Javier Altamirano es la prioridad de Gustavo Álvarez para transformarse en el conductor que requiere Universidad de Chile. El entrenador laico conoce de sobra al mediocampista: fue quien lo catapultó en Huachipato. En la usina, el volante le respondió a gran altura. Tardó poco en consolidarse como una pieza importante, en llegar a la Selección y en dar el paso que todo futbolista proyecta para su carrera: emigrar a un medio extranjero más competitivo.
En Estudiantes de La Plata, la suerte del volante no fue la mejor. De hecho, vivió el gran susto de su vida en el partido frente a Boca Juniors del 18 de marzo. Todo el mundo temió por su condición de salud después de la convulsión que los exhaustivos exámenes a los que fue sometido atribuyeron a una trombosis del seno longitudinal superior” en el cerebro . Recién el 10 de noviembre pudo volver a vestir la camiseta de los Pincharratas. Ingresó desde la banca en el duelo frente a Central Córdoba. En los 62′, reemplazó a José Sosa.
El complejo escenario que debe afrontar la U para fichar a Javier Altamirano
Altamirano necesita continuidad para volver a desplegar el máximo de un potencial que ilusionó incluso a la Selección, en la que Eduardo Berizzo le dio sus primeras chances. En el club platense están abiertos a la posibilidad de dejarle partir con esa finalidad, pero bajo una fórmula que permita recuperar la cuantiosa inversión que realizó para conseguir su fichaje. En agosto de 2023, pagaron US$ 2,7 millones por la mitad de su pase.
La otra fracción siguió en manos de los acereros. La razón, en ese momento, era obvia: con 23 años, el mediocampista creativo llegaba a un medio competitivo y mejor avaluado, que le permitiría, teóricamente, dar un nuevo salto de calidad. Idealmente, el mercado europeo asomaba como una opción viable. Huachipato aspiraba, naturalmente, a conseguir otra cuantiosa cifra gracias a uno de los mejores elementos que han surgido de su generosa cantera, al menos en el último tiempo.
El percance truncó los planes, pero no las ambiciones. Por un lado, en La Plata aspiran a rentabilizar la inversión que realizaron cuando adquirieron al jugador. En Talcahuano, la visión es parecida. De hecho, ambas entidades tendrán que congeniar la fórmula que, eventualmente, permitiría el arribo de Altamirano al CDA.
Interés manifiesto
La U comenzó los acercamientos con ambos clubes. Primero, a modo de tímida declaración de intenciones. Luego, se proyecta que esa postura se materializará en una propuesta concreta de la fórmula para asegurar los servicios del jugador. Hasta el momento, esa oferta no se ha producido.
En ese plano radica la dificultad. Estudiantes no pretende moverse demasiado de la cotización proporcional a lo que pagó por la mitad del pase del jugador. En otras palabras, la valoración del pase alcanza los US$ 5,5 millones, una cifra inalcanzable para el mercado chileno.
Los transandinos no ven negativamente la posibilidad de un préstamo rentado hacia los azules. En tal caso, los acereros también tienen que recibir la mitad de las utilidades involucradas en la opción. La dificultad radica, precisamente, en la opción de compra que los argentinos añadirán en el trato. Ahí vuelve a asomar como cortapisa el alto precio sobre la totalidad de los derechos económicos sobre el jugador. “Es un valor de mercado para la realidad argentina, fortalecida por un dólar fuerte”, explica un conocedor del negocio en ciernes.
Irremediablemente, los universitarios tendrán que apostar todo a la reducción del valor de la opción de compra. En ese escenario, Huachipato, el propietario de la otra mitad, puede terminar jugando un rol clave. “Casi de mediador”, añade la misma fuente, que entiende que los azules pueden pedirles a los acereros que les ayuden a bajar el precio del acápite.
En ese contexto, se prevé que la negociación será extensa y compleja. Principalmente porque ambos propietarios de Altamirano no pretenden devaluar un activo sobre el que conservan la ilusión de concretar negocios atractivos. Los azules, en tanto, tendrán que evaluar hasta qué punto están en condiciones de pujar para satisfacer la necesidad que les planteó el entrenador.