Cachito Vigil: "Las Diablas juegan más de lo que su ADN les da"
El coach argentino, motor intelectual del crecimiento que mantiene el hockey césped femenino, vibra cada vez que debe hablar de él. Con la cabeza puesta en el futuro más que el presente, se reconforta con lo que ha conseguido la selección en estos Juegos.
Cuesta hablar con Sergio Vigil (53 años) en presente. Su cabeza no transita en el día a día. sino en el ayer y, sobre todo, en el futuro. El entrenador argentino vive en Lima su idilio junto a las Diablas, que hoy disputarán su paso a la final del hockey césped ante la todopoderosa Argentina. Ya son dos años de su arribo a la selección. En la mesa, hoy, el penúltimo paso a la clasificación olímpica, el gran sueño.
¿En qué momento llega Chile?
Las Diablas es un equipo que se ha comprometido con un sueño grande, ha tenido una estrategia. Ese sueño grande tiene algo bello, y es que trasciende a jugadoras y entrenadores. Todo lo que hagamos ahora ayudará para que las próximas generaciones lleguen a los Juegos Olímpicos, pero vamos a dejar la piel para hacerlo también. Daremos todo para que el hockey de Chile sea olímpico y mundial. Ahora somos hermanos de camiseta todos, y cuando eso ocurre, acontecen cosas increíbles.
¿Qué tan difícil es ese camino?
Nada sencillo. Ya pasamos de estar de las 23 a las 16 mejores del mundo, pero ahora toca atacar más. Este es un equipo que tiene corazón valiente y generoso. Es un grupo de chicas que se quieren y que están muy comprometidas con superarse a sí mismas. Y cuando eso ocurre, comienzas a ser un equipo muy difícil de vencer y, además, pasas a ser capaz de derrotar a las grandes potencias.
¿Qué le pasa al verlas jugar?
Me pasa algo muy particular. Ellas siempre juegan un poco más que lo que su ADN actual les da. Creo que eso tiene que ver con el alma. También en su capacidad intelectual. Este equipo conjuga intelecto con corazón, entendiendo que la única forma de avanzar es respetando el colectivo. La magia de este equipo está en la unión de cada individualidad. Podemos tener muchas deficiencias, pero cuando comienza a funcionar el puño colectivo desaparecen y ahí aparece la magia. Eso es algo muy importante.
¿Chile crece gracias a su unión?
Cuando veo a otras selecciones entrar en calor, veo que son muy fuertes técnica y físicamente, tienen una calidad impresionante y ahí se puede pensar "vamos a jugar contra la NBA". Nuestras chicas no son así, pero cuando comienzan a jugar, exhiben una calidad y potencia importante, un equipo. Son once pirañas que comienzan a defender y ahí es donde todo cambia. Esto, sin embargo, nos obliga a jugar siempre de siete puntos para arriba. Es un gran desafío, pero es lo que más me apasiona de este equipo.
Excelentes alumnas, entonces.
Imagine lo difícil que es jugar a así, sabiendo que si un día juegas abajo de siete, repruebas. La vara es muy alta, pero este equipo es distinto porque se potencia ante la presión. Lo maravilloso, es que ellas se han entregado cien por ciento al hockey, pero además no abandonaron los estudios. Se matan en cada entrenamiento, para luego ser excelentes alumnas.
¿Eso fue por orden suya?
Siempre intento que todos mis equipos sea ejemplares en todo, pero aquí me pasa que son capaces de nunca descuidar el estudio. Ellas lo hacen con una convicción tremenda. Son profesionales del deporte a nivel amateur, y también como estudiantes. Eso es algo muy difícil de hacer.
¿Cómo se consigue motivar así a una selección amateur?
Es que este equipo se quiere. Son 35 las que trabajaron todos los días, sin saber si estarían entre las 18 que quedarían. Siento orgullo, que también incluye a mis compañeros de staff. Gratitud también, porque entre todos decidimos tirarnos al vacío de este maravilloso sueño que es jugársela toda para ser olímpico y mundial, sin asegurarles que lo logremos, pero garantizándoles que no vamos a dejar de luchar par a lograrlo.
Crecimiento
¿Cuánto ha crecido el hockey césped desde su llegada?
Hicimos una petición que no tenía que ver conmigo, sino con el futuro del hockey césped chileno. Todos se pusieron manos a la obra para conseguirlo, que era el sueño de la cancha propia. Es una aspiración noble, que ayudará a todos, no solo a las actuales jugadoras, sino a las que aún no pueden jugar por una cuestión socio-económica, con muchos chicos y chicas que puedan participar sin importar que no tengan el dinero para hacerlo. Es un gran premio.
¿A qué juega Chile ahora?
Tuvimos que trabajar mucho en la técnica y el intelecto. Trabajamos para que el rival no pueda quitarnos la pelota, y cuando la tenemos, esté incómodo y el equipo se sienta seguro de que puede hacer algo. Y que en los últimos 30 metros de juego, tener combinaciones y variantes de élite. Aún quedan muchas cosas que mejorar, pero cada vez mejoramos. Este equipo combina ancho con verticalidad. Podemos llegar en tres pases o 10 al área rival, pero podemos salir de cualquier presión que nos ponga el rival. Hoy somos mucho mejor que hace un año atrás, pero todavía mucho peor de lo que vamos a hacer dentro de un año.
¿Sueña con la final?
Nunca hemos dejado de soñar.
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