El martes, Lucas Cepeda se elevó a la categoría de héroe deportivo nacional. El porteño anotó dos goles en la victoria de Chile sobre Venezuela, un resultado que mantiene con vida a la Roja en la aspiración de llegar al Mundial que organizarán Estados Unidos, México y Canadá en 2026. El combinado de Ricardo Gareca salió del último puesto de la tabla de posiciones, con siete unidades, figura a cuatro puntos de Bolivia, que ocupa la séptima plaza, la última opción de rasguñar un sitio en la cita planetaria a través del repechaje. Antes del choque frente a los llaneros, la realidad era tan paupérrima que el triunfo en el Estadio Nacional funciona, cuando menos, como alivio.
El delantero de Colo Colo ratificó el gran nivel que ha alcanzado en Macul, hasta donde llegó por expresa petición de Jorge Almirón. El técnico albo se deslumbró con sus condiciones en el Preolímpico que se disputó en Venezuela. Los albos ya venían observándolo, aunque el encargo del técnico potenció el interés. El fantasma de la U reforzó la intención alba de asegurar sus servicios. Ya no había espacio siquiera para pensarlo.
Un cheque a fecha
Cepeda se transformó en refuerzo del Cacique en una operación que a la luz de los resultados ha resultado plenamente conveniente. Los albos pagaron US$ 500 mil por la mitad de los derechos económicos al equipo porteño, la única fracción que la administración que encabeza Reinaldo Sánchez estaba dispuesta a ceder. Naturalmente, la intención era dejar abierta la posibilidad de obtener millonarios réditos en la eventualidad de que el alero de 22 años fuese transferido por los albos a un club más potente en materia económica. En el puerto existía la convicción de que el atacante tenía las condiciones para imponerse en el equipo más importante del país y, posteriormente, dar un nuevo salto de calidad.
Los albos, por cierto, establecieron una cláusula en el acuerdo que, a la luz de las circunstancias, puede considerarse como un acierto pleno. En el pacto se incluyó una opción de compra por la otra fracción, a cambio del doble de la cifra que se pagó por la primera. Es decir, por US$ 1 millón. En Blanco y Negro confirman la decisión de adquirir la totalidad de esos derechos económicos.
El acápite parece elevado para el contexto local, pero puesto en perspectiva se transforma en un negocio plenamente conveniente. De ejecutarla, el Cacique quedará en condiciones de negociar la totalidad del pase del jugador. Considerando que la figuración internacional para 2025 está garantizada, atendiendo a que el equipo popular es el flamante campeón del fútbol chileno y está clasificado a la ronda de grupos de la Copa Libertadores, al menos hay dos certezas: que no faltará caja para acometer la operación y que, además, la vitrina que ofrece el torneo continental abre la puerta para que los albos puedan rentabilizar por un amplio margen ese millón de dólares.
En ese escenario, en un futuro de mediano plazo, proyectan realizar un negocio tan conveniente como el que llevó a transferir a Damián Pizarro al Udinese. Por el atacante, el equipo friulano pagó US$ 3,8 millones, a cambio del 70 por ciento del pase. En otras palabras, los albos obtendrán el 30 por ciento si se llega a concretar un traspaso posterior. Por el momento, en todo caso, esa opción hay que tomársela con calma, pues el centrodelantero aún no ha disputado minutos en la Serie A y su participación se remite a 136 minutos en dos actuaciones en el equipo Primavera.
Por lo pronto, para Transfermarkt, la referencia obligada en esta materia, la ficha del jugador está tasada en US$ 1,4 millones.
Un jugador en evolución para la elite
Cepeda, por cierto, está empecinado en transformarse en un jugador de elite. Sobre todo en el último tiempo, sus decisiones apuntan en ese sentido. Desde este semestre, por ejemplo, comenzó a trabajar con Juan Ramírez, el preparador físico que entrena a Arturo Vidal, en una clara señal de que quiere ponerse a tono con la nueva condición que ostenta e, idealmente, seguir progresando y dando nuevos saltos en su trayectoria.
Con el Rey, por cierto, le une una estrecha relación. Sin ir más lejos, después de su consagratoria actuación frente a Venezuela, el exvolante del Barcelona, el Bayern Múnich y la Juventus lo elogió profusamente. “Me alegro mucho por él. Lo vi cuando llegó a Colo Colo y he visto el trabajo que hace fuera del club. Entrena con el mismo preparador físico que he tenido yo toda mi vida. Es un jugador que se prepara día a día y me encanta. Me gustan los que se preparan así. Por eso les va bien”, sentenció después de la victoria sobre los llaneros.
“Lucas ha pasado de jugar en Wanderers a ser figura en un partido tan importante. Marcar dos goles no es fácil. Me alegro mucho”, valoró, en la misma línea, el referente de la Generación Dorada quien, por cierto, ante la Vinotinto volvió a lucir la jineta de capitán que ya había ocupado en el empate frente a Perú, en Lima.