Sorpresa e indignación en la fanaticada de Universidad Católica causó la aparición de un frasco de tierra en la tienda oficial de Cruzados. La dirigencia promocionó el producto como una especie de reliquia del antiguo estadio San Carlos de Apoquindo, que hoy está en período de reconstrucción. Sin embargo, el elemento no tuvo una recepción positiva. Los hinchas criticaron fuertemente el precio de la oferta, pero también lo exótico que resultaba poner a la venta un pote relleno del suelo del antiguo reducto.
Sin embargo, la explicación va en la línea de lo que ha sido el mal año de la institución precordillerana: intentar hacer caja para incrementar sus alicaídas arcas económicas. Idealmente, la UC espera que se vendan al precio tasado de $ 24.990. Una cifra que será menor, de todas formas, si se compara con lo que dejó ir el cuadro de la franja, por ejemplo, con la salida de Matías Dituro, cuya cláusula de salida alcanzaba el US$ 1 millón.
Pese a que en la directiva comandada por Juan Tagle han insistido en que no perdieron dinero con la partida del guardameta, lo cierto es que tenía un buen precio y que no se pagó al momento de efectuarse su salto al fútbol turco. Todo lo contrario, porque se fue gratis, lo que a todas luces parece una decisión contradictoria. Y hoy el equipo paga las consecuencias, ya que Nicolás Peranic ha mostrado muchos problemas como arquero titular.
Desde la dirigencia estudiantil han hecho énfasis en que el monto destinado al estadio va por un carril diferente al del resto de los gastos, pero hay aspectos de aquella recaudación que no ha reunido lo esperado. Por ejemplo, la venta de losas, que no ha tenido el éxito esperado si se compara a la expectativa que tenían en dicha campaña cuando esta inició, en 2022. Hasta fines de abril, solo habían vendido 4.100 unidades, con un remanente de 12 mil. Es decir, se había comercializado apenas el 25%.
Las cifras han sido un tema en San Carlos de Apoquindo. En la UC, los ingresos para reconstruir su estadio han llegado desde diversos lugares, pero algunos aún no están en el club. Por ejemplo, los US$ 30 millones por el acuerdo con la empresa Claro, por los namings rights, recién llegarán cuando la obra esté completa. No antes.
En marzo del año pasado, Cruzados anunciaba un aumento de capital que apuntaba a conseguir US$ 13 millones que serían destinados exclusivamente a la remodelación del recinto. Esta iniciativa buscó cubrir el 35 por ciento del total de la obra. El costo de todo lo que se lleva a cabo es de US$ 40 millones más IVA. El resto del dinero se divide en bonos corporativos y los derechos del nombre del reducto (60%), más recursos propios (5%).
Sin embargo, en Universidad Católica aún no logran reunir todo lo necesario. Y aunque la mayoría está cubierto, siguen esperando sumar aportes, instancia que ha resultado mucho más lenta de lo que esperaban, según reconocen en el club con cierta preocupación. Ya hace algunos meses, Juan Tagle reconocía los problemas existentes en entrevista con El Deportivo. “Hay otras fuentes de financiamiento que tenemos que concretar, como algunos sponsors con los que todavía estamos en conversaciones para sumarlos al proyecto. Y vamos a anunciar, en un tiempo más, el comienzo de las ventas de los palcos y algunos proyectos específicos”, señalaba. Hasta ahora, la UC solo ha dado a conocer una alianza con la CMPC, con la iniciativa del estadio sustentable.
Según fuentes consultadas, Cruzados no ha encontrado el interés que esperaba en la venta de los palcos del nuevo estadio, pese al optimismo que reinaba hace un año. Mientras que otras fuentes sostienen que han sido varias las empresas que se han mostrado abiertas a la posibilidad de evaluar una compra.
Si bien los de la franja toman un respiro económico con el acuerdo suscrito con Puma, esta sociedad comienza a operar recién el próximo año. Son US$ 1,5 millones anuales entre 2024 y 2030. Además de un monto inferior por la rúbrica en el contrato. Aunque eso debería destinarse a gastos operacionales y al primer equipo, no a la remodelación de San Carlos de Apoquindo.
Mala temporada
En el elenco estudiantil no ha salido nada bien en 2023. La resignación de la localía es algo que los ha golpeado duro. Pero no es lo único que explica la sumatoria de fracasos que han sufrido. En marzo quedaron fuera de la Copa Sudamericana en la fase previa, en lo que fue el primer gran mazazo de la temporada. Mientras que este domingo se despidieron de la Copa Chile. Y en el torneo de Primera División están lejos de los puestos de avanzada, tanto por puntaje como por nivel futbolístico. Es más, la UC no tiene margen de error, ya que mira peligrosamente la parte baja de la tabla. Está a solo ocho puntos del descenso.
Deportivamente, nada salió nada como esperaba. Y pese a que Tagle ha insistido en que los recursos del estadio y el plantel van por carriles disimiles, la inversión para reforzar la plantilla fue prácticamente nula. La fanaticada, luego de muchos años, apunta a la directiva como los culpables del mal momento. Durante la última semana, tras muchos días de silencio, el mandamás de Cruzados reapareció en las redes sociales, un lugar donde antes era habitual verlo opinar. Lo más complejo para el abogado es que en el directorio ya hay serias dudas sobre su gestión y su futuro en la presidencia.