Miércoles 6 de abril. 20.30 horas. Pablo Milad da por iniciada la reunión de presidentes extraordinaria en que se abordaría una de las crisis más profundas que ha enfrentado el fútbol chileno en el último tiempo. Los audios en que el juez Francisco Gilabert expone que recibió presiones de parte de la Comisión de Árbitros que encabezaba Javier Castrilli en el partido entre Huachipato y Copiapó, por la permanencia, obligan a la cita, que ni siquiera tiene valor de Consejo Extraordinario. Fue convocada de urgencia. De hecho, comenzó una hora después de lo que estaba previsto. La tensión era el factor que dominaba en la sesión de Zoom por la que se realizó el cónclave.
La lejanía física no impide que se produzca un escenario rígido. De hecho, quizás anteponiéndose a la serie de cuestionamientos que, igualmente, recibiría más tarde, Milad la abrió ofreciendo disculpas por haber manifestado que la investigación en torno a las irregularidades referiles estaba cerrada. La decisión del despido de Javier Castrilli y sus más cercanos colaboradores ya estaba tomada. Ni bien terminaba de hablar, el curicano recibió la primera avalancha de críticas. Derechamente, fue increpado por varios presidentes. Entre los más exaltados estaban el timonel de Cruzados, Juan Tagle, y el de Magallanes, Cristián Ogalde. Este último fue el más categórico. De hecho, personalizó en el ex intendente del Maule el crítico momento que vive el balompié nacional. “Tú, Pablo, le haces mal a la industria”, lo encaró delante de todo el plenario. Milad, descolocado frente al directo ataque, recurrió a una frase hecha: “Respeto tu opinión, pero no la comparto”.
En efecto, en la asamblea se le planteó abiertamente a Milad la necesidad de introducir cambios en el directorio. “Lo vemos solo”, apunta un consejero, que sostiene que el curicano necesita rodearse por directores de mayor expertise. Hoy, apenas Jorge Yungue y Jorge Aguilar se muestran activos.
Investigar a fondo
Al margen de los cuestionamientos respecto del manejo de Milad en el profundo quiebre del referato nacional, el consenso de los responsables de los clubes chilenos es que se hace indispensable investigar irregularidades que, a la luz de lo expuesto por Gilabert, adquieren ribetes de corrupción. Ese concepto es el que más inquieta a una asamblea que palpa que la imagen de la actividad está, una vez más, en serio riesgo. Esta fecha se disputará, en rigor, en base a las decisiones de Castrilli. De ahí en más, comenzará la reestructuración de la Comisión de Árbitros. Aún no hay candidatos concretos para asumir la testera, aunque según informa Directv Sports, interinamente la asumirán Francisco Caamaño, Patricio Basualto, Paola Barría, Juan Reyes y Jorge Díaz.
Clubes como La Serena, Huachipato, Universidad de Chile, O’Higgins y Ñublense plantearon que, por respeto a la institucionalidad, para las indagatorias bastaba con la participación del compliance, Miguel Ángel Valdés, quien llegó en 2019 a la ANFP precisamente para investigar eventuales comportamientos fuera de las normas. En la U, no obstante, aseguran no haber intervenido en ese punto. En términos simples, una especie de policía, de sheriff, aunque el último concepto, que remite necesariamente a los mejores tiempos de Castrilli, ya no resulta tan grato en Quilín. “Yo soy el que olfatea”, describía a El Deportivo en 2019, cuando asumió la función. Formalmente, Valdés debe prevenir que se cometan delitos en la ANFP y crear las estructuras que favorezcan la transparencia y la probidad dentro de la organización. Cuando asumió, aún se sentían los efectos de los actos de corrupción de Sergio Jadue.
Ahí, en todo caso, se produjo un nuevo desencuentro. Copiapó, el club que reclama un perjuicio directo, más aún después de las palabras de Gilabert, el árbitro de la definición que disputó con Huachipato, que en el mejor caso pudo significar su ascenso a Primera División, alzó la voz para pedir que no solo Valdés participe en las indagatorias, sino que en ellas se añada a una comisión de clubes. El presidente del club nortino, Luis Galdames, distanciado hace rato de Milad, había sido igualmente enfático en el diálogo que sostuvo con El Deportivo. “Se tienen que ir todos”, exigió. Hay otro temor concreto: que el Ministerio Público determine iniciar diligencias, considerando la gravedad de los acontecimientos y el impacto que han producido.
Tras la reunión, sin embargo, la evaluación fue positiva. “Fue lo correcto. Se hizo lo que se debía. La postura de Curicó Unido es que hay que reformar el tema del arbitraje, pero que hay que hacerlo en el tiempo en que no afecte el desarrollo del fútbol. Y llegar a los acuerdos necesarios. Las investigaciones tienen que hacerse como corresponde. El fútbol no puede detenerse, porque se genera un daño tremendo”, opina, a modo de ejemplo, Patricio Romero, presidente de los torteros.
“Unión estimaba que si bien es cierto no podemos tomar decisiones bajo presión, más complejo era no jugar la fecha. No teníamos a la vista las razones de la desvinculación de esas personas. No las sabía ni el presidente de la ANFP. El directorio, con el conocimiento de los presidentes, determinó revertir la situación. Ahora hay que ponerse a trabajar para determinar una nueva Comisión. El compliance hará una investigación profunda sobre los dichos de Gilabert. Había una postura de sumar dos o tres miembros del Consejo”, añade el gerente general de Unión Española, Luis Baquedano.
“Este no es un Consejo”
El siguiente punto estaba relacionado y resultaba igualmente controvertido: la Comisión presidida por Castrilli había despedido a 14 jueces en el marco de un escenario de tensión en el que los árbitros exigían su salida y llegaron a votar la paralización de actividades. En la asamblea se procedió a votar qué sucedería con los réferis que habían sido desafectados. El proceso sumaba la décima abstención cuando el presidente de Palestino, Jorge Uauay, pidió la palabra para advertir que no se podía desarrollar un acto de esta naturaleza dado que, en rigor, la reunión no era un Consejo de Presidentes, ni ordinario ni extraordinario, considerando que no se habían cumplido los plazos reglamentarios para su respectiva convocatoria.
Se acordó, eso sí, la constitución de una comisión interna para indagar respecto de las irregularidades. Incluso, no se descarta elevar la información a la Fiscalía de Alta Complejidad. También se decidió la reincorporación de los jueces marginados con lo que , de paso, se desactivaba el paro y se garantizaba del desarrollo de la próxima fecha del Campeonato Nacional. Milad recurría a otro lugar común y prometía que la investigación llegaría “hasta las últimas consecuencias” Ya era jueves 7 de abril. A la 1 de la madrugada se le bajaba el telón a una de las reuniones más controvertidas de los presidentes de los clubes chilenos en el último tiempo.