El técnico de Universidad de Chile, Rafael Dudamel, analizó el próximo Superclásico, que se disputará este domingo, cuando su equipo visite a Colo Colo, en el estadio Monumental. Los azules no ganan en Macul hace 20 años. La última vez que lo hicieron fue hace mucho tiempo, en 2001, por lo que romper esa insólita paternidad es el gran objetivo del venezolano para este fin de semana.
Al respecto, aseguró que el factor sicológico y emocional será clave, y que, en ese sentido, le ayuda haber disputado ya un Superclásico en Pedreros (terminó 0-0). “Son los pequeños detalles los que marcan la diferencia en este tipo de partidos: conocer el estadio, haber estado allí, sobre todo, en lo anímico y lo emocional, vamos de visita. Hay que saber escoger los elementos que puedan tener esa madurez para enfrentar este tipo de clásicos, en esos escenarios. En esas determinadas circunstancias, los aspectos emocionales son valiosos. Hay que cuidarlos, pero desde la tranquilidad de ver que el día a día en la semana ha sido positivo. No vi actitudes distintas a las que se ven en un partido de esta magnitud. En lo futbolístico, tenemos ideas muy claras. ¿Miedo? No. No tenemos miedo, pero hay que estar atentos y pendientes de lo que pueda proponer el rival para tener una respuesta inmediata”, advirtió.
El llanero afirmó que el actual Colo Colo de Gustavo Quinteros es mejor que el que enfrentaron en enero. “Han tenido nuevas incorporaciones que le han permitido al profe Quinteros plasmar mejor su idea en el campo. Ha ayudado la mejora de rendimiento en jugadores puntuales, que ya estaban en el equipo y que hoy se encuentran en mejor forma. En la suma de esos valores, han encontrado más regularidad, pero siempre con una idea clara, como la de Quinteros. Va a ser un partido lindo, bastante táctico, como todo clásico. Ambos queremos ganar y ninguno quiere perder. La intensidad y los niveles de exigencia mentales de nuestos futbolistas son los que marcarán la diferencia . Tiene todos los ingredientes para ser un clásico bien atractivo”, aseguró.
Dudamel sostuvo que su equipo se encuentra progresando. También se defendió de las críticas y afirmó que ningún equipo puede jugar bien todo el tiempo, excepto el Bayern y el Barcelona. “Un plantel con tantas modificaciones de salida y llegada de jugadores no se consolida de la noche a la mañana. Eso requiere tiempo. Lo importante es evolucionar y nosotros vamos evolucionando. Y es importante que venga acompañado de resultados que te mantengan de pie y con confianza; el no haber perdido contra Huachipato, el empate con sabor a triunfo ante La Serena y haberle ganado a Unión. Lograr que sean 90 minutos a máximo rendimiento y que tengas el control de todo el partido, dejémoselo al Bayern y al Barcelona, en sus ligas. Para nosotros sería de ensueño poder lograrlo”, sostuvo.
El exarquero busca la fórmula para alivianar la humillante carga de estar 20 años sin vencer al archirrival, en Pedreros: “Asumimos el compromiso, la responsabilidad y el valor de ganar tres puntos el domingo. Para poder hacerlo, la mochila tiene que estar lo más ligera posible, porque ya el partido mismo y la calidad del rival te entregan una gran exigencia. Y si a esa exigencia tú le agregas ese peso, va a ser emocionalmente mucho más difícil. Indiscutiblemente que está dentro de las responsabilidades, pero nuestro enfoque va direccionado hacia los tres puntos. Está muy claro que las estadísticas y las rachas están para romperlas. Ojalá podamos nosotros, con estos jugadores, con este gran plantel, acabar con esa racha, pero por encima de ello, lo primero en lo que tenemos que pensar es en los tres puntos”.
Por último, Dudamel aseguró que no le complica que su futuro esté en juego cada partido. “Decía que había encontrado mi lugar en el mundo en esta etapa de mi vida, en la que estoy feliz. Los entrenadores vivimos con la maleta detrás de la puerta. No solo me pasa a mí, les pasa a todos. Quién iba a pensar que, después de un año y medio, a Mourinho lo iban a sacar del Tottenham, cuando llegó con bombos y platillos. Entonces, lo normal dentro de la carrera de entrenador no es permanecer tanto tiempo. Los Ferguson, los Simeone, los Gallardo, son muy pocos en el mundo. Históricamente, somos de etapas cortas o medias. Y si a ello le sumamos lo político o administrativo, ya son cosas que escapan a nuestras manos. Incluso, ganando, he visto muchos entrenadores saliendo por este tipo de decisiones. Me acuesto con la paz de haber ejecutado y planificado. Y me levanto con la bendición de Dios, para que cada entrenamiento sea lo más óptimo”, cerró, en referencia a si el cambio de propiedad en Azul Azul pueda costarle el trabajo.