La peor eliminatoria en años
La clasificación no se perdió en Brasil. Fue antes, merced a muchos errores. Así, la generación de oro pierde la oportunidad de un tercer Mundial.
Chile no pudo. Tal como hacia Alemania 2006 o Corea y Japón 2002. La clasificación, eso sí, no se perdió ayer. Fue mucho antes, en Asunción, La Paz y Santiago mismo. Los errores propios privaron a la Generación Dorada de clasificar a su tercer Mundial en línea. Se quedaron en dos. Los bastiones no pudieron acrecentar aún más su leyenda y tendrán que ver por televisión la gran fiesta del fútbol.
Claudio Bravo, Mauricio Isla, Alexis Sánchez, Arturo Vidal, Jorge Valdivia, Jean Beausejour, Fabián Orellana, Gary Medel, Esteban Paredes y Gonzalo Jara se quedaron con las ganas de representar por tercera vez a Chile, tal como en Sudáfrica 2010 y Brasil 2014. Eran los únicos que podrían completar tres mundiales al hilo.
Pero todo se vino abajo tras unas Eliminatorias flojas. Demasiado flojas. Pasa que la Roja, lejos de descollar como el bicampeón de América que es, tuvo un torneo muy bajo, con presentaciones escuálidas y resultados que hace rato no se le veía a un grupo que en los caminos a Sudáfrica 2010 y Brasil 2014 se había transformado en un rival duro de enfrentar. Incluso uno al que varios temían. Ahora la situación fue diametralmente opuesta. Porque Chile ganó con autoridad pocos partidos. Algunos con lo justo, de hecho. Y lo peor es que cedió puntos donde hace rato no lo hacía.
Encima, olvidó una de sus principales fortalezas de los procesos anteriores: hacerse fuerte en condición de visita. Los números hablan por sí solos. En las Eliminatorias hacia el mundial africano, la Roja de Marcelo Bielsa sacó un empate histórico en Uruguay, además de vencer como forastero a Bolivia, Venezuela, Perú, Paraguay y Colombia. En total, 16 puntos de oro que la catapultaron hasta el segundo puesto de la Conmebol, sólo por detras de Brasil, con apenas un punto más que Chile.
Luego, en el camino a la última cita planetaria, si bien el Equipo de Todos no volvió a ganar las mismas unidades en calidad de forastero, sí sumó las suficientes para terminar dentro de los cuatro primeros: igualdad frente a Colombia en Barranquilla. Además, tal como en las clasificatorias anterior, derrotó a domicilio a Bolivia, Venezuela y Paraguay.
La cuota de puntos como visitante para la ruta a Rusia bajó considerablemente en comparación con los procesos pasados: igualó ante Colombia y sólo derrotó a Perú y Venezuela, el colista de la tabla de ubicaciones. Al final, eso pesa. Sobre todo la derrota con Bolivia en La Paz. Para Chile habían sido puntos seguros en las últimas tres eliminatorias. Incluso la Roja había logrado mantener su arco en cero en esos tres procesos clasificatorias cuando debía visitar el Hernando Siles. Ahora, nada de eso. Los altiplánicos lograron convertir y se quedaron con las tres unidades que hoy tendrían a Chile clasificado
El plantel bicampeón de América detuvo su avasallante andar y no podrá romper la barrera de los octavos de final en mundiales, la que salvo en Chile 1962, se transformó en una valla infranqueable para el Equipo de Todos. Incluso para la generación dorada. Llegando bien o mal, la Selección, en los últimos tres mundiales, se quedó en la ronda de 16 mejores. Y siempre con el mismo rival como verdugo. Será la única mancha de un equipo que rió más que lloró. Y es que con excepción del Mundial que Chile organizó hace 55 años, la Roja nunca pudo pasar de los octavos de final. De hecho, los últimos tres torneos a los que fue son, a su vez, sus mejores presentaciones.
Bravo, Isla, Jara y Sánchez se quedaron a las puertas de ser los chilenos con más partidos en mundiales. Se estancaron en ocho y quedaron detrás de Leonel Sánchez y Elías Figueroa, con nueve. El ex zaguero, además, seguirá siendo el nacional con más citas planetarias en el cuerpo, con tres. Los actuales ya mencionados además de Vidal, Valdivia, Beausejour, Orellana, Medel y Paredes lo hubieran alcanzado.
Números más o menos, récords, estadísticas y cifras, esta Selección, la de la generación dorada, no pudo seguir escribiendo su propia historia y manchó un libro brillante. No ayer, no ante Brasil, no en Sao Paulo. Fue antes, cuando perdió, en voz de sus protagonistas, la humildad para alcanzar un nuevo hito.
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