El camino está allanado para que Gary Medel vuelva a vestirse con la camiseta de Universidad Católica. Hace algunas semanas, el defensor le dio el visto bueno a la oferta que le presentó Cruzados. Se trata de un vínculo por dos años. Lo que aún está pendiente es su salida de Boca Juniors, equipo con el cual tiene contrato hasta fines de 2025. Aunque las expectativas eran altas cuando llegó al club xeneize a principios de 2024, la adaptación del Pitbull al fútbol argentino fue mucho más difícil de lo que se anticipaba.
En Boca Juniors, la situación del chileno está en una fase de resolución. El club no tiene la intención de retenerlo, y de acuerdo con información de El Deportivo, la dirigencia xeneize no pondrá obstáculos para su partida. El defensor nacional deberá renunciar al año de contrato que le resta. La rescisión del contrato es la vía para que Medel pueda concretar su regreso al fútbol criollo.
Expectativas insatisfechas
Su llegada a Buenos Aires estuvo marcada por el emotivo recibimiento por parte de Juan Román Riquelme, quien lo presentó ante la prensa y lo abrazó en un gesto de camaradería. Sin embargo, el rendimiento de Medel no estuvo a la altura de lo que se esperaba. Pese a su experiencia tanto en Europa como con la selección chilena, el central nunca logró asentarse en la defensa de Boca y se vio superado por la competencia. Jamás logró sentirse cómodo en la zaga boquense y sus minutos de juego fueron escasos.
A medida que avanzaba la temporada, las dudas sobre su futuro se multiplicaron. El técnico Fernando Gago no mostró interés en darle muchas oportunidades. Antes tuvo un poco más de acción con Diego Martínez en la dirección técnica. La llegada de Pintita provocó que Medel perdiera aún más espacio en el equipo. La relación con el nuevo entrenador no fue la mejor, y el defensor incluso tuvo diferencias con el exvolante, sobre todo luego de ser apartado de un entrenamiento. Este distanciamiento no hizo sino agudizar la tensión. Lo que inicialmente parecía un gran fichaje para Boca se convirtió en una de las historias frustradas de una temporada para el olvido para el elenco presidido por Riquelme.
Un regreso simbólico a la UC
En el contexto actual del fútbol chileno, la llegada del Pitbull es un golpe de efecto para el club como precordillerano. Al igual que en su momento lo hicieron otros jugadores de renombre como Arturo Vidal, Mauricio Isla o Charles Aránguiz que volvieron al país. Ahora Medel volverá a vestir la camiseta cruzada en un momento clave, cuando el equipo busca reforzar su defensa y recuperar el liderazgo que había perdido en los últimos años.
A finales del mes pasado, Universidad Católica anunció varias bajas, entre ellas la del zaguero uruguayo Gary Kagelmacher, lo que dejó un hueco importante en la zaga. El experimentado jugador está llamado a ser el líder que el equipo necesita para regresar al primer plano tanto en el campeonato local como en competencias internacionales, como la Copa Sudamericana, en la que los cruzados han tenido una participación irregular en los últimos tiempos. Sobre todo en un plantel que se ha visto carente de referetes luego de la época del tetracampeonato.
El regreso del defensor chileno también tiene otro fuerte componente simbólico. Formado en San Carlos de Apoquindo, el estadio donde comenzó su carrera profesional, Medel será una de las caras visibles en la inauguración del nuevo Claro Arena.
En Universidad Católica, la negociación por Medel se ha llevado con cautela, pero los contactos con el jugador han sido constantes. Aunque no es habitual que el club haga públicos los detalles de sus conversaciones, durante la presentación de Dylan Escobar, el gerente deportivo José María Buljubasich confirmó que han mantenido diálogos con el símbolo de la Generación Dorada. “Seguiremos hablando y veremos en el futuro cercano qué es lo que va a pasar”, afirmó el exarquero.