A Felipe Muñoz (46 años) no le causa mucha gracia que se diga que es el dueño del fútbol chileno. El ingeniero comercial, dueño de FactorOne, atribuye ese mote a sus adversarios, los del grupo afín a Lorenzo Antillo, a los mismos que derrotó cuando su candidato, Pablo Milad, asumió la presidencia de la ANFP.
¿Cómo lo ha hecho Milad?
Aunque es muy pronto para hacer una evaluación, hasta ahora Pablo lo ha hecho bastante bien. El escenario con el que se encontró el directorio de la ANFP recién elegido era muy malo. No se estaba jugando y no había certeza de cuándo se podía volver. No había una cabeza ni un liderazgo que permitiese que la ANFP funcionara bien. No había directorio, tampoco una gerencia general activa. Había un sinfín de problema financieros y un Consejo que lleva dividido varios años en dos grandes grupos. Con esa realidad, fue un gran logro haber retornado a las competencias de fútbol profesional en un tiempo récord.
¿Tan malo era Moreno?
El período de Sebastián fue muy complicado, pero yo no diría que la capacidad de su directorio fuese muy distinta al que tuvo Arturo Salah. La gran diferencia es que le tocó vivir dos crisis muy importantes: el estallido social y la pandemia de coronavirus. El directorio de Salah tenía tan poco apoyo como el de Moreno. Sin embargo, su tiempo fue de navegar por aguas tranquilas. En cambio, a Sebastián le tocó enfrentar estas crisis sin el apoyo del Consejo de Presidentes, lo que al final le pasó cuenta. Lo que hizo no fue tan malo, pero cometió el grave error, al igual que Salah, de alejarse mucho del Consejo. Se sienten ungidos en un cargo casi superior al de quienes lo eligieron. Se olvidan de para qué fueron elegidos. Eso no solo le pasó la cuenta a Moreno, sino también a Mayne-Nicholls, Jadue y Salah. Todos cometen el mismo pecado. Por eso ninguno salió con un sabor dulce.
¿La presidencia de la ANFP los endiosa?
Es uno de los puestos más importantes del país. Se dice que los dirigentes del fútbol ocupan los cargos públicos más importantes después de los políticos. La responsabilidad que tienen, más la exposición del cargo, hace que muchas veces el presidente se nuble sobre los reales objetivos de la asociación. Ha sido nuestra queja permanente. Cada vez que se elige al presidente de la ANFP, se alejan del Consejo, incluso, de quienes los votaron. No se puede perder ese nexo. Algunos se sienten más presidentes de la Federación que de la Asociación, y actúan como si la selección chilena fuese el club que administran.
¿Y a Milad le ha pasado?
Es muy pronto para hacer una evaluación, pero al menos han tenido la capacidad de escuchar las dificultades y problemáticas que hemos tenido en esta puesta en marcha del torneo.
¿Son válidos los argumentos de los clubes que impugnaron la elección?
Tienen poca validez. Es un intento de validar cosas que se dijeron en la campaña, ya que el grupo de Lorenzo Antillo señaló que cuando se eligieran los directores de reemplazo iban a tener la mayoría; después, que Milad no iba a ser candidato; y luego, que iban a ganar. Nada fue verdad. Este reclamo es un intento de limpieza de imagen, de decir “perdimos, porque nos hicieron trampa”, cuando lo que ocurrió fue que se cumplió con los votos que siempre estuvieron con Milad. Además, los argumentos que establecen respecto de que se habría vulnerado el secreto de la elección son poco válidos. Hasta hoy, no he sabido de nadie que haya visto el voto de otra persona. Segundo, la obligación del secreto del voto es de quien lo emite. Nadie podría pretender que, porque alguien vulnera esto, la elección tiene que quedar inválida. Y tercero, porque las condiciones fueron aceptadas por todos.
¿Son malos perdedores?
Siempre esperé, por respeto a la candidatura de Pablo, que quienes perdieron hubiesen salido públicamente a reconocer la derrota y a entregarle el apoyo. Seguir hablando mal de la elección que limpiamente ganó Milad no ayuda en nada al futuro del fútbol chileno.
La oposición dice que usted es el que manda en la ANFP, ¿es cierto?
Los que señalan eso lo hacen con el afán de enlodar al directorio que preside Milad. Pablo no necesita una persona que cogobierne con él y el directorio no necesita mi apoyo o el de algún presidente en particular.
¿Es el dueño del fútbol chileno?
La dirigencia del fútbol chileno, desde que tiene esta división, ha instaurado una lógica de denostar a la otra parte. Por lo tanto, que a mí se me acuse de ser el dueño del fútbol chileno, porque una empresa de la que soy socio realizó legítimas operaciones de crédito hace ocho años, carece totalmente de lógica.
¿Cuántos clubes tiene FactorOne en Chile?
Ninguno. FactorOne nunca ha tenido acciones ni participación en ningún club.
¿Nunca?
Nunca. Lo que hizo FactorOne fue operaciones de factoring con algunos clubes. Las primeras fueron hace 12 años y las últimas hace ocho.
¿FactorOne hizo operaciones de crédito con dirigentes?
FactorOne tiene cerca de 10 mil clientes. Si alguna vez algún dirigente de fútbol llegó a una oficina no puedo asegurarlo, pero que yo conozca o que lo que haya hecho a través mío, no tengo el conocimiento de ninguna operación.
