El llamado fue a celebrar un aniversario distinto. Con el fútbol suspendido y la Ciudad Jardín en cuarentena obligatoria debido a la crisis sanitaria por el Covid-19, la conmemoración de los 111 años de Everton estuvo marcada por la campaña Partido de la Solidaridad, iniciativa que finalizó este martes con 9.052 entradas vendidas, de las cuales 1.020 se compraron desde el extranjero, y $ 18.104.000 como monto final, gracias al aporte de Grupo Pachuca que duplicó el total recaudado, que irán en ayuda de las ollas comunes que benefician a las familias de los cerros de Viña del Mar.
Desde Europa, Everton de Inglaterra, invitó a sus fans a ser parte de esta cruzada solidaria, con una foto con las insignias de ambos equipos y la frase “Vivamos Everton”; mientras que el Club León, de México, publicó un saludo del seleccionado chileno Jean Meneses, sumándose a la campaña.
“Esta campaña nos deja muy contentos porque vamos a aportar a miles de familias, gracias a la colaboración de todos los hinchas y al aporte del Grupo Pachuca, que duplicó lo recaudado. Lo que vivimos fue algo histórico como institución, porque fue una muestra de unión entre todos los que somos parte de este club, sus jugadores, sus hinchas, dirigentes, viñamarinos en general. La energía que vivimos durante esta semana nos confirma que el pilar social del Grupo Pachuca es algo que debe estar en el ADN de nuestro club. Los evertonianos debemos sentirnos orgullosos de formar parte de esta gran familia”, explicó el presidente de Everton, Pedro Cedillo.
“Estamos muy orgullosos por el resultado de esta campaña. Como plantel nos comprometimos desde el inicio y nos deja muy contentos la respuesta de nuestra gente. Sentimos que también es una forma de tender una mano a todos esos hinchas que nos acompañan cuando jugamos en Sausalito y también de visita, y es un ejemplo de que el fútbol es capaz de unir a las personas”, reconoció el capitán de Everton, Marcos Velásquez.
Cabe destacar que los primeros 1.500 evertonianos que compraron sus entradas, acompañarán de manera simbólica al Oro y Cielo en la reanudación del fútbol, por medio de su fotografía en las graderías del estadio Sausalito, durante los primeros encuentros que se realizarán sin público.