Árbitros sin carácter

Columna Selman, Árbitros
Foto: Agencia Uno.


Se graficó en la primera fecha con el debut de Cristián Garay, en el Palestino-La Calera. No tuvo el carácter y la personalidad para expulsar a los jugadores en el momento adecuado. Quise mantener el silencio y ser mesurado en un análisis tan lapidario. Pero en esta segunda fecha nuevamente nos encontramos con una promesa, el señor Felipe Aracena, que no tiene el carácter y la personalidad para estar en Primera División después de dirigir a Antofagasta frente a Unión La Calera. Evidentes penales por mano no son sancionados y cobra un penal por mano que no es mano. Su desplazamiento en el terreno de juego es de un árbitro amateur, sin tener la capacidad de anticiparse a las jugadas. Su nivel es preocupante.

Pues estos dos casos mencionados son los árbitros promovidos a la primera división del fútbol chileno.

Continuando con los errores arbitrales, nos trasladamos al partido de Católica con Curicó. Héctor Jonas no ve o no quiso ver un patadón de Ampuero a Vargas en pleno rostro. Para agravar más el hecho, lo sanciona con tarjeta amarilla.

Seguidamente nos vamos al Monumental para encontrarnos con un Felipe González incapaz de resolver problemas tan simples como aplicar el reglamento en toda su esencia. Penal a Opazo mal sancionado. Valdivia, el mismo que dijo que yo lo iba a echar frente a las cámaras, debió ser expulsado por lo menos diez veces. Nico Peric es el mismo caso. El juez no supo resolver el tema de la presión que significa arbitrar en el Monumental y, además, con un resultado adverso para Colo Colo, cuando Audax lo logra empatar. Tomó decisiones que complicaron un partido que se veía de fácil conducción.

Debo señalar que la culpa de este inicio perturbador no la tienen los árbitros. La culpa procede de la testera de la comisión arbitral. Hoy los jueces se preocupan más de conciliar que de aplicar el reglamento. Hay una gran ausencia de árbitros con carácter.

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