La oncena titular de Universidad Católica se recitaba de memoria. Salvo por una lesión de última hora, el equipo estelar de los cruzados era siempre el mismo, tanto en el torneo local como en la Copa Libertadores o la Sudamericana. Ariel Holan había encontrado a los hombres precisos para interpretar su idea de juego, con buenos resultados a nivel nacional e internacional. Hasta que Cruzados vendió a César Pinares a Gremio.

Desde aquel 8 de noviembre, cuando el club anunció de manera oficial la transacción, el panorama para el técnico argentino cambió drásticamente, porque perdió a uno de sus mejores jugadores cuando apenas terminaba la primera rueda del Torneo Nacional y comenzaba la participación en la Sudamericana. A partir de ese momento, la formación de la UC nunca más volvió a cantarse de memoria y el cuadro cruzado nunca más volvió a ser el mismo.

Como no había un jugador con las mismas características para reemplazarlo, los cruzados se despotenciaron. El poderío ofensivo del bicampeón del fútbol chileno bajó de manera considerable y el entrenador lo sintió. Para colmo, la institución fue incapaz de ficharle un refuerzo adecuado, más allá de las limitaciones reglamentarias del fútbol chileno.

Pinares partió a la Católica. Mientras a las arcas de la sociedad anónima ingresaba US$ 1,5 millón bruto por el 80% del pase del ex Unión Española, en la cancha los estudiantiles empezaban a sufrir las consecuencias de haberse desprendido de una pieza fundamental en el engranaje.

Diego Buonanotte estaba llamado a ser el reemplazante natural de Pinares, pero no lo es. No lo fue ni para Gustavo Quinteros, en 2019, ni lo es para Holan, en 2020. El Enano no tiene el despliegue ofensivo y defensivo que su anterior competidor por el puesto, tampoco la misma dinámica y potencia física. Además, el formado en Colo Colo se encontraba en su mejor momento. Incluso, había comenzado a patear los penales, desplazando a Luciano Aued de esa responsabilidad.

Al técnico no le gusta ubicar al argentino como interior, porque tiende a perder la pelota con facilidad, por lo que prefiere que juegue por la orilla, más arriba, donde una pérdida de posesión no sería tan grave para la defensa.

Por eso, ha probado sin grandes resultados a José Pedro Fuenzalida, Juan Fuentes y hasta Gastón Lezcano en esa posición, como acompañante de Luli, variando el esquema que lo tuvo tranquilamente como puntero gran parte del campeonato. Sus jugadores han resentido las rotaciones. Fuentes tampoco ha podido jugar mucho en su puesto natural, de volante central, ya que se ha visto en la necesidad de parchar en la defensa, ante las lesiones de Valber Huerta, Germán Lanaro y Tomás Asta-Buruaga. No habría sido necesario de haber estado en el plantel Benjamín Kuscevic, pero Cruzados prefirió venderlo a Palmeiras.

Hoy, Católica está pagando caro el haberse despotenciado. Con menos alternativas que hace dos meses, el equipo ha sentido el desgaste de una campaña que se hizo extenuante, debido a la participación internacional. Los resultados saltan a la vista. La UC suma cuatro partidos sin ganar (derrota ante Vélez y empates ante Colo Colo, Universidad de Chile y Audax Italiano). Y aunque se mantiene en la punta, tiró a la basura toda la ventaja que alguna vez tuvo sobre su más cercano perseguidor, Unión La Calera, que hoy tiene tres puntos menos, pero con un partido por jugar.

“Lo que pasó ayer ya lo hemos vivido en 2018, 2019 y en este 2020. Ya sabemos que es contra todos! Sigamos todos juntos apoyando y más unidos que nunca para lograr el gran objetivo. Vamos Católica”, escribió Aued en su cuenta de Instagram, sobre el deficiente arbitraje de Ángelo Hermosilla y la actuación del VAR.

Sin embargo, más allá de que el cuestionado juez influyó en el resultado ante los itálicos, el nivel de juego mostrado por los cruzados es lo que preocupa más a los hinchas. El equipo de la franja hoy no tiene una formación ni un funcionamiento claro. Ya quedó eliminado de la Sudamerciana y, aunque sigue en la cima, hipotecó su ventaja y hoy el tricampeonato está en peligro, con el acecho de Unión La Calera, que volverá descansada este miércoles gracias a que la ANFP le suspendió varios partidos, producto de un brote de Covid-19.

Precisamente, este miércoles 30 puede ser un día clave en la lucha por el título. Temprano, a las 10.30, los cementeros recibirán a O’Higgins, en el Nicolás Chahuán, en su reaparición después de varias semanas de asueto. Mientras que en la noche, a las 20.30, la UC recibirá a Santiago Wanderers, en San Carlos de Apoquindo, con la misión de levantar cabeza y de empezar a ganar de una vez por todas.