José María Buljubasich (50) saca cuentas alegres. Después de un complejo inicio de temporada, que incluyó hasta tres derrotas seguidas de Universidad Católica, el gerente deportivo de Cruzados destaca que el equipo dirigido por Gustavo Poyet cumple todas las metas planteadas hasta el momento.
“Teníamos varios objetivos: ganar la Supercopa, avanzar a octavos de final de la Libertadores y pelear el campeonato. Estadística y objetivamente, los hemos logrado. Estoy contento. El equipo ha tenido partidos muy interesantes y otros no tanto, pero hay que entender que ha sido un semestre difícil. Veníamos de un año muy largo, de un 2020 con muchos partidos. Estamos contentos con las sensaciones que nos da el equipo, que seguramente seguirá creciendo”.
¿En algún momento del año pasado sintió que el tricampeonato estuvo en riesgo?
Sí. Teníamos una ventaja, pero las lesiones afectaron la continuidad del equipo. Tuvimos que enfrentar una instancia decisiva con muchos jugadores jóvenes. La situación no fue simple. Ahora, nunca es fácil ganar los campeonatos. Acá hay una mala costumbre por lo que pasó en 2019, cuando sacamos una diferencia muy grande; pero lo normal es que cada campeonato se gane en la última o penúltima fecha.
¿Fue un error vender a Pinares? Su salida desarmó el juego de la UC...
No fue un error, porque había una cláusula de salida firmada cuando César llegó y si se daban ciertas condiciones, tenía que irse. Por lo tanto, no fue una decisión de si lo vendíamos o no. Había una cláusula que se cumplía, con tiempos y montos. Por ende, había que ejecutarla y aceptarla, o estaríamos incumpliendo un contrato. A la salida de César se le sumaron las lesiones de Lanaro, Fuentes, Huerta, Fuenzalida, el Covid de Zampedri, etc. Quisimos reemplazarlo, pero no pudimos.
Lograr el Tri: ¿Fue alegría o un desahogo?
Cuando uno se pone objetivos va generando presiones internas. Ese desgaste se vive día a día. No solo el plantel lo vive, sino todos los que estamos alrededor. El mismo hincha lo vive. Cuando se está tan cerca de un objetivo histórico, siempre hay cierto grado de tensión, pero el equipo estuvo a la altura de las circunstancias. Para mí, es un orgullo muy grande haber participado en un objetivo como ese: ser tricampeón por primera vez.
¿Fue el campeonato más difícil de la historia del fútbol chileno?
Creo que sí, por la capacidad de adaptación que tuvieron todos los equipos. Para los jugadores, dejar de estar en el camarín, ir a entrenar en sus autos, cambiarse en sus casas, PCR todo el tiempo; los entrenadores, tener que trabajar desde la casa, generando instancias de Zoom para mostrar las ideas de juego, tener al equipo preparado para el regreso; los dirigentes, por afrontar una crisis económica como la que se vivió; estar sin hinchas en los estadios. Todos fuimos puestos a prueba en condiciones que nunca habían pasado. Es lo más difícil que nos tocó vivir a todos.
Costó tomarle la mano a Poyet este año y muchos hinchas pedían su cabeza...
Nosotros tenemos la obligación de hacer un análisis más amplio. Entiendo que el periodismo y la gente hagan un análisis más corto, porque así se vive esto. En 2019, cuando llegó Gustavo Quinteros, hicimos una pretemporada y tuvimos el torneo de Viña. Entonces, el equipo se preparó. Con Ariel nos costó un poquito, hubo menos tiempo, pero después llegó la pandemia y cuando el equipo volvió, encontró la idea de juego. En este caso, a Poyet le pasaron varias cosas. Primero, que cuando hay cambio de entrenador y de formas de trabajo, se necesita tiempo para implementarlas. Y hubo poco tiempo, porque estaba la Supercopa y después empezamos a jugar el torneo y la Libertadores. Hubo partidos donde se perdió, pero donde las cosas se hicieron bien, como ante Atlético Nacional allá y ante Melipilla, acá. Había sensaciones y señales positivas. Después vinieron los partidos con Nacional y Argentinos, donde el equipo tuvo un buen funcionamiento. También hay que reconocer que nos han pasado cosas que en otros momentos no, como los casos de Covid de Puch y el Chapa; hubo bastantes lesiones, producto de todo este sistema y de la poca preparación. Entonces, no se puede hacer un análisis normal, porque no se está trabajando de manera normal. Pese a eso, los objetivos se están logrando.
Después de la derrota ante Melipilla y previo al partido con Nacional, en San Carlos, Ud. y Juan Tagle fueron al entrenamiento, ¿fue un acto de apoyo o una medida de presión?
