Tras la jornada de descanso de ayer, el Tour de Francia inició hoy una nueva semana de competencias comunicando que su director, el francés Christian Prudhomme, ha marcado positivo por coronavirus, la gran amenaza de la edición 2020 del evento.

Fue gracias a los test PCR realizados este lunes donde se llegó al hallazgo. Si bien aún no hay deportistas contagiados, no fue solo Prudhomme quien marcó hoy. Además, otros cuatro miembros de equipos dieron positivo por Covid, todos de diferentes equipos: Ineos-Grenadier, Mitchelton-Scott, Cofidis y AG2R-La Mondiale, según informó L’Équipe.

Todos ellos debieron abandonar la carrera, siendo Prudhomme reemplazado por François Lemarchand.

Es la gran dificultad que ha presentado la nueva normalidad del deporte mundial, que debe extremar sus cuidados sanitarios para no terminar en un brote masivo por el virus, que además podría poner en riesgo la participación de equipos completos.

Para esta edición del Tour, una regla nueva estableció que si en algún equipo hay más de dos positivos confirmados en dos días, sean o no deportistas, quedará automáticamente eliminado de la carrera, según estableció el protocolo sanitario acordado por los organizadores.

Tras la demora en la salida, provocada por el anuncio de los positivos, la 10ª etapa de hoy vio la performance de los sprinters para hacerse de ella. Y fue el irlandés Sam Bennett, del Deceuninck, quien se llevó una dura victoria, tras enfrentar el viento que sopló en contra por buena parte del circuito.

Pero no bastó para que se rodara a gran velocidad. En los 168,5 kilómetros de hoy, se promediaron 47.82 km/hr. Y allí, Bennett resistió la remontada de Caleb Ewan (Lotto Soudal), consiguiendo así su triplete personal de victorias en las tres grandes, con 3h 35′22″. Ya contaba con tres en el de Giro de Italia, y dos de la Vuelta a España. Ahora, agrega la primera en el Tour.

Lo siguieron Ewan, y el elovaco Peter Sagan (BORA), ambos con el mismo tiempo.

Para mañana, los velocistas volverán a tener la oportunidad de lucirse en un sprint en una larga recta a meta, en una etapa llana, de 167.5 km, que unirá Châtelaillon y Poitiers. Será una etapa de transición para los líderes, que guardarán fuerzas para la llegada a los Alpes.