El pasado 31 de marzo la ANFP hizo el anuncio oficial: en acuerdo con los clubes, se decidió suspender el Fútbol Femenino y programar su regreso para agosto. La medida también abarcaba al Fútbol Joven, pero el escrito era específico en señalar que la decisión no involucraba a “las Ligas Profesionales, que se reprogramarán en la medida que la situación sanitaria del país así lo permita”. Los hombres reanudarán apenas puedan. Cuanto antes.
Con esto, la creciente competencia femenil pasaba, de golpe y porrazo, a encontrarse con que tendría más de cuatro meses de inactividad, luego de apenas haber podido disputar la primera fecha del Campeonato de Primera División de 2020.
La explicación interna en la ANFP es que son realidades diferentes. Que el masculino es profesional y pueden volver apenas les digan, porque es su trabajo. Y que en cambio, en el femenino y juvenil estudian y trabajan en otras cosas y se requiere una programación mayor, porque poseen más restricciones. Se iba a mirar por igual a los torneos absolutos de hombres y mujeres, se decía, pero ese día todavía no llegó. Solo Colo Colo y Santiago Morning tienen contratos profesionales. Y algunas jugadoras de otros excepcionalmente reciben aportes, aunque para traslados y colación, que ya no es necesaria. El resto no trabaja, juega, el amateur fútbol femenino profesional.
Consultados al respecto, la versión desde Quilín señala que “esta fue una decisión tomada en acuerdo con los clubes, pensando esencialmente en la salud de las jugadoras, adultas y niñas, los cuerpos técnicos y todos quienes participan en esta actividad. Durante este período buscaremos la mejor forma de retomar el campeonato para continuar con el crecimiento que ha tenido el fútbol femenino en los últimos años”.
Los clubes, los que aprobaron la medida, también entran en la discusión. “La decisión pasa por proteger a la gente del Fútbol Joven y a la gente del Fútbol Femenino. Se tomó hace un par de semanas y es una resolución positiva. Primero se piensa en protegerlas a ellas, me parece bien. ¿Por qué hasta agosto? Porque la situación es de incertidumbre tal que nadie sabe cuándo se puede volver. Creo que es una fecha totalmente estimativa”, dice Cesare Rossi, presidente de Deportes Iquique, uno de los 16 elencos que animan el campeonato femenino.
Más allá de la fecha de retorno de la actividad, la preocupación principal de quienes son parte del fútbol femenino radica en las condiciones que deben enfrentar, y que los clubes no se desentiendan de ellas. El llamado de alerta lo hizo la propia Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (Anjuff) apenas se supo la noticia de la postergación, donde a través de un comunicado aseveraron que temían que la reprogramación trajera consigo decisiones imprudentes para el desarrollo de esas ramas femeninas, ya sea con las futbolistas o con los cuerpos técnicos de esos equipos.
Hasta hoy, según ellas mismas, sus asociadas no han pasado zozobras ni tampoco han sabido de cambios en las condiciones acordadas: “Hasta el momento las jugadoras siguen recibiendo instrucciones de sus clubes, con trabajos físicos y tácticos, y entrenamientos a la distancia. Lógicamente existe preocupación, entendiendo que quedan cuatro meses para la fecha indicada y por lo mismo el llamado es hacia los clubes a no frenar el trabajo, los contratos con los cuerpos técnicos y sus jugadoras y el desarrollo que se comenta. La idea es volver en agosto al 100% y que estos meses no sean un retroceso”, asevera Tess Strellnauer, presidenta del gremio femenino en Chile, quien además aboga por quienes comandan esos elencos, que por ahora y al menos hasta agosto, estarán sin trabajar en cancha: “La preocupación de la mayoría de las jugadoras va hacia sus cuerpos técnicos y no hacia sus propios contratos. La idea es que ellos sigan contratados por el club para que las jugadoras puedan recibir entrenamientos a la distancia”, dice.
Los clubes responden: “Nosotros estamos manteniendo las condiciones con la gente del Fútbol Joven y el Femenino. Obviamente que el tema financiero y económico se pone cada vez más pesado. Es de esperar que no tengamos que tomar ninguna medida que afecte a nadie. Es el espíritu de nuestra institución”, señala el mandamás de los Dragones Celestes.
En Fernández Vial, otro de los elencos que está en la categoría de honor femenina pero con las precariedades de la Segunda Profesional en la masculina, explican su situación, la que ha sido pareja para todas sus ramas: “Ayer (martes) se hizo la primera ayuda. Se les mandó una caja de alimentos a todos nuestros deportistas. Desde cadetes hasta los primeros equipos masculino y femenino. Casi 350 cajas con comida para enfrentar este tiempo. En cuanto al equipo femenino, sabemos que el torneo se suspendió hasta agosto, pero se sigue trabajando a distancia, tratando de mantener la parte física. Es poca la información que se tiene aún. Se siguen entregando aportes económicos a las jugadoras”, revela Christian Schmitlin, timonel del elenco aurinegro.
En la U. de Concepción, en tanto, cuentan: “Por ahora estamos cumpliendo con las instrucciones de la autoridad sanitaria y con actividad física dentro de los hogares. La ayuda económica es mínima. Son todas situaciones que tenemos que evaluar. Le pedimos un informe al cuerpo técnico”, dice Mario Parada, presidente de la rama de fútbol del Campanil, aunque advierte que en su caso “es esencial el aporte del Canal del Fútbol. Hay que tener mirada de largo plazo. Estamos levantando la situación de las ayudas en forma particular y privada”.
En la Anjuff respaldan todo lo dicho por los presidentes consultados, aunque también son claras respecto del futuro: “Hasta el momento ninguna jugadora se ha acercado a hacer algún tipo de denuncia luego de la reprogramación y todas iban a hacer el seguimiento dentro de sus clubes. De todas maneras, apoyaremos a las jugadoras y realizaremos las denuncias cuando ellas lo requieran. En la última información recibida, no habían noticias de alguna alteración, pero entendiendo lo volátil que es esta situación (…) Por eso el llamado es a que se tome con igual importancia el trabajo de todas las divisiones y no se deje de preparar independiente de cuándo reinicie el torneo”, cierra la presidenta de la Anjuff.
En la ANFP dicen que estarán encima, hasta donde duren sus facultades: “A través de la Gerencia de Fútbol Femenino se tiene una comunicación constante con los clubes. En ese sentido estamos realizando un monitoreo, pero es importante señalar que la relación entre los clubes y sus jugadoras y cuerpos técnicos pertenece al ámbito privado. Distinta es la situación de aquellos contratos de trabajo de jugadoras que están registrados en la ANFP que son deportistas profesionales al igual que en la categoría masculina, donde existe una supervisión de acuerdo a la normativa interna vigente”. Solo dos equipos tienen profesionales en sus planteles. Unas 900 jugadoras, sin contratos, repartidas en 33 clubes, están colgando de lo que decida unilateralmente cada club.