Eduardo Carlezzo abre sus cartas. A días de que la FIFA emita su veredicto respecto de la denuncia de Chile en relación a la inclusión irregular de Byron Castillo en la selección de Ecuador durante las recientes Eliminatorias, el abogado brasileño se toma más de una hora para exponer cada uno de los pasos que dio el equipo jurídico que encabeza y, fundamentalmente, las pruebas que puso en poder de la Unidad Disciplinaria del ente rector del fútbol mundial, que resolverá, al menos en primera instancia, el fondo de la presentación y, en lo principal, la posibilidad de que la Roja acceda al Mundial de Qatar a través de la vía administrativa.
Carlezzo detalla cada uno de los elementos para insistir en que el lateral del Barcelona de Guayaquil no era un jugador elegible para el combinado que dirige Gustavo Alfaro. “Estamos buscando los puntos para ir al Mundial”, enfatiza en el término de su presentación, para dejar lo suficientemente claro el objetivo de la ofensiva chilena, a horas de que se conozca la resolución. Anticipa que habrá que esperar un mes más para tenerlo absolutamente claro, considerando que aún quedarían instancias por resolver. Una de ellas, el TAS. “Sería escandaloso si FIFA desconociera estas informaciones. Son muchas cosas. Llevo casi 20 años como abogado. Son muchas cosas”, insiste en la ronda de preguntas a la que es sometido después de su presentación. “Si Ecuador va al Mundial, el Mundial estará manchado”, dirá después.
También resalta que la responsabilidad es federativa. “Aquí, aparentemente, FIFA va a llevar una determinación acerca de la federación y no habrá una investigación específica al jugador y eso me preocupa mucho. Nosotros pedimos una audiencia para escuchar al jugador. El tiene que hablar. Es el principal testigo, involucrado. Me preocupa mucho que la FIFA no lo haya llamado. Entiendo que el jugador tendría que comparecer ante la FIFA. Y el hecho de que no se le llamó me preocupa mucho”, sostiene.
Igualmente, muestra un grado de cautela. “Si tuviéramos más tiempo, sin grupos sorteados, no tengo ninguna duda de que tendríamos una resolución favorable para Chile, pero cuando hay entradas vendidas, paquetes de viajes, toda la preparación del Mundial, la decisión más fácil es dejar todo como está”, advierte.
La prueba clave
En el extenso período en que se sentó en la testera de la sala de conferencias ubicada en la sede de Quilín, Carlezzo exhibió una serie de pruebas y elementos. Detalló profusamente las diligencias que ha motivado hace ya largo tiempo la eventual irregularidad en la nacionalidad del jugador, que en Ecuador se viene investigando desde mediados de la década pasada. En todo momento, refuerza su convicción. “Si la determinación es técnica, tiene que favorecer a Chile”, plantea, plenamente seguro de la postura que lidera.
Entre una serie de láminas, una de las más llamativas es la exhibición de un certificado de bautismo del jugador, una ceremonia que se realizó en Colombia. Es esa una de las piedras angulares de la presentación. Ahí constan, entre otros, la identidad completa del ahora futbolista, y la de su núcleo familiar más cercano. “Ese documento para mí es importantísimo y es impresionante lo que hemos conseguido: presento por primera vez el certificado de bautismo de Bayron Javier en Tumaco. 1 de julio de 2022. Ese documento tiene fecha de 25 de noviembre de 1996″, dice a modo de introducción”. “Borramos los nombres de abuelos y padrinos, pero a FIFA le enviamos la información completa”, sostiene. La diferencia en la redacción del nombre del futbolista tiene que ver, precisamente, con las inconsistencias en la información que la defensa jurídica chilena ha puesto en evidencia.
Luego, añade más consideraciones. “Acá está el certificado de matrimonio de los padres. Se puede ver que Olga y Harrison se casaron en Tumaco, vivieron en Tumaco, que el jugador nació en Tumaco y fue bautizado en Tumaco”, refuerza, intentando desacreditar de plano la postura ecuatoriana, que valida un acta de nacimiento emitida en General Villamil, en el cantón del Guayas. Ciertamente, buena parte de la exposición de Carlezzo estuvo orientada a poner en evidencia la inconsistencia de los argumentos de la contraparte.
“Debemos irnos a Colombia y el primer documento clave es el documento de partida de Byron. En el ecuatoriano se escribe Byron David y en el colombiano, Bayron Javier. En el colombiano nació en 1995 y en el ecuatoriano nació en 1998. Los padres son los mismos, Olga y Harrison, colombianos. Si una persona tiene los mismos padres serían hermanos. Entonces, la pregunta es si el Byron que está en la selección tiene un hermano que se llame Bayron, en Colombia. Porque si lo tiene, se terminó, yo no estaría aquí. Y no, no lo tiene, Tiene una hermana”, amplia.
En ese contexto, es que el jurista insiste en que Ecuador infringió los artículos 21 y 22. “El artículo 22 trata de sacar los puntos del partido a un equipo que utilizó un jugador irregular”, expone. Esa es, precisamente, la gran finalidad que tiene la ofensiva chilena. Que a Ecuador se le resten todos los puntos que consiguió con la participación de Castillo y que se les añadan a sus rivales. Siguiendo esa interpretación, la Roja entraría al Mundial.