Aránguiz tras su dulce regreso: “En ningún minuto pensé en echarme abajo”
El volante volvió a jugar y convirtió en la victoria de la U sobre Audax Italiano.
La U volvió a los triunfos y este miércoles derrotó 1-3 a Audax Italiano. Más allá del vital triunfo, los azules también festejaron el retorno a las canchas de Pablo Aránguiz, quien estuvo casi tres meses en dique seco por una fractura en el quinto metatarsiano.
El regreso del volante no pudo ser mejor, toda vez que su equipo ganó y él fue el encargado de cerrar el marcador, con un tanto a los 89′.
“Harta nostalgia. Fue una lesión dura, difícil. Feliz de haber vuelto a jugar, que era lo que más deseaba. Me recuperé bastante bien. Es reflejo del apoyo de mis compañeros, del cuerpo técnico, Hernán (Caputto) que ya no está, Marcelo (Jara), ahora el profe Rafa. Es un conjunto de emociones, de una larga espera. Feliz de volver a jugar y qué mejor que con un gol”, señaló al CDF tras el cotejo.
Agregó: “En ningún minuto pensé en echarme abajo. Por algo pasan las cosas”.
El mediocampista, dijo, además, que la suspensión del clásico al final le fue favorable. “Estos días me vinieron bastante bien. Me siento bastante cómodo por izquierda, y en realidad por todo el frente de ataque”, añadió sobre su ingreso.
Otro que anotó en su primer partido con la camiseta estudiantil fue Reinaldo Lenis. El colombiano consiguió la apertura de la cuenta.
“Feliz, contento en lo personal, pero más que nada por el equipo. Llego a aportar”, señaló. Sobre el tanto, el que llegó tras un tiro de esquina que lo encontró solo, expuso: “Fue jugada preparada, habíamos visto los videos de ellos en los córners, que siempre dejaban el segundo palo descubierto”.
Habló también sobre sus capacidades como jugador, de las que dio pinceladas este miércoles: “Mi mayor virtud es asistir al que juega de 9, siempre trato de buscarlo”.
“Terminé cansado, hace mucho tiempo no jugaba un partido oficial”, cerró, antes de darle paso a al análisis de su DT, quien primeramente tuvo palabras para el bajo primer tiempo de sus dirigidos.
“Es normal. Retomar la competencia después de 20 días con un entrenador con formas distintas, empezar a emplearlas... En el primer tiempo estuvimos sobre revolucionados, mucha euforia y emoción. El mensaje entre ellos no era ni bien comunicado ni bien recibido. Así también las decisiones en la cancha. Pero forma parte del fútbol. Teníamos una lectura clara de cuáles podían ser sus argumentos para atacarnos. En el segundo tiempo, el resultado termina siendo consecuencia de lo trabajado en estos 20 días”, aseguró.
Celebró, además, el trabajo colectivo: “Está en nuestra capacidad saber utilizar cada pieza. El día que un jugador se sienta más importante que el equipo, no nos va a servir. Todos los que vayan ingresando tienen que sumarse a esta idea colectiva”.
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