Nicolas Prost y Nelson Piquet Jr: Hijos de leyenda
Nelson Piquet Jr. y Nicolas Prost revivirán en las calles de Santiago la vieja e histórica rivalidad que protagonizaron en los 80 sus padres, los inmortales Nelson y Alain.
Son dos de los grandes nombres propios de la grilla de la Fórmula E. Pero su verdadera transcendencia mediática radica en sus apellidos. Se llevan cuatro años entre sí - uno más que sus padres-, pero sumando las vitrinas de sus respectivos hogares paternos acumulan nada menos que siete títulos mundiales. Son Nicolas Prost (36) y Nelson Piquet Jr. (32), quienes mañana se medirán sobre el trazado del E-Prix santiaguino como hace tres décadas lo hacían sus progenitores, Alain Prost (62) y Nelson Piquet (65), leyendas vivientes de la historia del automovilismo, iconos imperecederos de la Fórmula 1. Dos pilotos que, quizás, dejaron la vara demasiado alta.
Son las 11.30 de la mañana en el concesionario de Jaguar de la comuna de Lo Barnechea y todos los focos están puestos en él, en el ex piloto oficial de la escudería Renault de Fórmula 1 durante las temporadas 2008 y 2009; en el subcampeón de la GP2 Series un año antes; y en el flamante ganador de la temporada inaugural de la Fórmula E, la 2014-2015. En el hijo de Nelson Piquet. Por eso, al mirarlo, es imposible no adivinar en el brillo de su mirada el rostro victorioso de su padre, campeón de la categoría reina del automovilismo en 1981, 1983 y 1987, y percibir su alargada sombra.
Algo que el propio Nelsinho, piloto del Panasonic Jaguar Racing, tampoco se obstina en camuflar. "Mi padre fue el que me dio la oportunidad de trabajar,el que me enseñó a manejar, el que me dio los consejos y el que me inspiró. Es por él que yo llegué al automovilismo", afirma, en conversación con La Tercera, el hijo del inmortal multicampeón brasileño. Y no duda en calificar como una mera coincidencia el hecho de que la Fórmula E haya resucitado ahora aquella vieja rivalidad: "Somos hijos de pilotos y es normal. Cuando eres piloto, le puedes dar la oportunidad a tu hijo de pilotar. Unos quieren y otros no. Y nosotros quisimos. Nico Prost está haciendo además un buen trabajo".
Sólo hay una cosa de la que a Piquet Jr. no le gusta hablar: del largamente recordado episodio del GP de Singapur de 2008, en F1, en que la instrucción de su equipo de chocar su auto para favorecer a su compañero de escudería Fernando Alonso terminó desatando un auténtico escándalo y poniendo fin, a la larga, a la carrera del entonces director del equipo, Flavio Briatore. "Alonso es el mejor piloto de la Fórmula 1. Preguntarme si él sabía (de esa estrategia) es una pregunta estúpida", dispara.
12 años tenía Nico Prost el día en que su padre, el inconmensurable Alain Prost, se adjudicó su cuarto y último mundial de Fórmula 1 (había ganado antes en el 85, el 86 y el 89). Por eso ahora, un cuarto de siglo después y cuando están a punto de dar las 8 de la tarde en el concesionario santiaguino de Renault -su equipo-, cuesta esfuerzo escuchar la presentación del piloto sin imaginarse la silueta sobre el monoplaza de su padre, El Profesor (co-director, por cierto, del equipo). Pero el relevo generacional ha llegado también a tiempo de la mano de la Fórmula E.
"Es difícil decir si me ha favorecido o me ha perjudicado más en mi carrera llevar el apellido de mi padre, porque no siempre es fácil, pero el éxito que el cosechó seguro que me ha ayudado algunas veces", reflexiona, en diálogo con La Tercera, el galo, piloto de desarrollo de Lotus en F1, cuarto clasificado en las 24 Horas de Le Mans y tercero en la segunda temporada de la Fórmula E.
Y aunque sus respectivos progenitores no estarán presentes, por motivos laborales en el E-Prix santiaguino ("mi padre tiene mucho trabajo con Renault en Europa", desclasifica Nico) sí que lo estarán su legado y su leyenda.
Daniel Abt, hijo y sobrino de piloto de automovilismo; y Tom Blomqvist, vástago de un campeón mundial de Rally, también saben lo que puede llegar a pesar un apellido.
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