¿Tampoco con Barnechea?
Ni FactorOne ni ninguno de sus socios hemos tenido alguna vez participación en Barnechea.
¿Por qué FactorOne dejó de operar en el fútbol?
Sergio Jadue empezó a denostar las operaciones de factoring de los clubes en su mandato, porque veía amenazada su administración, ya que un miembro del Consejo tenía participación en una empresa que daba crédito. Comenzó a atacarnos, como FactorOne. Cuando la ANFP pide un crédito para los clubes y se les paga a los factorings para que no estuviesen presentes en el fútbol, como empresa tomamos la decisión de nunca más darles créditos, ya que se nos hacía un daño reputacional muy grande, con un gran costo de imagen para operaciones de muy poco valor y pocas utilidades.
¿Cuánto recibió FactorOne de ese préstamo?
Se habla de que FactorOne recibió de ese crédito varios millones de dólares como utilidades. Eso no es efectivo. Recibió los pagos de la plata que había prestado más intereses, que no es ni un tercio del total.
¿Es cierto que tuvo participación en más de un club al mismo tiempo?
Leí en la prensa que yo tenía participación en siete clubes. Incluso, varios eran corporaciones, o sea, que no tienen dueño. Todo el mundo sabe de mis participaciones en los clubes porque siempre lo he hecho público. Fui accionista mayoritario de Deportes Copiapó. Después, anuncié cuando vendí mis acciones y también cuando compré las de Rangers. Nunca he tenido acciones en otro club.
¿Y en Antofagasta?
No. Ninguna.
¿Qué opina de la suspensión del partido entre Colo Colo y Antofagasta? ¿Antofagasta merece los puntos?
Creo que los clubes hemos cumplido con los más altos estándares desde que volvió el torneo, lo que nos está permitiendo tener tasas de contagio comparables con las de Europa. Por ello, extraña y preocupa la situación ocurrida en este partido, que desencadenó la suspensión del mismo, ya que ensucia la imagen de lo que ha venido realizando todo el fútbol chileno en este período. De repetirse, se pone en riesgo la continuidad del torneo. No me corresponde pronunciarme respecto de los castigos, porque desconozco las responsabilidades de lo ocurrido.
¿Qué lo motivó a entrar al fútbol?
Uno rápidamente entiende con qué objetivos están metidos acá aquellos que son representantes o que están para comprar y vender acciones, que no es mi caso. La motivación fundamental es la que uno tiene por el fútbol y el afán de buscar hacer algo importante. No hay que hacer evaluaciones financieras para meterse en el fútbol, porque el costo económico, familiar y empresarial es muy grande. Sin embargo, alcanzar objetivos como los que nos hemos trazado con Rangers es una satisfacción que va más allá de los propios números.
¿Está mal visto hacer negocios en el fútbol?
No me atrevo a apuntar a nadie que haga negocios legítimos en el fútbol. No es algo que vea con malos ojos. Lo que siempre he criticado son dos cosas: una, los conflictos de intereses, como la gente que es dueña de más de un club o que cumple un rol en uno y en otro. Eso ensucia la actividad. Y lo segundo, a quienes esconden las actividades que tienen en el fútbol. No creo que haya algo malo en que haya representantes en los clubes. El caso de Cristian Ogalde, que apoyaba a Milad, lo demuestra. Es un ejemplo, porque a cara descubierta él dice que es representante y de cual club es dueño. Asimismo, existen otros clubes en los que uno no puede determinar su propiedad.
¿A qué clubes se refiere?
Hay varios. La relación de Sergio Morales entre Coquimbo y Audax es poco clara. La propiedad de Deportes La Serena tampoco es clara. La relación que tiene La Serena con Huachipato y Arica tampoco es clara. Y así hay otros clubes en los que uno, al mirar las mallas societarias, no puede llegar a establecer las personas naturales que están al final.
¿Falta transparencia?
Siento que falta un actuar más activo de la Comisión para el Mercado Financiero. Se espera que la ANFP tenga un rol fiscalizador, pero la ley no le entrega las herramientas. Quien tiene que fiscalizar es la CMF.
¿Cómo está la relación entre la ANFP y el CDF?
La relación está en buen pie. Lo hemos pasado mal cada uno por separado, pero este rápido retorno al fútbol, tras la elección de Milad, permitió nuevamente recomponer las confianzas de ambas partes. Fue muy bueno que Pablo fuera elegido, ya que, al ver el actuar de Antillo y de algunos presidentes de clubes que lo apoyaron, en los Consejos que hubo después de la elección, me queda claro que, si la elección la ganaba Antillo, este año no volvíamos a jugar fútbol profesional.
¿Por qué?
Porque no estaban dispuestos a aprobar las normas sanitarias que se requerían para volver a jugar el campeonato. Todas las modificaciones de bases que hubo que hacer fueron rechazadas por un grupo de clubes y después, en una segunda ocasión, hubo que recomponerlas, contra la voluntad del grupo que lideraba Antillo. Votaron en contra de hacer estas modificaciones e, incluso, querían que no se votaran nuevamente, después de que la ministra del Deporte nos señaló que era necesario que se aprobaran para la vuelta al fútbol. Tuvimos la suerte de que el elegido fuese Milad. De no haber sido él, estoy seguro de que hoy no estaríamos jugando fútbol profesional.