La participación de la Roja en la Copa América dejó una de las situaciones más curiosas que se recuerden. En la segunda fecha de la fase de grupos, ante Bolivia, en Cuiabá, la Selección vistió una camiseta con una bandera chilena estampada sobre el logo de Nike.
No fue algo antojadizo. A principios de junio, la empresa de indumentaria deportiva dio por terminado el contrato que tenía con la ANFP hasta 2022, mediante una carta en la que alegaba una serie de incumplimientos por parte de la federación. Desde ese momento, dicen en Quilín, ya no tenían la obligación de hacerle publicidad a la firma estadounidense. Por ende, taparon su símbolo característico.
Sin embargo, más allá de lo anecdótico de aquel episodio, el quiebre de la relación comercial con Nike es grave y golpeó fuertemente a las arcas de la asociación. Así lo demuestran sus estados financieros al 31 de diciembre de 2020, período en el que la entidad arrojó una pérdida integral de 1.723 millones de pesos.
Resulta que la firma estadounidense no le pagó a la ANFP la totalidad de la cuota correspondiente al año pasado, que bordea los $ 4.200 millones. Esto profundizó la crisis económica generada por la pandemia de Covid-19, ya que se trataba de ingresos claves dentro del presupuesto.
“Con fecha 21 de julio de 2020 se recepciona carta de Nike European Netherlands B.V. de Reducción de Remuneración de acuerdo al Contrato de Patrocinio y Licencia, firmado en fecha 25 de agosto de 2015. En la mencionada carta se informa que Nike hace efectivo el derecho establecido en el mencionado Contrato, a reducir la remuneración para el año contractual que termina el 31 de julio de 2020 en un 90%”, consignan los estados de resultados de Quilín.
La decisión de la multinacional estadounidense se debió, en gran parte, a la extensa inactividad de la selección chilena, que estuvo casi un año sin jugar. Esto tuvo serios efectos en la caja de la asociación. Por ejemplo, los ingresos ordinarios disminuyeron un 28%, ya que pasaron de $ 24 mil millones en 2019 a 17 mil millones en 2020. Mientras que los ingresos no operacionales bajaron un 57%, de $ 1.900 millones en 2019, a $ 800 millones, en 2020.
En la comparación de ambos ejercicios, también influye el hecho que en 2019 hubo importantes ingresos por participar en la Copa América de Brasil, mientras que el certamen que se debía disputar el año pasado fue suspendido. Aquello se tradujo en una reducción de 5 mil millones de pesos en los ingresos de 2020.
También hubo problemas con Mediapro y Chilevisión, empresas con las que la ANFP tuvo que repactar pagos debido a los problemas económicos que sufrían.
“Como es de público conocimiento, los efectos de la pandemia han significado una merma importante a nivel económico, más allá de las complicaciones evidentes por los temas de salud y sanitarios. La industria del Fútbol se vio afectada fuertemente junto a los clientes con quienes se trabaja. Por esta razón los ingresos acordados en contratos no se cumplieron fielmente, realizando reuniones con estos para llegar acuerdos posibles de pago a corto o largo plazo. Esto causó que afectara de manera directa la operación y flujo de caja de la ANFP”, sentencia el documento que fue presentado el jueves pasado, en el Consejo de Presidentes, y que dejó muy preocupados a los timoneles de clubes.
La grave situación obligó a que el directorio presidido por Pablo Milad gestionara un millonario préstamo con la FIFA, al igual que otros recursos por concepto de anticipo de la Copa América que, originalmente, se disputaría en Argentina y Colombia. Todo, con el fin de poder seguir funcionando y cumplir con sus distintos compromisos. A eso se sumó un plan de reducción de personal y de costos, así como también de rebajas salariales. De hecho, al exseleccionador Reinaldo Rueda se le debían $ 252 millones hasta el 31 de diciembre pasado, por concepto de descuentos en su remuneración, a raíz de la pandemia.
El plan para salir de la crisis
Tras el quiebre con Nike, la ANFP se prepara para una millonaria batalla judicial contra la empresa de indumentaria, la que tiene que ser resuelta por los tribunales de justicia de Nueva York, tal como quedó establecido en el contrato firmado por el expresidente Sergio Jadue, en agosto de 2015.
Al mismo tiempo, Milad y su directorio pusieron en marcha la búsqueda de un nuevo sponsor para la Roja, como parte del plan para sacar del hoyo a la sede de Quilín. Para eso, se están asesorando con una empresa externa.
Eso sí, en el ente rector del fútbol chileno saben muy bien que ningún acuerdo será tan suculento como el que selló el calerano hace seis años, ya que dejaba ingresos por US$ 7 millones anuales. Recibir una cantidad así hoy es imposible, dicen en la asociación, principalmente, por dos razones: la devaluación de la Roja (ya no es campeona de América como lo era en ese entonces) y la crisis económica desatada por el Covid-19.
Pese a eso, en la ANFP proyectan que la firma del nuevo contrato de indumentaria deje recursos por $589 millones este año. Y ya buscan formas de atraer a las empresas, por ejemplo, con un acuerdo de larga duración, reajustable en el tiempo, con beneficios para ambas partes. Sin duda, la capacidad de negociación del actual directorio estará puesta a prueba.
Y lo mismo ocurre con los derechos de televisación de la selección chilena adulta. Esto, porque la idea de Quilín es negociar ahora por las próximas Eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos, Canadá y México 2026. Así, solo por la firma del acuerdo, la ANFP recibiría un millonario bono e inyectaría dineros frescos a sus alicaídas arcas. En este ámbito, esperan emular los montos conseguidos la última vez, cuando Chilevisión pagó US$ 120 millones por Qatar 2022, una cifra récord.
Por otro lado, la salida de Reinaldo Rueda y la llegada de Martín Lasarte también implicarán un alivio monetario para la asociación. Según las estimaciones financieras realizadas por la entidad, el ahorro en el ítem cuerpo técnico puede alcanzar nada menos que los $ 1.400 millones este año.
No obstante, pese a considerar todos estos factores, el presupuesto 2021 de la ANFP no es muy alentador. Es más, proyecta un déficit de $ 1.870 millones al 31 de diciembre próximo. Eso sí, esto es en un escenario pesimista, que considera, por ejemplo, no obtener los ingresos pendientes de Nike.
Ahora bien, en un contexto más optimista, la ANFP elaboró un presupuesto con $ 383 millones de ganancia al 31 de diciembre del ejercicio actual. Sin embargo, tienen que darse ciertas cosas. Por ejemplo, que las fechas de las Eliminatorias rumbo al Mundial de Qatar 2022, previstas para septiembre, octubre y noviembre se disputen, al menos, con un 50% de aforo en el estadio. De lo contrario, el panorama será muy adverso, ya que cada vez que la Selección juega sin público, el ente rector deja de ganar casi US$ 1 millón.