Ignacio Saavedra volvió a ser el motor del mediocampo de Universidad Católica. Durante muchos años, su presencia siempre significó equilibrio, salida limpia y recuperación. Los cruzados aprovecharon su talento para cimentar en su juventud y criteriosa entrega un histórico tetracampeonato de torneos largos, el único del fútbol chileno. Una hazaña de la que el Nacho fue uno de los pilares más importantes y trascendentales.
Sin embargo, todo cambió durante el primer semestre de este año. Por primera vez, el volante formado en San Carlos de Apoquindo supo lo que era ser suplente por decisión técnica, por rendimiento. Un irregular inicio de temporada, bajo las órdenes de Cristian Paulucci, terminó relegándolo, insospechadamente, a la suplencia. Era un escenario impensado, en la que él tuvo parte de la culpa, pero también el confundido técnico argentino, que luego fue despedido.
A Saavedra le costó recuperar su nivel. Y en la precordillera tenían una buena explicación: era la primera vez en su corta carrera que le tocaba vivir momentos tan negativos, que sufría de falta de confianza y que veía a la UC exhibir un mal funcionamiento colectivo. Era un escenario totalmente nuevo y no sabía bien cómo enfrentarlo.
“Lo que nos venía pasando era anormal. Hay jugadores como Ignacio Saavedra o Diego Valencia, que desde que debutaron fueron campeones todos los años. Entonces, no han vivido situaciones como esta. Y hay que aprender a vivirlas, a llevarlas, y entender que el hincha, independientemente de que hayamos ganado cuatro campeonatos seguidos, va a querer seguir ganando”, decía José María Buljubasich, gerente deportivo de Cruzados, en entrevista con El Deportivo, en marzo.
Hasta que llegó Ariel Holan, el mismo técnico que lo llevó a alcanzar su más alto rendimiento en 2020, cuando la UC logró el tricampeonato anual. El arribo del argentino marcó la resurrección del Nacho. De inmediato volvió a la titularidad, y de a poco fue mostrando el rendimiento que lo catapultó como uno de los fijos en la oncena estelar del tetracampeón.
Y ayer, en el estadio Monumental, ante Colo Colo, el mediocampista realizó su mejor partido del año. Pese a quedar condicionado por una amarilla, tras un agarrón de camiseta a Gabriel Costa, el volante fue fundamental en la recuperación y en la salida, sobre todo, en el segundo tiempo, cuando los de Gustavo Quinteros intentaron irse encima del arco de Matías Dituro.
Saavedra estuvo bien ubicado prácticamente todo el partido y solo falló en una ocasión al salir, que fue en el primer tiempo. No obstante, fue vital para que los cruzados se llevaran un punto valioso del Monumental, donde todos esperaban un triunfo. No fue así. “Nacho jugó condicionado porque tenía amarilla y aún así creo que hizo un gran partido defensivo”, elogió Ariel Holan, al término del partido.
Un renacer que todos esperaban con ansias en San Carlos de Apoquindo. Además, el alza sostenida del mediocampista ha coincidido con la notable mejoría del conjunto de la franja, que hasta hace poco más de un mes miraba de reojo la zona de descenso.
Lamentablemente para las pretensiones del tetracampeón, el volante quedó suspendido para el partido subsiguiente, ante Unión Española, programado para el miércoles 19 de octubre, a las 19 horas, en el Santa Laura.