El circo de Blanco y Negro
Cualquier institución que se precie de moderna primero debe tener respeto por sí misma. Y como en un equipo de fútbol, debe tener un modelo de juego. Que conlleva un sistema de juego con un plan y organización de juego. Blanco y negro, representado por su presidente Aníbal Mosa, no entienden de esto. Pastelero a tus pasteles.
Ellos deben deducir que no lo saben todo necesariamente. Ellos se concentran en objetivos a corto plazo, produciendo consecuencias indeseables. Como la abortada Noche Alba con miles de hinchas frustrados por matar una emblemática noche de sueños que se ha convertido en pesadilla con violencia de por medio. Claro, en la vitrina hay poco y nada que mostrar, los refuerzos brillan por su ausencia. Los ecuatorianos viajaban en condiciones no muy santas. De allí partió todo mal coronando este mes candente con la guinda de la torta. Ha subido la temperatura medio ambiental incluso con quema de neumáticos.
Hasta sus jugadores claman por una gerencia técnica. Ven que no hay misión común, valores comunes, alto grado de motivación, conocimientos y técnicas ni menos una organización adecuada. Esto ha sucedido en la tienda alba bajo el dictatorial mando de Mosa.
Una gerencia o management sin reflexión, sin investigación constante, es una gerencia muerta y estática. El pueblo colocolino se percata de estas falencias y lo hace sentir. Concentrar el poder siempre ha sido malo. Mosa así lo ha hecho coludiéndose con la corporación para detentarlo sin asco.
Nunca había visto un Presidente ponerse la camiseta y pasearse hinchado como un jugador más por las canchas de entrenamiento. Aunque se ponga la camiseta en la tribuna no esconde su populismo inconsecuente. En el circo Chamorro había un personaje que levantaba la carpa, domaba los leones, era el clown, vendía los algodones de azúcar y las entradas. Pero ése era Eugenio Retes. Un artista de tomo y lomo. El problema no es la calidad del revólver con que se dispara, sino quién es el disparador. Respetable público, la función continúa.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.