“¡Pelado, empezá a hablar, hermano! ¡Estamos tocando la pelota al pedo acá abajo! ¡Cuatro a cero tenemos que ir!”, exclamaba un ofuscado Fernando Zampedri, cuando apenas se jugaba la segunda fecha del Torneo Nacional 2021. Sus palabras estaban dirigidas a Cristian Paulucci, pero la crítica apuntaba directamente a Gustavo Poyet y su estilo conservador, que nunca cuajó en la precordillera. Era la primera señal de que algo no andaba bien con el uruguayo.

Pese a que Universidad Católica vencía por 2-0 a Palestino, el equipo no jugaba bien: cedía la iniciativa, se replegaba al estar en ventaja y renunciaba al ataque en muchas ocasiones. El Toro fue el primer jugador en expresar su molestia, al menos, de forma visible. Sencillamente, aquella idea de juego no interpretaba el estilo protagónico del tricampeón del fútbol chileno. No había un nexo entre la propuesta del charrúa y la identidad ganadora de un plantel que se acostumbró a triunfar y a levantar copas.

Eso fue lo que Paulucci le devolvió a la UC. El estilo, la identidad, la memoria, la confianza en los recursos propios. El cambio se notó desde su debut como técnico interino, ante Audax Italiano. El cuadro de la franja volvió a presionar arriba, a ser intenso, a pensar en el arco rival más que en el propio. Zampedri aumentó su producción goleadora, también Diego Valencia. Los laterales volvieron a ser opciones de ataque. José Pedro Fuenzalida se transformó en un gran asistidor, como en sus mejores tiempos. Marcelino Núñez se destapó. Sebastián Pérez hizo olvidar a Matías Dituro y Alfonso Parot se proyectó cada vez mejor.

¿Cómo le devolvió la identidad? Con trabajo en la semana, con muchas charlas individuales y con una acertada planificación. También con un cambio en el sistema de entrenamientos respecto a lo que hacía Poyet, ya que junto con sus ayudantes Rodrigo Valenzuela y Jaime Rubilar se enfocaron en preparar fielmente lo que debía ocurrir en cada partido durante los días previos. Todo esos ingredientes descomprimieron al grupo y lo hicieron volver a creer. A diferencia del uruguayo, el argentino ha mostrado un brillante manejo de camarín.

Lo dejó más que claro Diego Buonanotte, en entrevista con El Deportivo. “Hoy estamos de vuelta por el camino en el que veníamos acostumbrados y que nos sienta más cómodos, que es la idea que tienen Cristian, Jaime y Rodrigo, muy similar a la de Ariel Holan. Ellos nos dieron todas las herramientas y el trabajo en la semana para tener claro lo que va a suceder el día del partido. No solo respecto al rival, sino también lo que tenemos que proponer. Después, uno resuelve dentro de la cancha, pero es importante tener las visiones del entrenador, que vea y que viva el partido, que pueda ayudar”, señaló el Enano.

Y agregó: “Son gente de bien, y eso en el fútbol es difícil de encontrar. Es gente de palabra, honesta, porque es un ambiente muy duro este. Cuando tienes gente de bien se hace mucho más fácil, porque sabes que no te van a mentir. Si Cristian llega a hablar contigo, va a venir y te va a decir pasa esto y esto, y va a ser así. No va a haber un mensaje por detrás. Eso se agradece, porque el jugador se entrega al conocimiento, pero también a la lealtad”.

Evidentemente, Paulucci tenía muy claro cuáles eran los problemas de la gestión de Poyet, porque supo resolverlos rápido y con éxito. Sabía muy bien lo que incomodaba a los jugadores y lo que no les gustaba. También estaba consciente de lo que ellos querían, de lo que les hacía falta.

¿Por qué lo sabía? Porque conoce al plantel desde hace años, sobre todo, desde que asumió como ayudante técnico de Gustavo Quinteros, en 2019. Y luego, como asistente de Ariel Holan, al año siguiente, profundizó su relación con el grupo. De ahí que Zampedri se acercara a él en la segunda fecha, descontento por el estilo del equipo. A él recurrían cuando había algún problema. Era la persona de mayor confianza dentro del cuerpo técnico.

Por eso, el Toro fue categórico y atribuyó la resurrección cruzada a la idea de Paulucci. Al igual que Buonanotte, también destacó que ahora tienen claro lo que deben hacer en la cancha, es decir, hay entendimiento. “Cambió totalmente el equipo. Ya sabemos lo que vamos a hacer cuando salimos al campo, sabemos cómo va a jugar Católica. Volvimos a ser el equipo del año pasado, que sabemos dónde estaba el compañero. El equipo estaba preparado para algo y volvimos a ser eso”, dijo el goleador de la UC tras ganar la Supercopa ante Ñublense.

“Se atribuye al cambio de técnico, totalmente. De nuevo tenemos ese juego. Empezamos a entrenar como lo hacíamos antes. Cristian consigue lo que él quiere mostrándonos videos, tal como está preparado el equipo, presionando, la línea de cuatro sale jugando continuamente, los laterales son opciones y hace un tiempo no lo eran. Cambiamos mucho y lo venimos demostrando. Tuvimos un traspié con Colo Colo en el último minuto, pero eso nos hizo más fuertes”, remató.

Parot también se sumó a los elogios y graficó la influencia del entrenador con un ejemplo a nivel personal. “Cristian me agarró al principio cuando recién asumió. Me habló y me entregó esa gotita de confianza que uno de repente necesita. Con su llegada retomamos lo que veníamos haciendo tiempo atrás. Nos liberó en ese sentido. Volvimos a ser ese equipo protagonista, de atacar, de tratar de conseguir los puntos. Gracias a Dios se nos dio. Esperemos que este fin de semana podamos plasmar de nuevo ese buen juego y esa ambición que tiene este grupo que lo viene demostrando hace bastante tiempo”, apuntó el Poncho.

El mismo Paulucci explicó su fórmula tras ganar la Supercopa en Concepción. “La metodología es importante, que más de algún jugador ha comentado que les asienta bien; la cercanía que tengo con ellos, el conocimiento, saber que pedirle a uno y a otro, darles libertades y ser ofensivos, que es lo que le gusta a a Católica”, sostuvo.

Pese a la irregularidad del ciclo Poyet, que incluyó siete derrotas como visita y a que en la fecha 22 quedó a ocho puntos de Colo Colo, Universidad Católica no se rindió y hoy está a un punto de lograr una hazaña inédita en el fútbol chileno: conquistar un tetracampeonato de torneos largos. Y gran parte del mérito será de Cristian Paulucci, el bombero cruzado que apagó el incendio.

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