A los 18 minutos, Daniel Siebert se llevaba la mano a la oreja. El VAR le hablaba por un posible penal a favor de Ghana, pese a que el árbitro había descartado la pena máxima por una posición de adelanto previa por obstrucción a la visión del arquero Sergio Rochet. Sin embargo, el juez fue a ver la jugada y cobró penal.

Los jugadores charrúas no entendían nada, se llevaban las manos a la cabeza. Pero eso poco le importaba a André Ayew, que ya acomodaba el balón en el punto penal. Y la historia tendría un final conocido: tal como en 2010, cuando Asamoah Gyan desperdició el penal ante Muslera producto de la recordada mano de Luis Suparez, esta vez el capitán ghanés tampoco pudo transformar el lanzamiento en gol. Rochet se tiró hacia su izquierda y atajó.

Minutos después la transmisión oficial aclaró los reclamos celestes: el jugador africano que tapó la visión del arquero en la jugada previa estaba habilitado.

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