Joaquín Larrivey: “Caputto ve muy bien el fútbol”

JOAQUIN LARRIVEY, DELANTERO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE EN EL CDA.FOTO: LUCAS ALVARADO / LA TERCERA
ENTREVISTA A JOAQUIN LARRIVEY, DELANTERO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE EN EL CDA.: LUCAS ALVARADO / LA TERCERA

El delantero de Universidad de Chile llegó a inicios de año como la solución al gol para la U con un respetable curriculum que incluye a Cagliari, Atlante, Rayo Vallecano y Celta, entre otros, donde compartió con más de un chileno.



Luego de una vasta carrera que incluyó pasos por México, Italia, España, Emiratos Árabes, Japón y Paraguay, el argentino Joaquín Larrivey (35) recaló en Chile para intentar llenar el vacío del goleador que hace rato pesa en la U.

¿Si no era futbolista, qué?

Hubiese estudiado. De hecho, arranqué la universidad, pero duré seis meses. Entré a administración de empresas, pero por descarte, no me apasionaba. Supongo que también hubiese trabajado, y seguro hubiese seguido mi vida de deportista amateur.

¿Practicó otros?

Cuando chico golf, basket. Me crié en un club que tenía todos los deportes, entonces mi vida siempre giró alrededor de él.

¿Por qué le dicen Bati?

En las inferiores en Argentina te buscan apodos, y en Huracán tenía el pelo largo, jugaba de 9 y un compañero me dijo “eres parecido a Batistuta”. Cuando debuté en Primera los periodistas se enteraron y me empezaron a decir así.

Fue compañero de varios chilenos.

Con todos tuve muy buena relación. Con el que menos compartí fue con Waldo (Ponce) porque estuvimos juntos cuatro meses. Con Pinilla ahora jugamos en contra, con Paredes sigo hablando. Con Tucu Hernández concentrábamos juntos y también hablamos. Y con el que sigo en contacto seguido es Fabián Orellana.

¿Cuál fue el mejor de ellos?

De todos los chilenos que tuve el que más me gustaba, de hecho, de los mejores compañeros que he tenido, es Orellana. Si hubiese tenido un poco más de gol, hubiera jugado en un grande de Europa, porque tiene muchísimas condiciones, unos controles… Es un asistidor. A mí me ha dado muchísimas asistencias.

Usted fue dirigido por Berizzo.

Uno de los mejores entrenadores que tuve. No solamente por la parte técnica. Si no es la mejor, es de las mejores personas que conocí. Sigo en contacto con su cuerpo técnico, y es gente recontra humilde, muy centrada, preparada. Lo admiro.

¿El mejor con el que jugó?

Se me viene a la memoria Saúl, del Atlético de Madrid. Compartí con él en Rayo Vallecano, cuando él tenía 18. Era impresionante, porque ese año, aún con su edad y en un equipo que peleaba el descenso, jugó prácticamente en todas las posiciones y en todas jugaba bien. También compartí con otro que era impresionante: Daniele Conti, capitán del Cagliari, un volante central impresionante. Otro es Otamendi.

¿Cuál fue el defensa más duro?

Materazzi. Muy bravo. Complicado, porque aparte, como también Chiellini, te matan a patadas y no les cobran nada por estar en equipos grandes y se hace más complejo.

¿Y el mejor que lo dirigió?

Berizzo está ahí arriba, pero también tuve a Allegri, a Paco Jémez, uno impresionante. Y de Argentina Mohamed, un técnico muy bueno.

¿Y qué virtudes ve en Caputto?

Muchas. Nada pasa por casualidad en el fútbol. Es un ambiente hermoso, pero muy competitivo y mientras más arriba, más gente quiere estar. Y acá estamos en un equipo grandísimo de América. Cuando llegas a un lugar así, nada es por casualidad. Está más que capacitado. Ve muy bien el fútbol. Está haciendo sus primeras armas en un plantel profesional, pero lo veo con muchísimas ganas, visión y un contacto fluido con el jugador.

¿El Celta fue su mejor etapa?

Los segundos seis meses en Rayo y ese año en Celta (2014). Después tomé la decisión de ir a una liga más exótica, como la de Emiratos.

¿Se arrepiente de haber ido ahí?

Cada uno toma su camino. Y cualquier elección te da y quita cosas. Fue una decisión totalmente acertada y lo volvería a hacer. Estaba bárbaro en Celta, pero era una oportunidad única para mí y mi familia, no solo por lo futbolístico. Pasé cuatro años en Asia y más allá de lo económico, que fue por lo que me fui, es una experiencia inigualable.

¿Qué significa marcar en el Camp Nou?

En ese momento fue muy lindo, porque el Celta nunca en la historia había ganado ahí, y sigue siendo la única. No pasa todos los días. Pero no me quedo pegado con eso, después de ese gol hice 100 más, gracias a Dios. No me quedé con eso.

¿Pasar de esa clase de estadios a canchas como las de Paraguay o Chile, le da nostalgia?

No me da nostalgia, porque realmente disfruto el presente. Cuando me fui de España a Emiratos pasé de 40 mil personas en las tribunas a quinientos e igual lo disfrutaba. Y cuando me fui a Japón, otra vez 40 mil y disfrutaba. Y cuando me fui a Paraguay, con estadios más precarios, también disfruté. Me adapté, fui disfrutando cada etapa de mi vida. Acá también: en cuanto a infraestructura es superior al de Paraguay y lo disfruto. Siento que lo mejor siempre está por venir. Es mi base: en agosto cumplo 36, aún tengo mucho para dar, porque nunca me quedé con lo que tenía y sentí que podía dar un poco más.

¿Por qué decide venir a Chile?

Muchos factores. Estaba muy bien en Paraguay, habíamos hecho muchos amigos, en un club de primer nivel como Cerro, pero con mi familia creíamos que era tiempo de cambio. Cuando surgió lo de la U nos empezamos a informar de lo que era. Mi suegro (Gerardo Reinoso, la Vieja, ex UC), que jugó mucho tiempo en Chile, me habló maravillas. Y en Cerro estaba Diego Churín que me decía “anda, es impresionante el país, el club, todo”, y acá estoy. Y estamos recontentos con mi familia.

Hizo cuatro goles en un partido, pero no volvió a convertir, ¿qué pasó?

A veces se presentan como en ese partido cinco oportunidades y haces cuatro. Hay otros partidos en que no se presentan situaciones, otros en que hay dos o tres y no conviertes. He tenido, como todos los jugadores, altibajos. Creo que siempre, más allá de convertir o no, he aportado mi granito de arena, desde el juego y el sacrificio. En ese sentido siempre me voy tranquilo. Obviamente que me voy contento si hago goles, si el equipo gana. Pero me he ido todos los partidos tranquilo de haber dejado todo.

¿La U ya se tiene que despreocupar del descenso?

Me gustaría que la gente se ilusione con el equipo. Creo que como equipo tenemos que pensar en el próximo partido, no mirar tan lejos. Hemos encarado todo así y hemos tenido hasta ahora buenos resultados. Aspiramos a siempre ganar, pero tenemos que tener la capacidad de no pensar en fin de año.

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