Franz Beckenbauer y Elías Figueroa fueron dos centrales de época. De esos que con su solidez, prestancia y estilo redefinieron, incluso, la función que cumplían en el campo de juego. Ambos eran zagueros. De esos que se adueñaban de área y de sus inmediaciones. Es decir, custodios de una zona en la que los errores no están permitidos. Ninguno los cometía. Eso los transformó en figuras de nivel mundial.
A ambos, de hecho, los midieron en función del otro. Del alemán, quien acaba de fallecer, se decía que era el Figueroa de Europa. Proporcionalmente, el chileno llegó a ser reconocido en todo el orbe como el Beckenbauer de Sudamérica. Agregarle comillas a los apodos constituiría una falta de respeto. Ambos, de hecho, prácticamente aceptaban las denominaciones como parte de su propia identidad y como reflejo de una relación de respeto y amistad que se mantuvo siempre.
La frase del Káiser
Para certificar la veracidad de la frase del Káiser solo existe un ejercicio posible: asignarle credibilidad a la palabra de Don Elías. “Fui tres veces el mejor de América y dos veces del mundo. Beckenbauer dijo que era el ‘Elías Figueroa de Europa’. Yo sé que a veces se reconoce más en el extranjero, pero en Chile he recibido mucho cariño, por eso volví al país”, ha establecido el porteño en innumerables oportunidades. No existe, en efecto, registro alguno que muestre al campeón del mundo como jugador y entrenador pronunciando la frase.
“Esa frase se habría producido cuando Franz Beckenbauer recibió el Balón de Oro, en 1976. Ahí supuestamente lo habría dicho. Yo se lo pregunté, le dije bajo qué contexto lo había dicho, y no me lo respondió así de literal. Dijo que admiraba mucho a Elías Figueroa y que hacía cosas que él mismo no podía hacer. Yo sentí que por la vejez, quizás no se acordaba de muchos momentos. Lo que sí decía era que Elías era el sucesor de Pelé en Sudamérica”, explicó el periodista Nelson Osses, autor de una biografía del ex zaguero de Peñarol, el Inter de Porto Alegre, Palestino y Colo Colo.
El certificado
Si bien no hay respaldo de esa ya histórica referencia, sí lo hay de otro testimonio igualmente valioso: el de Bernd Hölzenbein, quien fue campeón mundial con los germanos en 1974. “¿Elías Figueroa? Por supuesto que lo conozco. Era el Beckenbauer de Sudamérica”, consigna en una entrevista que fue publicada hace nueve años por el sitio oficial de la federación alemana de fútbol.
La relación de Hölzenbein con Figueroa fue cercana. Estuvo, de hecho, en la despedida del fútbol del porteño, que se organizó en el Estadio Nacional. “Tenía algo de señor inglés en su comportamiento”, destacó en la antesala del choque amistoso entre Chile y Alemania, en Stuttgart .
Sus palabras hacia el chileno reflejaban admiración plena. “Era una leyenda incluso cuando todavía estaba en activo. El número uno absoluto”, resalta en esa referencia. Ambos jugaron juntos en Fort Lauderdale, Florida, en 1981, en la época en que el fútbol intentaba abrirse paso en Estados Unidos, a través del soccer, que reclutó a varias estrellas que atravesaban los últimos períodos de sus carreras, con la finalidad de despertar un interés que nunca se ha producido plenamente.
“Elías era un hombre sensato y reservado”, decía Hölzenbein. “Elías Figueroa era alguien que hoy habría tenido éxito, que hoy habría seguido su propio camino. Tal vez no exactamente en el puesto de líbero que ocupaba”, resaltaba respecto de virtudes que le habrían permitido triunfar en cualquier demarcación.
Por cierto, la nota alude a la frase que se transformó en una comparación eterna. “El mayor elogio en ese momento provino de Franz Beckenbauer, quien invirtió la ocurrencia: ‘Soy el Figueroa de Europa’. En 1973, Figueroa era el líder indiscutible de la selección chilena que luchaba por clasificar a Alemania 1974″, consigna la publicación, dando crédito a la versión del mejor defensor chileno de todos los tiempos.