El techo de una hegemonía
Católica se estrena en la fase de grupos ante el poderoso Inter, en Porto Alegre. Los cruzados, dueños absolutos del fútbol chileno, no avanzan a fases finales desde los cuartos de final en 2011.
De un tiempo hasta esta parte, la Universidad Católica manda casi sin contrapeso en el fútbol chileno. Bicampeones con holgura, los cruzados ganaron las ligas anuales de 2018, 2019 y ahora, en la de 2020, marchan líderes desde la primera jornada. En Chile, todo bien.
El problema para el equipo de la franja y la gran deuda de Cruzados SADP radica en la arena internacional. Ahí, la deuda es grande y por eso el partido de hoy ante Inter de Porto Alegre, en el estreno de la Copa Libertadores, supone un desafío mayor para el cuadro de Ariel Holan. Un encuentro con la historia y una oportunidad de comenzar a saldar la deuda en Sudamérica.
La UC se armó para eso. Retuvo a prácticamente todo su plantel bicampeón (al menos los que se llevan el peso de la campaña) y se reforzó con pinzas: trajo goles, en los pies de Zampedri, quizás si la otra gran falencia de Católica desde la partida de Nicolás Castillo.
Porque desde que se constituyó la concesionaria, en septiembre de 2009, el equipo ha disputado las ediciones 2010, 2011, 2012, 2017 y 2019 de la Libertadores y lo más lejos que ha llegado fueron los cuartos de final en 2011 y cayeron eliminados por Peñarol en una horrorosa jornada de Paulo Garcés. Pero eso es una excepción, porque en todas las otras oportunidades quedó eliminado en la fase de grupos, con algunas participaciones decepcionantes.
En 2010 quedó tercera en un grupo que encima ganó su archirrival, Universidad de Chile y en el que fue segundo Flamengo. En 2012 fue última en una zona que ganó la Unión Española y que secundó Bolívar. En 2017 también fue última (avanzaron San Lorenzo y Atlético Paranaense) y en 2019 culminó tercera, detrás de Libertad y Gremio.
En la Sudamericana no le fue mucho mejor, salvo la edición de 2012, en 2011 y 2013 avanzó dos rondas y quedó eliminada en octavos de final, en 2014 se fue en primera fase ante el débil River Plate de Uruguay, en 2015 la venció Libertad en la segunda fase, en 2016 la eliminó Real Potosí en la llave inicial y en 2019 llegó a la segunda fase tras ser eliminada en la Libertadores y ahí Independiente del Valle la botó con un global de 7-3. Católica y Cruzados, a nivel internacional, viven del recuerdo. La historia reciente es muy amarga.
Para revertir eso, Ariel Holan, el técnico de la UC, ya se traza metas: “Queremos hacer una gran Copa y se empieza por el primer paso. Hacer una gran Copa es competir, y cuando uno compite tiene posibilidades de ganar. Queremos hacer una gran Copa y no ir a participar”, señaló ayer, justo antes de embarcarse rumbo a Porto Alegre.
La UC espera dar el golpe y de una vez por todas comenzar a torcer la historia internacional. Y para eso, el entrenador argentino recurre a toda clase de estrategias. Futbolísticas y también mentales, razón por la cual, aunque aún no están recuperados, subió al vuelo a Germán Lanaro y Francisco Silva. “Que ambos estén con el plantel es muy importante, son jugadores con experiencia y muy importantes para nuestro grupo humano”, añadió el técnico.
Quien no logró subirse fue Gastón Lezcano, por una contusión en la cadera derecha en uno de los entrenamientos previos al viaje. Holan, de todas formas, no se complica y planea utilizar al Chapa Fuenzalida como puntero y a Raimundo Rebolledo de lateral derecho.
Arranca la expedición internacional de la UC. El desafío es grande ante Inter y en Porto Alegre. Pero las grandes historias siempre también tienen grandes gestas.
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