Aránguiz mete presión
El volante del Bayer Leverkusen quieren estar sí o sí ante Brasil, más allá del desgarro que lo aqueja. Pizzi descartó que existiera un acuerdo con su club para no hacerlo jugar.
No se lo quiere perder por nada del mundo. O al menos quiere hacer todo lo humanamente posible para jugar aunque sea unos minutos ante Brasil. Pasando por encima incluso de la propia recomendación de su club. Así está Charles Aránguiz, luchando por conseguir el alta médica, algo prácticamente improbable de acuerdo a lo que se habla en el propio equipo de doctores de la Roja. Pero no imposible, como advierten desde el entorno del propio jugador.
El domingo, en la primera práctica de la Selección, el futbolista fue sometido a algunos suaves ejercicios físicos. Respondió de manera satisfactoria, pero desde el propio cuerpo técnico aseguran que fueron pruebas sin mayor exigencia. "Respondió bien", aseguró Pizzi cuando le consultaron por el futbolista, descartando además cualquier acuerdo establecido de antemano con el club alemán para no hacer jugar al futbolista: "Siempre hemos sido respetuosos de los clubes, respetuosos del estado de forma de los jugadores. Somos muy respetuosos de la salud de los jugadores. Nunca hemos utilizado ni utilizaremos jugadores que no estén en condiciones de jugar", expresó Macanudo este lunes.
En el cuerpo técnico saben de los deseos del futbolista por llegar al partido. Incluso reconocen que no estaba en los planes siquiera llevarlo al banco después de los primeros entrenamientos en Juan Pinto Durán. Pero todo se resolverá sobre la hora del partido. Aránguiz no baja la guardia y quiere ser una alternativa para algún minuto del partido. No quiere perderse la batalla más importante. Sobre todo si se toma en cuenta que sus dos socios habituales del mediocampo no estarán en el Allianz Parque. Ahora, Pizzi tiene la última palabra.
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