Fernando Cornejo: “Quiero que la U me compre”

Fernando Cornejo
Fernando Cornejo y su hijo Matteo.

Ocho partidos y seis de ellos como titular de los diez que alcanzaron a jugar los azules en 2020 engrosan las estadísticas de un volante mixto que llegó al CDA a préstamo de Audax por un año con opción de compra, que ya suma 487 minutos y que intenta replicar los pasos de su padre, pero con un sello propio.



Fernando Cornejo (24), hijo del histórico mediocampista del mismo nombre, uno de los favoritos de Caputto, ha vuelto a las prácticas presenciales.

¿Sintió la falta de fútbol?

Sí, un poco. Pero después de la primera semana me sentí bien. Y ya viene la pelotita.

¿Y menos feeling con ella?

Un poco. En el golpeo. Algunos sí tuvieron contacto, pero a los que vivimos en departamento se nos complicaba. Retomar ese contacto, los pases, pegarle al arco, se va a agarrando de a poco. Igual que la confianza.

¿Hay temor con el virus dando vueltas?

Al principio, sí. Se va con temor, no sabes cómo van a ser las cosas. Pero pasan los días y ves que están todas las medidas de seguridad. El club se ha preocupado de que todo esté ordenado y seguro. Y después todo está en la responsabilidad en nuestras casas.

¿Le afectará la para a la U?

Tal vez nos baja un poco el alza que traíamos. Estábamos jugando bien, con puntos altos. A todos les hubiera gustado seguir esa racha. Pero con esto tal vez mejoremos pequeños errores en defensa y fortaleceremos el ataque.

¿Cómo lleva el encierro?

Vivo en La Florida con mi polola e hijo, mi familia está en Calama y es complicado. El primer mes se pasa, pero los otros se ponen complicados y rutinarios. Pero ideamos cosas nuevas, otros juegos y así nos hemos reinventado día a día. Nos aburrimos poco.

¿Cómo evalúa estos primeros meses en la U?

He ido de menos a más, tratando de ganarme un puesto. He tenido partidos muy buenos y eso vine a hacer: sumar mi granito de arena y espero seguir así. Entiendo la clase de jugadores que tengo al lado y que con mis compañeros de mediocampo hay una pelea bastante reñida.

¿Siente la confianza de Caputto?

Ayuda un montón. El profe sabe cómo llegar y hablarle a cada uno. Lo que aprendió trata de enseñarlo. Ha habido buena conexión. Lo conozco desde la Sub 20, es una gran persona y eso lo lleva a ser un gran DT también.

¿Su carrera está donde la proyectaba?

Es que voy viviendo el día a día, tratando de mejorar fortalezas y debilidades. Vivo el presente y trato de disfrutarlo al máximo.

¿Y está contento con ese presente?

Sí, muy contento. Sabía que la oportunidad de la U había que tomarla. Es un desafío ganar algo.

¿Se siente parte del recambio?

Me gustaría ser parte de ese recambio. Con la campaña de 2019 y lo que vengo haciendo ahora, me gustaría estar. Dependerá del cuerpo técnico.

Sus compañeros lo describen como muy alegre.

Es que me gusta pasarlo bien, disfrutar de las prácticas. Me río mucho. Trato de gozar y aprender. Lo paso increíble con Galani, Aránguiz… y además son jugadorazos.

Después de la U, ¿qué?

Primero quiero que la U me compre, porque estoy a préstamo con opción de compra. Sería lindo quedarme unos años más. Después veremos qué pasa. Pienso en que vuelva el torneo, demostrar lo mejor de mí y lograr quedarme.

¿Ya negocian?

No ha habido ninguna conversación, pero sé que depende de mí. Y si llega la oportunidad, la vamos a aceptar.

¿Aubert se presentó como presidente?

Tuvimos una charla, cuando recién asumió. Algo corto, de darnos las mejores vibras, que venía a dar lo mejor y que más adelante tendríamos una reunión más larga.

¿Le pesó ser hijo de Fernando Cornejo?

Sí. Al principio, cuando iniciaba mi carrera. Ahí te hablan mucho de que eres ‘el hijo de…’. Pero sé lo que logró mi padre, lo que fue para Cobreloa, lo que hizo por la Selección, los goles que marcó. Pero nunca he tratado de ser mejor que él. Vengo marcando mi propia historia, trato de que me reconozcan por ser Fernando Cornejo Miranda. Y si me asimilo a mi papá, buenísimo. Lo que me han hablado de él me enorgullece.

¿Cuánto cambió su vida esa muerte?

Fue complicado. Con mi mamá y hermanos vivíamos en Calama por el trabajo de mi papá en Cobreloa y él estaba muy ligado a la gente, el club y la ciudad. Las cosas se complicaron por estar lejos de mis abuelos, primos y tíos, que son de Rancagua. Sabía que tenía sacar fuerzas para llegar a ser futbolista, mi sueño, mi futuro. Y lo pude lograr. A mi papá le hubiera gustado verme jugando por Cobreloa.

¿Faltan sus consejos?

Tuve momentos en Cobreloa, Audax, Coquimbo o en la U, donde sus consejos me hubiesen ayudado a asimilar o aprender situaciones. Me habría apoyado. Siempre estuvo en mis partidos, en las cosas que yo quería. Sería una motivación extra.

¿Qué sintió al usar la 8 que había retirado Cobreloa?

Fue un lindo gesto del club el tener el número de mi papá. Sé que era significativo para él, que lo ocupó en Cobreloa y otros clubes. Me sentí muy feliz. Me habría gustado que me viera ese día. Fue un reto representarlo en el club que quería y que logró grandeza.

¿Y para usted qué significa Cobreloa?

Me hubiera gustado ascender. Es una espinita clavada. Espero volver y obtener algo lindo. Soy hincha de Cobreloa.

¿Quién es su espejo en el fútbol?

Mi ídolo es mi papá. Y mi espejo es Charles Aránguiz. Me gusta mucho lo que hace. En él me fijo, en su manera de pensar, de correr, de jugar. En él veo las cosas que tengo que mejorar.

¿Se ve jugando con él?

Imagínate todo lo que me gustaría jugar al lado de él. O por lo menos algún entrenamiento para aprender cosas de jugadores como él, que tiene una experiencia tremenda.

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