Universidad Católica y Universidad de Chile otra vez protagonizan una férrea disputa fuera de la cancha. Sin embargo, en esta ocasión no se trata de fichajes ni de reclamos en el Tribunal de Disciplina, sino del arriendo del estadio Santa Laura, recinto que vio disparada su cotización ante la remodelación de San Carlos de Apoquindo y las complicaciones para usar el Estadio Nacional.
Por ahora, son los cruzados los que aventajan ampliamente a sus pares azules en esta carrera. Según cuentan en la precordillera, están muy cerca de sellar un acuerdo con Unión Española para que el coliseo de Plaza Chacabuco también sea la casa del club de la franja en 2023. Y aunque en la U no se dan por vencidos, ya miran al Elías Figueroa de Valparaíso como la primera opción.
Eso sí, la historia entre las partes dio muchos giros antes de llegar a esta instancia. En febrero de este año, Jorge Segovia expresó su molestia en redes sociales, luego de que Cruzados decidiera no venderle entradas a los hinchas hispanos para el partido que Católica y la Unión disputaron en la precordillera, por la segunda fecha del Torneo Nacional.
“Si la UC persiste en su decisión de no vender ni una sola entrada a nuestros hinchas, que por favor no nos llamen luego para arrendar nuestro estadio”, advirtió el empresario español, presidente y dueño del cuadro rojo.
La tensión duró varios meses. No obstante, el Santa Laura volvió a abrirle las puertas al último tetracampeón del fútbol chileno. Fue para la penúltima fecha del campeonato de Primera División 2022, que además marcó la despedida ante sus hinchas de José Pedro Fuenzalida, Luciano Aued y Germán Lanaro.
Eso sí, hasta esa jornada, el recinto hispano siempre estuvo más cerca de albergar los duelos de la U que los de la UC. De hecho, así venía ocurriendo hace años. ¿Qué pasó, entonces? La respuesta es simple: a Unión Española no le gustó para nada el comportamiento violento de la barra azul en el duelo de vuelta de las semifinales de la Copa Chile.
Ese día, cientos de barrabravas del cuadro laico ingresaron a la fuerza al reducto, causando serios desórdenes y destrozos. “Entiendo que Unión le va a prestar el estadio solo a la UC. No es algo oficial aún, pero son las réplicas del ‘turbazo’ de los hinchas de la U en noviembre”, sostienen en Independencia.
Aquellas circunstancias pavimentaron el camino para Universidad Católica, que a esas alturas buscaba con ahínco asegurar un estadio para ser local la próxima temporada, con el fin de entregarle estabilidad y certezas al primer equipo, los hinchas y también evitarse los problemas que sufrió este semestre. En ese sentido, el Santa Laura era una inmejorable opción, tanto por su ubicación, por la cancha y porque la zona tiene fuertes vínculos con la historia de los cruzados.
Por su parte, los hispanos, que ya habían dejado atrás los resquemores por lo ocurrido en febrero en la precordillera, accedieron a escuchar a la UC. Hoy, son los cruzados los que tienen la ventaja. “Estamos tratando de cerrarlo pronto”, aseguran en San Carlos de Apoquindo.
¿El préstamo del arquero Sebastián Pérez es parte del trato? Al menos, en la UC no lo niegan, así como tampoco la opción de que Unión Española juegue en el remodelado San Carlos de Apoquindo cuando inicie su propio proyecto de modernización del Santa Laura.
Lo que está claro es que, al igual que en los fichajes de Eugenio Mena y Mauricio Isla, los de la franja se adelantaron a Azul Azul en la carrera por el arrendamiento del estadio hispano, un acuerdo que puede ser anunciado dentro de los próximos días, pero que, según todas las partes, está bien encaminado.