De futbolista a fumigador del barrio: la historia solidaria de Cristian Magaña
El defensa de Melipilla, ex de Colo Colo, presta ayuda comunitaria sanitizando calles en Estación Central: “Como ciudadanos tenemos también deberes”.
Dos veces por semana, Cristian Magaña (29), futbolista de Melipilla, de Primera B, habituado al buzo, el balón y los chuteadores, se viste de overol blanco, guantes y mascarilla para fumigar y sanitizar las calles que rodean su hogar, en Estación Central. Lo hace junto a otros vecinos del Comité Coronel Godoy. Su nueva normalidad.
Lo explica: “Lo hablé con mi mujer. Ya en el estallido, encontrábamos que algo faltaba hacer. Partimos con una feria navideña. Y ahora, con el tema del Covid-19, dijimos que no nos podíamos quedar atrás. Teníamos ganas de ayudar y empezamos a sanitizar. Un empresario, Pedro Aravena, nos facilitó una máquina con la que sanitizan sus empresas y nos pusimos a trabajar”.
Empiezan sobre las siete de la tarde y abarcan seis manzanas. Así todos los miércoles y sábados, salvo que la máquina fumigadora esté ocupada: “Trabajamos con mascarillas y trajes con antiparras, porque el líquido es fuerte. Las casas se sanitizan por fuera, por donde transita gente, para bajar un poco las probabilidades de contagio”.
“Ahora empezó a sumarse gente, sin intereses, ya que como ciudadanos tenemos muchos derechos pero también deberes. Después apareció la municipalidad de Estación Central a prestarnos ayuda, con más líquido y cosas. Yo como jugador no soy un Alexis Sánchez pero sí uno que quiere ayudar. La realidad es más cruda de lo que se muestra en la tele”, agrega.
De momento, al defensa no le asusta el uso del amonio cuaternario, su nueva pelota, el producto que se ha convertido en su compañero de trabajo: “A no ser que lo manipules mal, no hay problema. No hemos tenido problemas porque nos hemos ido informando. Si hay partículas del virus lo elimina. Es más efectivo y confiable que el cloro”.
Lo más rescatable de la misión solidaria en la que participa el ex albo, es que no hay intereses ni gastos. Todo, según dice, nace del corazón. “Todo ha salido de la voluntad de mucha gente en querer cooperar. El empresario que mencioné nos facilitó los primeros líquidos, y si en ese tiempo estaban caros, ahora están el triple. Él compraba directamente en una empresa, son productos industriales y todo en la regla, con factura y todo. Por más que uno tenga ganas hay que informarse, primero está el cuidado personal y saber lo que uno va a tirarle a la gente”, advierte de paso.
“Esto no lo hacemos para aparecer en la tele”, se defiende el ex jugador de Colo Colo, que también colabora entregando cajas de mercaderías en la comuna. Es ahí donde ha conocido historias humanas que le han dejado los pelos de punta, de gente que lo está pasando realmente mal, castigados doblemente por la enfermedad y la pobreza.
“Uno se topa con otro tipo de realidades. A veces uno piensa que está mal, pero hay gente que está muy mal. Nos ha tocado gente que por ejemplo tiene dos enfermos en una casa, por lo que tienen que ir al CESFAM a tratarse, casi día por medio. Un sueldo de 300 lucas no te alcanza para mantener a dos personas postradas. Hay gente que trabaja 12 u 8 horas y ganan el mínimo, y los jefes no empatizan con esa persona que tiene que andar en metro arriesgando su vida, la de su familia, y más encima te ponen atado por si llegan tarde. Como es el caso de un vecino que tiene a la mamá y la hermana postradas, y le ponen atado porque piensan que faltó porque quiso. El otro día nos tocó también ir a repartir a la Villa Patricio Mekis, cerca de Lo Valledor, y uno ve otro tipo de realidades, realmente te choca y te da una enseñanza de vida. Lo poco que uno tiene hay que valorarlo aún más. Me dan ganas de seguir haciendo cosas a puro corazón, hay satisfacciones que van más allá de las lucas”, relata.
Aunque el fútbol esté paralizado, Cristian Magaña entrena de lunes a sábado online con Melipilla. Tiempo para mirar hacia su pasado, con estancias en Everton, UdeC y Colo Colo: “A Colo Colo le debo mucho. Me vine a los 13 años de Pichidegua. Me formó como persona y jugador, es como estar en la mejor universidad de Chile. Una casa de estudios. Cuando debuté, tuve de compañeros a Riffo, Luis Mena, Cabezón Carrasco, Cabrera, Scotti, Sebastián Toro... Para jugar en ese Colo Colo había que matarse”.
También fue seleccionado Sub 20, con César Vaccia, junto a Reyes o Pinares. Le tocó marcar a Neymar en el Sudamericano de Colombia 2011: “Le gané un par de duelos, pero perdimos 5-2″. "También estaban los monstruos de Lucas Moura, Casemiro y Douglas Costa”, afirma.
De aquellos días solo quedan recuerdos. Su presente está en el fútbol modesto de la Primera B y su crisis financiera. En Melipilla están decididos a acogerse a la ley de Protección al Empleo, pero el jugador asegura que no ha tenido problemas aún con los sueldos. Mientras se resuelve, ayuda a los demás. “Como ciudadanos tenemos derechos, pero también deberes”, es su lema.
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