A ver. Gustavo dijo ese día que Juan había ido a dar apoyo, pero en realidad fue hacerse el PCR y pasó a saludar, como lo hace siempre cuando va. Y yo estoy siempre en el club. O sea, no hubo nada distinto a lo que suele pasar. Lo que pasa es que yo sé cómo funciona el tema, porque llevo muchos años, pero tal vez como Gustavo lleva poco pensó que eso podía ser un acto de apoyo por la situación, pero en realidad Juan pasó a saludar, hacerse el PCR y nada más que eso. Siempre estuvimos tranquilos. Cuando analiza todo, es cuando tiene que mantener la calma.
¿Corrió peligro la continuidad de Poyet? En Colo Colo o la U tres derrotas seguidas bastan para cortar un proceso…
No me gusta compararme con otros equipos. No sé cómo funciona internamente el resto, pero cuando uno sabe y analiza las cosas que pasan, a partir de ahí va tomando decisiones. Entonces, teniendo en cuenta todo lo que te mencioné anteriormente, ni siquiera había que tomar una decisión. Después, que uno pierda tres partidos y tenga dudas de qué va a pasar en el que viene, eso siempre está. De ahí a que alguien se pueda sentar a pensar en tomar una decisión sobre eso, no.
La UC de Poyet es muy defensiva comparada con la de Holan, ¿coincide?
Me gustaría hacer un análisis del equipo de Gustavo con el de Ariel, Quinteros o Beñat cuando llegue diciembre y tengamos todo el año para analizar; porque, a veces, esos análisis se hacen con un entrenador que estuvo un año y dos meses, como Ariel, y otro que lleva tres meses y medio, como Poyet. No es justo. Sí creo que hay formas distintas de ver el fútbol, formas distintas de entrenarlo y jugarlo; pero sí Gustavo tiene la idea de ser un equipo que llegue al arco de enfrente, que pueda generarse situaciones. Lo que se vio con Cobresal, por ejemplo, más allá de que teníamos un hombre más, muchas veces no se ve. Estuvimos 60 minutos presionando, en campo de ellos, sin que llegaran a nuestro arco. Eso es lo que busca Gustavo para sus equipos. Seguramente, no ha tenido todo el tiempo ni el espacio necesarios para poder trabajarlo y lograrlo.
Esa forma distinta de ver el fútbol les chocó a jugadores como Zampedri, que se ven molestos en la cancha, ¿lo siente así? ¿O para usted es normal ese disgusto?
Sí, son cosas normales que pasan al cambiar entrenador. Lamentablemente, eso genera cambios de formas, que llevan tiempo de adaptación. Algunos jugadores lo expresan de una manera y otros lo expresan de otra, pero una cosa es lo que uno expresa en el momento y otra es la convivencia. Y lo que uno ve acá es que esa convivencia es sana, se trabaja bien y todos están en pos de lograr el objetivo. Eso es lo que veo día a día, así que, desde ese lugar, hay tranquilidad. En general, el ambiente que se vive internamente es sano y muy competitivo. Muy competitivo… Eso también genera cosas. Y bienvenido sea. No nos gusta tener jugadores a los que les dé lo mismo todo, ganar, perder o empatar. Acá todos quieren ganar siempre. Por eso el equipo se mantiene competitivo después de mucho tiempo.
¿El gran objetivo es el tetracampeonato?
Sí. Tenemos la suerte de tener este plantel que no se relaja nunca y que siempre quiere ganar. Uno ve que estamos de nuevo peleando la punta. Este equipo quiere pelear siempre. Lógicamente, ahora estamos enfocados en la Copa Chile. Ojalá pasemos también en la Libertadores, para tener un lindo problema en el segundo semestre. Si no, nos enfocaremos en el Torneo Nacional.
¿Cómo ve el choque ante Palmeiras? Una llave con grandes diferencias económicas…
Hay diferencias que son normales, porque hay clubes que tienen un capital más grande. Por otro lado, hay muchos casos donde no se cumple con el fair play financiero, lo que amplía la desigualdad. Ahora, ¿en qué ayuda eso? En que esos equipos tengan un plantel mucho más amplio que el que pueda tener un equipo que tenga menos recursos económicos. En ese sentido, puede que ahí haya una diferencia. Dicho esto, una vez que uno tiene que competir, 11 contra 11, está la ilusión y le expectativa de hacer buenos partidos y por qué no, pasar. Ojalá que Gustavo pueda tener a todos los jugadores disponibles, que no haya lesiones ni otra situación, para poder armar el mejor equipo posible y competir de igual a igual.
¿Pasar a octavos de final fue sacarse un peso? ¿Qué significó para el club?
