La ANFP sufre por otro flanco. Mientras intenta controlar el incendio que provocó el anuncio de ajustes en el fútbol formativo, con propuestas que aún deben ser discutidas por el Consejo de Presidentes de Clubes, después de una exposición que no tuvo carácter resolutivo, ahora se ve enfrentada a la inminente paralización de los árbitros. Los jueces están en plena negociación colectiva con la entidad que preside Pablo Milad y, por lo pronto, las posiciones parecen bastante lejanas. Este martes, de hecho, se votará la paralización de actividades. El viernes, la ANFP envió su última propuesta, que está muy por debajo de las aspiraciones gremiales. La Comisión de Árbitros, que dirige Roberto Tobar, está atenta a la resolución.
Los encargados de la aplicación del reglamento pretenden un significativo reajuste en sus salarios. El foco está puesto en la mejora de las condiciones para los árbitros que dirigen en Primera División, pero que no forman parte de la plantilla de contratos a tiempo completo. Estos jueces perciben un salario base, a los que suman cuantiosos bonos por partidos dirigidos y convocatorias para otras funciones, al borde del campo o en el VAR. La idea es que esa cifra mejore considerablemente. El sindicato que preside Cristián Droguett está en alerta.
De $ 90 mil a $ 500 mil
En el ámbito referil justifican la postura. “En Primera División, desde que se profesionalizó el arbitraje, nunca ha habido un aumento en el base. Ni siquiera por IPC”, sostiene un conocedor de la negociación, quien pidió reserva de identidad a El Deportivo. La aspiración más ambiciosa tiene que ver con el ingreso base que perciben los jueces que no forman parte del staff de tiempo completo. Actualmente, esa cifra está pactada en $ 90 mil, a lo que se agregan los estímulos por convocatoria, lo que incluye la participación en los partidos como jueces centrales, asistentes, cuartos árbitros o encargados de participar en la administración del VAR. Ahora, el referato pretende que el piso sea de $ 500 mil. Es decir, el sueldo mínimo en el país. “Que sea transversal, para todos”, enfatizan en la intimidad de los árbitros.
Incluso se pretende corregir situaciones que aparecen como incongruencias. Un ejemplo es que el bono que perciben los jueces que dirigen en Primera B es mayor que el que se les paga a los jueces de Primera División. Aunque la diferencia radica en que quienes se desempeñan en el ascenso perciben una base menor, en la práctica puede darse que un árbitro de la segunda categoría obtenga más recursos que uno que se desempeña en la principal.
El foco de la actual negociación difiere de las anteriores, cuando estuvo puesto en mejorar a quienes obtenía los ingresos menores, más aún considerando los efectos que generaba la pandemia. Ahí, por ejemplo, se optó por priorizar las alzas para quienes dirigían en las divisiones inferiores, la categoría Proyección y el fútbol femenino. Ahora, la expectativa estaba puesta en una propuesta más contundente para quienes están expuestos a la mayor presión cada fin de semana.
Hay más. El petitorio también contempla un aumento significativo en los viáticos. En este caso, la consideración es práctica. “Después de la pandemia, todo subió y los valores no se han movido”, explica una fuente referil. Incluso se anima a plantear un ejemplo práctico. “Cuando hay que ir a Coquimbo o a La Serena, el viático no alcanza para cubrir los gastos de hospedaje y alimentación”, grafica.
La situación es delicada, pero puede empeorar aún más si el acuerdo no se produce pronto. Considerando los plazos que contempla la negociación colectiva, con la posibilidad de lograr avenimientos incluso a última hora, se estima que se agotarán los plazos máximos para intentar un entendimiento. Es decir, una eventual resolución se adoptará a comienzos de la segunda semana de este mes.
La fecha no es anecdótica en lo absoluto. Si bien el Campeonato Nacional estará detenido producto de la participación de la Selección en las Eliminatorias, aunque se aprovechará para poner al día el calendario, la misma instancia se transforma en un fantasma: la Conmebol elegirá jueces chilenos para dos de los encuentros de la fecha doble, por lo que la eventual negativa a participar de esos compromisos puede traducirse en inconvenientes con el ente rector del fútbol sudamericano y, especialmente, con la FIFA.
