Betis, quien contaba con algunas opciones para estirar su actividad (en la MLS de Estados Unidos, por ejemplo, aunque también recibió llamados desde Arabia Saudita). Por cierto, la comunicación de su retiro implicó que la dirigencia de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) se moviera rápidamente para generar una instancia que permita homenajear al capitán de la Generación Dorada bicampeona de América y al arquero con más presencias en la Roja (150 partidos, entre oficiales y amistosos clase A).
El cambio de planes
El reinicio de las Eliminatorias asomaba como una oportunidad ideal para generar el reconocimiento a Bravo. Este martes 10, Chile recibe a Bolivia en el Estadio Nacional, en el regreso de la Selección al recinto de Ñuñoa por Clasificatorias, con público en las tribunas. No sucede desde 2016, rumbo a la Copa del Mundo de Rusia 2018 (los primeros juegos hacia Qatar 2022 fueron a puertas cerradas, por la pandemia). Eso sí, había un a gran objeción: el marco de público no sería el más adecuado para despedir al golero de la época más gloriosa del Equipo de Todos.
La conclusión se debe al castigo impuesto por la FIFA. El ente de Zúrich sancionó a la federación chilena con la reducción de un 50% en el aforo para el compromiso ante los altiplánicos, luego de la investigación por el comportamiento discriminatorio de los hinchas nacionales, además del agravante del retraso del equipo en los juegos ante Colombia y Perú, que se desarrollaron en el estadio Monumental, por las fechas 2 y 3 de las actuales Eliminatorias.
Brindarle un homenaje a Claudio Bravo con poco más de 20 mil personas en el Nacional no parecía la idea más atractiva ni justa con la trayectoria del meta. A eso se le suma la escasa venta de tickets para el duelo frente a La Verde. Aún quedan más de cinco mil tickets sin ser adquiridos de los que se pusieron a disposición. Sin embargo, según pudo averiguar El Deportivo, sí se exhibirá un video para recordar los mejores momentos del vilucano en el Equipo de Todos.
En virtud de todas esas variables, en Quilín 5635 determinaron que lo más conveniente es posponer el tributo al portero y aguardar un partido con un masivo marco de espectadores. El calendario ofrece uno cercano: el choque ante Brasil, en octubre. Si bien el presente del Scratch no es el más luminoso, su prestigio histórico es inoxidable. “99 por ciento”, indican desde la ANFP a El Deportivo respecto de la opción de que el reconocimiento de la Asociación hacia Claudio Bravo se produzca en la antesala del duelo ante la Canarinha, por la novena fecha. El siguiente será como visitante, ante Colombia. Posteriormente, quedarán dos partidos más en noviembre, y la Roja cerrará la actividad clasificatoria de 2024 recibiendo a Venezuela (antes debe visitar a Perú).
La ANFP esperaba comunicarse con el retirado portero nacional para explicarle la decisión, para que apareciera como una especie de desprecio hacia su figura. En Quilín comentan que existe una conversación pendiente entre Bravo y Pablo Milad, presidente de la Asociación. Uno de los tópicos centrales será el homenaje que se prepara desde la dirigencia del fútbol nacional.
¿Vendrá Alejandro Domínguez?
Otra de las interrogantes que marca el homenaje a Claudio Bravo es la presencia de Alejandro Domínguez. El presidente de la Conmebol ha enfrentado una serie de conflictos con la Federación de Fútbol de Chile. Las asperezas partieron con la exclusión chilena de la organización de la simbólica apertura del Mundial de 2030 y recrudecieron con el reclamo formal de Pablo Milad, el presidente de la ANFP, por los arbitrajes durante la Copa América 2024.
De momento, el paraguayo no está contemplado. “No ha sido invitado”, dicen desde los pasillos de la sede de Quilín. No obstante, la entidad que tiene su sede en Luque enviará sí o sí a un representante, tal como lo hicieron en Uruguay en la despedida de Luis Suárez. La semana pasada, de hecho, emitió una declaración en la que reconoce los méritos del ahora exguardameta, conjuntamente con las de Suárez y anuncia que ambos recibirán una réplica de la Copa América, que ganaron.
En Montevideo, Nery Pumpido fue el representante de la Conmebol. El argentino, más allá de ser un histórico del fútbol mundial, se ganó una silbatina general al momento de ser presentado por los altoparlantes. Según apuntaron los medios charrúas, la ausencia de Domínguez se debe a la tensión que existe entre la Asociación Uruguaya de Fútbol y la Conmebol tras los violentos incidentes provocados por los jugadores celestes en el cotejo entre Colombia y Uruguay en la Copa América 2024, que derivaron en la suspensión de Darwin Núñez y Rodrigo Bentancur.
Lo que más molestia generó, sin embargo, fue que Domínguez había estado 24 horas antes en Buenos Aires, en la fiesta que organizó Argentina para despedir al histórico Ángel Di María en el choque frente a Chile. La polémica se arrastraba desde un episodio traumático: el mandamás tampoco formó parte del funeral de Juan Izquierdo, futbolista fallecido por un paro cardíaco en el marco del partido entre Nacional y Sao Paulo por Copa Libertadores.