Lo analizo de varias maneras. Una, que en los años anteriores habíamos sido competitivos, porque en 2019 llegamos a la última fecha con posibilidades de clasificar y en 2020, aunque no se pudo, terminamos con una buena performance, ganándole a Gremio e Inter acá, con buenos partidos. Esta vez fue la primera que no nos tocó un brasileño en el grupo después de mucho tiempo, lo que nos daba una presión extra, ya que ahora había ver qué pasaba. Bueno, no nos tocaron y pasamos. Hay siete brasileños en octavos de final... No sé si la palabra es justificar, pero sí demostramos que esa era una de las razones por las cuales no pasábamos. En ese aspecto, pudimos cumplir.
Costó mucho. Partieron con dos derrotas…
El equipo no arrancó de la mejor manera en cuanto a resultados. Acá no hicimos un buen partido con Argentinos, pero después hicimos tres muy buenos. Y un cuarto, ante Nacional, en Uruguay, donde no merecimos perder. Los últimos cuatro partidos fueron muy bien planteados, con personalidad y carácter. Tal vez, el partido con Argentinos allá no fue vistoso, pero sí muy bien jugado. ¿Qué significa eso? Que cuando hubo que defender, atacar y meter lo hicimos de la mejor manera posible. En ese aspecto se hizo una muy buena Copa. A mí me gustó mucho esa parte. Siempre parece que hay que ganar 4-0 todos los partidos, pero la verdad no es así. En la Copa todos los partidos hay que trabajarlos y esta vez pudimos hacerlo. No sé si orgulloso, pero me siento satisfecho de pasar a octavos después de mucho tiempo.
¿Pensó que se les escapaba la clasificación? Llegaron al último partido sin Zampedri, Fuenzalida ni Dituro...
Sí. Hay que reconocer la capacidad de adaptación de Gustavo y su velocidad para tomar una decisión, como fue la de armar una línea de tres y de jugar con Marcelino y Juan Cornejo de carrileros, solo dos horas antes del partido. Hay un mérito muy grande en ese sentido. Los jugadores hicieron un partido muy serio. Es una muestra del crecimiento de jugadores como Diego Valencia. Le tocó jugar contra Vélez hace cinco meses, pero gracias a la competencia y a la continuidad ahora tiene más experiencia y más confianza. Ahí hay mérito tanto de Ariel como de Gustavo. El plantel entero está comprometido, concentrado e ilusionado.
¿Cómo evalúa el crecimiento justamente de jugadores como Núñez, Tapia y Montes?
De manera positiva. Por ellos, por el fútbol formativo y por el club, en general. Siempre tratando de explicar que son procesos, que a veces hay que darles espacios y que esos espacios tienen un costo para el resultado final. No es culpa de los chicos, pero a veces darle espacio a los más chicos significa que se pueden perder partidos para que ellos puedan crecer.
Católica es el club que más seleccionados aporta, ¿qué les hace pensar?
Creo que al final es parte de las políticas del club. Nuestro objetivo es formar jugadores para que jueguen en el primer equipo, para que logren objetivos con el club, para que se vendan y para que jueguen en la Selección. Es un cariñito al trabajo que llevamos haciendo en el fútbol formativo.
¿Llegan refuerzos?
No. Tenemos los cupos de extranjeros cubiertos y un grupo de jugadores nacionales de buen nivel en prácticamente todos los puestos. Renovamos hasta fin de año con Francisco Silva y Juan Fuentes. También hay que reconocer que el tema económico no es sencillo en estos tiempos. Entonces, sumar jugadores que lleguen en este momento, con la pandemia, las cuarentenas, con los tiempos que hay que hacer, sumado a que tenemos jugadores competitivos en todos los puestos, creemos que no debiese llegar nadie. Eso está hablado con el cuerpo técnico, el directorio. Es lo que pensamos todos en este momento.
¿Han llegado ofertas?
No, hasta ahora no, pero este es el período, así que hay que estar atentos.
En Perú se habla del interés de Alianza por Diego Buonanotte, ¿los han contactado?
No, hasta ahora no ha llegado nada. Solo rumores de prensa.
¿Urge que vuelva el público? ¿Hay más posibilidades ahora gracias a las vacunas?
Creo que la vacunación ha sido importante, pero hay un tema de evaluación que no me corresponde a mí. Uno lo que va leyendo es que la positividad va bajando, después uno escucha que está todo mal. No hay mucha certeza. Yo comparo la situación con la de otros países y creo que Chile está mejor, pero creo que con personas vacunadas y cierto distanciamiento social, debería ser una instancia a evaluar por lo menos para el segundo semestre.