Más ganancias
El 15 de septiembre de 2022 se firmó el último contrato colectivo. Por la ANFP comparecieron el presidente, Pablo Milad, el gerente general, Enzo Yacometti. Por los árbitros, lo hizo el titular sindical, Felipe González, acompañado por los directores Felipe Jara y Constanza Salinas.
Después de las definiciones y consideraciones generales propias de un convenio de esta naturaleza, se entra derechamente en materia monetaria. La primera alusión es a los partidos amistosos. Así, por ejemplo, un juez FIFA o ex FIFA percibirá $ 383.323 por dirigir un duelo de esta naturaleza. Para uno de Primera División, el monto cae a $ 304.104. Los asistentes, en tanto, se embolsan $ 201.263 si forman parte del primer grupo y $ 170.637 si integran el segundo. Si el juez es de Primera B, el pago que le corresponde es $ 251.460. A un asistente, $ 148.759.
Luego se establecen las ganancias de los jueces. Otra vez, hay categorías. Están los No Profesionalizados. Vale decir, los que no se dedican exclusivamente al referato, y los Profesionalizados. Los primeros tienen un salario base de $ 95.550 más lo que les corresponda recibir por partido dirigido. Los que no registren actuaciones oficiales en el mes no se quedan con las manos vacías: se les paga la mitad del sueldo mínimo y el mencionado base.
Los Profesionalizados son los que están más seguros. Un árbitro FIFA o ex FIFA en esta condición obtiene $ 1.800.000 como sueldo base. Un asistente que lleve la insignia del ente rector del fútbol mundial o la haya portado suma $ 1.087.000. Mientras, un juez de Primera División añade a su cuenta $ 1.200.000 y un asistente, $ 690.000.
Los bonos
En el contrato aún vigente, los ingresos variables son igualmente llamativos. Están referidos a los partidos dirigidos y a la labor de cuarto árbitro. En el último caso, se establece que corresponderá el pago del 60% del valor de su categoría, siempre que no formen parte de la categoría Árbitro Pro, que se rige por condiciones pactadas individualmente. Hay bonos de entre un 50 y un 100 por ciento en caso de que deban dirigir encuentros en modalidad de playoffs entre los cuartos de final y la final. También se establecen para esas mismas instancias de la Copa Chile y para la definición de la Supercopa. En esos casos, se les cancelará el 100 por ciento adicional por encuentro.
Los partidos amistosos internacionales televisados, de clubes o selecciones, son, con seguridad, los más apetecidos, pues implican el pago del doble de lo emolumentos. El acuerdo estipula, además, que si un partido no se juega por circunstancias ajenas al juez, los ingresos igualmente deben llegarles.
Para estos efectos, las cifras están debidamente detalladas. Quienes más cobran son los jueces FIFA o ex FIFA: $ 766.645. Los asistentes en la misma categoría recaudan $ 402.526. Un juez de Primera División percibe $ 609.227 y un asistente, $ 341.273. En la Primera B, los valores caen a $ 502.919 para el central y $ 297.518 para los asistentes. En Segunda División, los valores son de $ 306.657 y $175.000. En el fútbol femenino, una árbitra FIFA obtiene $ 157.510. Una asistente, $ 122.114.
Los árbitros y asistentes Pro se rigen por otro principio: “Además de la remuneración base, percibirán un emolumento por cada designación realizada por la Comisión de Árbitros, de carácter oficial o amistoso, entendiéndose cualquier competencia nacional, sin distinción de partido, ya sea de árbitro, árbitro asistente, cuarto árbitro, VAR, AVAR y AVAR2″. Además, en caso de ser designado como asesor en el Fútbol Joven, añadirá otros $ 50 mil. Dos veces al mes puede ser convocado para esa tarea.
Hay otro bono, que premia el mérito. Un juez que sea designado por la FIFA para un Mundial Adulto, masculino o femenino, recibirá $ 600 mil mensuales brutos por concepto de Bono Extraordinario de Preparación.