“En los últimos años, hemos estado generando alrededor de 15 mil millones de pesos anuales de ingresos, en promedio. La expectativa es que, hacia el año 2031, dupliquemos esa cantidad, y que estemos cerca de los 30 mil millones de ingresos anuales. Por lo tanto, el nuevo estadio cambia por completo la estructura de generación de ingresos totales de una institución como Cruzados”.
La sentencia le corresponde a Juan Pablo Pareja, quien entrega detalles y desglosa el impacto económico que tendrá el remodelado San Carlos de Apoquindo en las finanzas de Universidad Católica. El gerente general de la sociedad anónima que administra la rama de fútbol del conjunto de la franja celebra el cierre de una semana histórica para el club y para el fútbol chileno, principalmente, por dos hitos importantes: la recaudación de casi US$ 11 millones en el aumento de capital y la concreción de un bono de deuda de 25 millones de la divisa estadounidense, hecho inédito en la actividad.
“Nos pone muy contentos y nos llena de orgullo lo exitoso que ha sido hasta acá el proyecto, tanto en el levantamiento de capital como en la colocación de los bonos. Han sido años complejos. Ojalá nosotros hubiésemos tenido una bola de cristal para buscar un mejor momento, porque obviamente este no era el mejor, desde lo que se viene arrastrando del estallido social, la pandemia, una guerra, y todos estos procesos inflacionarios que se han producido en Chile y también a nivel global, que han repercutido, por ejemplo, en el aumento de los costos de materias primas y de construcción, que evidentemente nos pegan de manera directa, más aún por la envergadura que tiene este proyecto”, advierte.
Pese a los obstáculos, el tetracampeón del fútbol chileno supo sobreponerse y consiguió financiamiento para su ambicioso proyecto. Se trata de recursos significativos que harán realidad el sueño de la UC de mejorar el recinto precordillerano, que con 33 años de antigüedad estaba quedando obsoleto y por capacidad ya no cumplía la alta demanda de los hinchas. Así, se dará paso al estadio más moderno del país y uno de los más avanzados de Latinoamérica. El coliseo, que debiese ser inaugurado a principios de 2024, promete incrementar fuerte y paulatinamente el poder adquisitivo de la compañía, escenario que posibilitará la conformación de planteles más competitivos de cara al futuro.
Claro, porque la Nueva Fortaleza le permitirá al tetracampeón dar un salto enorme en términos económicos, ya que aumentará sus ingresos anuales en alrededor de $ 3 mil millones a partir de 2024, según proyecciones conservadoras de Cruzados, solo para los primeros años. Estas estimaciones van en ascenso, a medida que el proyecto y el nuevo estadio vayan madurando y consolidándose con el paso del tiempo.
Pareja asegura que el panorama es auspicioso para la sociedad anónima. Esto se debe, principalmente, a cuatro ejes centrales que sostienen el nuevo modelo de negocios que permite un estadio de estándar internacional: contrato de naming rights, matchday o día de partido, arriendo del estadio como infraestructura inmobiliaria y el uso comercial de los diferentes espacios del recinto.
“Este proyecto nos permite generar un impacto permanente del modelo de generación de ingresos de Cruzados. En nuestro negocio central, del cual hoy día participamos, los ingresos vienen de cuatro fuentes distintas: comerciales, derechos de televisión, matchday y transferencias de jugadores. Sin embargo, aquí aparece un negocio absolutamente complementario, que es la explotación comercial directa del estadio, en el cual el principal efecto concreto es el contrato de naming rights con Claro, que nos va a generar del orden de $ 1.500 millones anuales por los próximos 20 años”, explica el gerente general estudiantil.
“También empiezan a aparecer otras líneas de ingreso asociadas al nuevo proyecto, desde el punto de vista inmobiliario, como son el crecimiento del recinto y sus nuevas condiciones, en el término de que va a permitir generar mayor asistencia, mayor aforo y, por lo tanto, incrementos en la recaudación del día de partido.
De hecho, en este aspecto, la concesionaria espera obtener alrededor de $ 700 millones anuales extras a los $ 2.000 millones que hoy genera por matchday, venta de tickets y abonos. “Vamos a generar una experiencia mucho más robusta de entretenimiento, con tal de que la gente llegue mucho antes del partido y se vaya después”, apunta. La capacidad de San Carlos de Apoquindo aumentará un 35%, ya que pasará de 14 mil espectadores a un total de 20 mil, lo que permitirá, por ejemplo, vender una mayor cantidad de abonos.
“Vamos a poder aumentar la cantidad de abonos disponibles para el público, que en el último tiempo hemos tenido que frenar, porque no tenemos capacidad de vender más. Lo hemos topado en un 80% del aforo total del estadio. Aquí hay un incremental, aún cuando hemos estado evaluando dejar una cantidad equis de asientos por partido para público que no es abonado ni socio, que en los últimos años pre pandemia se hacía muy difícil para ellos conseguir entradas”, añade el ejecutivo. Además, por reglamento, la UC debe garantizar el 5% de la capacidad del estadio para la hinchada visitante. También debe considerar las cortesías, que aumentan considerablemente en el caso de los torneos internacionales que suele disputar el equipo, como la Copa Libertadores.
La venta de palcos, cuyo número aumentará cuatro veces (ahora habrá 40 disponibles) y la consolidación del estadio como referencia para otros eventos deportivos también son un factor clave. “Al haber sectores de alto nivel, con los palcos y las zonas de hospitalidad, naturalmente el ticket promedio en dichos sectores va a aumentar de manera significativa, porque también van a comercializarse servicios experienciales dirigidos, en buena parte, a empresas de mucho mayor estándar. Eso nos va a permitir generar nuevas líneas de fidelidad y de acción con auspiciadores y con nuestros hinchas”, advierte.
En cuanto al negocio en términos inmobiliarios, el gerente general de Cruzados señala que proyecta ingresos cercanos a los $ 350 millones en arriendos por eventos masivos, debido a los 4.300 M2 que tendrán habilitados para explotación comercial. A eso se suman otros usos comerciales de arriendos de superficie a operadores como gimnasios, centros de medicina deportiva, coworking, conferencias, tiendas, museo, tours y otro tipo de ceremonias, que también están estimados en $ 350 millones anuales en un comienzo.
Una parte de estos nuevos ingresos estarán destinados a pagar, evidentemente, el endeudamiento que generó el proyecto. Aun así, en Cruzados sostienen que prácticamente solo con el contrato con Claro se cubre la deuda. “Cuando uno toma una deuda lo responsable es asegurarse de que uno podrá cumplir adecuadamente con los compromisos. Estamos convencido de que el contrato con Claro nos va a permitir cumplir con los cupones de pago del bono que estamos emitiendo, pero creemos que los ratios de cobertura sobre la deuda que hemos estimado en función de los flujos futuros que va a permitir este proyecto, debiese permitirnos cumplirlos adecuadamente”, sostiene el ejecutivo.
“Obviamente, aspiramos a que el proyecto se vaya consolidando y vayamos haciendo una mayor gestión y explotación de los espacios comerciales, que va más allá del día del partido, en lo que es la rentabilización de los metros cuadrados que vamos a construir. Estamos seguros que esos ingresos van a ir mucho más allá que solamente cumplir con el pago de la deuda, sino que a generar mayor disponibilidad de ingresos que nos permitan seguir potenciando nuestra infraestructura, nuestro proyecto deportivo y poder entregarle dividendos a nuestros accionistas, que es uno de los temas que aún tenemos pendientes y que nos gustaría cumplir, a mediano plazo, con este hito que consideramos importante”, concluye Pareja.